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Avance Dying Light, volverás a temer a los ‘zombies’

Dying Light Avance

Daniel Moreno / Daniel Moreno

Madrid —

Los zombies ya no asustan. Se podría decir de hecho que les hemos perdido por completo el respeto debido a que nos parece tan divertido machacarles que ya nos importa poco o nada que puedan mordernos y despedazarnos si nos vemos rodeados por un buen número de ellos. Pero aquí están los chicos de Techland, incansables en esta temática tras dar a luz a la saga Dead Island, para traernos de vuelta el sentimiento de que los zombies, o en este caso poniéndonos sibaritas los infectados, asustan y mucho, llegando a protagonizar nuestras peores pesadillas.

Dying Light ese ese nuevo intento por parte de este equipo de desarrollo de situar al jugador en una situación catastrófica, en un mundo postapocalíptico, donde tendrá que luchar por su vida entre hordas de seres por así decirlo poco amigables. Y eso puede ser tan divertido como agobiante y terrorífico, ya que a diferencia de lo que suele ocurrir con los títulos del estilo y con los propios juegos de la saga Dead Island, esta vez estaremos más indefensos que nunca en cuanto caiga el sol, asistiendo a un giro radical en las mecánicas jugables.

El propio nombre del juego nos da la pista. Cuando la luz caiga, prepárate para vivir un auténtico infierno.

Volvemos a situarnos ante un mundo abierto donde podremos optar por el camino que deseemos para cumplir los objetivos. La libertad será la clave, aunque como decimos los ciclos de noche y día marcarán por completo nuestra forma de encarar cada movimiento. Cuando el sol brille no tendremos problemas a la hora de movernos, explorar, machacar infectados o arrasar con un campamento de bandidos usando las características del propio entorno en nuestro beneficio.

Podremos saltar sobre un grupo de infectados y enfrentarnos cara a cara usando armas de fuego o cuerpo a cuerpo, las cuales podremos modificar a nuestro antojo, o bien atraer a un nutrido grupo de estas criaturas hacia un hatajo de molestos bandidos para que se maten entre ellos mientras nosotros disfrutamos del espectáculo desde la distancia. En definitiva, nos sentiremos libres y capaces de casi cualquier cosa. Al menos durante el día.

Sin embargo al caer la noche nosotros seremos la presa. Será entonces cuando una serie de criaturas saldrán de sus guaridas con la única intención de darnos caza, y como nos pillen estaremos casi completamente vendidos, sin otra opción que correr y escondernos. Pasar desapercibidos será clave, lo cual elevará la tensión a cotas insospechadas, dando lugar a una mezcla de juego de acción y survival horror más que agradecida en estos tiempos.

Siempre en primera persona, una de las características más llamativas de Dying Light radica en nuestra capacidad para hacer parkour muy al estilo de lo visto en el sobresaliente Mirror’s Edge, de forma que podremos bien caminar a ras de suelo enfrentándonos poco a poco a los distintos enemigos o bien subirnos a los tejados y correr y saltar de uno a otro cual gacela en la sabana o colarnos por puertas y ventanas para seguir esquivando cualquier obstáculo a la carrera. De hecho la alternancia entre una mecánica y otra será casi necesaria, ya que por muy bien que se nos dé el combate no siempre llevaremos las de ganar ni muchísimo menos, y cuando caiga la luz las criaturas de las que os hemos hablando serán tan ágiles o más que nosotros, por lo que correr de tejado en tejado tampoco garantizará nuestra salvación.

En este sentido podremos mejorar tanto la fuerza como la agilidad de nuestro personaje según la mecánica de la que más abusemos. Este sencillo sistema de progresión nos permitirá por ejemplo aplastar el cráneo de los infectados de una patada en cuanto les tengamos a tiro, igual que podremos mejorar nuestra habilidad para trepar y saltar. En total habrá como 50 puntos a desbloquear, de forma que cada cual podrá crear a su propio personaje según su forma y estilo de juego.

Casi tan importante como el ciclo de noche y día será el sistema de meteorológico dinámico, ya que por ejemplo los relámpagos en las tormentas podrían desvelar nuestra posición en el momento más inoportuno, igual que aprovechar los truenos nos servirá para amortiguar el ruido que hagamos si nos vemos obligados a disparar o hacer volar algo por los aires. Y es que andarnos con cuatro ojos a la hora de armar escándalo será crucial, puesto que las hordas que deambulan por las calles pueden acabar sobre nosotros en un santiamén si las atraemos.

En definitiva nos encontramos ante un título que promete ser la mar de divertido, ofreciendo una experiencia distinta a cada usuario según como este asuma su rol de superviviente dentro del juego. Podremos iniciar una carrera, hacer volar por los aires un depósito de combustible, escabullirnos por una ventana, trepar a un tejado, lanzarnos a otro con una tirolina, hacer saltar la alarma de un coche para que decenas de infectados corran desesperados hacia un grupo de enemigos, apoyar a un bando u otro desde la distancia para luego volver a salir corriendo, saltar sobre tres infectados y patearles a nuestro gusto con un hacha electrificada, para después, en cuanto caiga la luz, correr a escondernos antes de que el cazador se convierta en la presa.

Dying Light quiere tener de todo: acción, aventura, exploración en entornos abiertos, sigilo, terror, momentos cómicos... y todo ello bajo un apartado gráfico que promete ser bastante potente. ¿Se puede pedir más?

Pues sí, se puede pedir que todas estas promesas se cumplan.

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