Consulta con el sexólogo
Aunque nacido en Bilbao, Arkaitz Jiménez lleva diez años en otra ciudad costera: Santander. Con 32 años, desde hace cinco es titulado en Sexología por el Instituto de Sexología INCISEX (Madrid), en colaboración con la Universidad de Alcalá. Aunque sexólogo de formación, Arkaitz no ejerce clínicamente; ha actuado como sexólogo en charlas, clases de educación sexual, colaboraciones con la Universidad de Cantabria como profesor honorífico y ha participado en el programa televisivo ‘No Desexperes’ y en programas de radio. Además, también es el creador del blog 'Pareja, sexualidad, erotismo...' en el que escribe sobre diversos aspectos de la sexualidad humana.
Rioja2: ¿Cuál fue tu motivación a la hora de decantarte por la sexología?
Arkaitz Jiménez: Es difícil determinar qué fue exactamente lo que me empujó a estudiar sexología, pero entre otras cosas, la excelente profesora (sexóloga) que tuve en la asignatura “educación sexual” del curso de Monitor de Tiempo Libre despertó en mí un especial interés por recibir formación sexológica.
R2: ¿Qué características crees que debe tener un buen sexólogo o educador sexual?
AJ: Aunque la formación sexológica universitaria de postgrado te habilita para ejercer tanto de sexólogo como de educador sexual, no tiene nada que ver un trabajo con el otro. Ambos deben tener una buena formación y un especial interés por la sexología. Un educador sexual además, debería tener las suficientes estrategias para poder llegar y “ganarse” a los educandos; trasmitir con claridad, saber hacerse respetar, tener empatía, hablar de sexo con naturalidad, ser dinámico, cercano... En cambio las características de un sexólogo que dirija una consulta dependerán de su estilo terapéutico, pero su principal característica será el que tenga la capacidad de conseguir que sus clientes acaben la terapia en mejores condiciones que cuando la empezaron, obviamente.
R2: ¿Cómo suele ser la respuesta de la gente cuando les comentas que trabajas en el campo de la sexología? ¿Hay muchos mitos en torno a la figura del sexólogo?
AJ: Depende del entorno en el que me encuentre, pero normalmente la gente responde con sorpresa y curiosidad. Me suelen decir: “¿Sí? ¿Eres sexólogo? ¡Pues cuéntame algo de lo tuyo!” A lo que yo respondo: “¿Y tú qué eres? ¿Historiador? (o abogado, economista, médico...) ¡Pues cuéntame algo de lo tuyo!”. La gente por lo general no está interesada en la sexología en general, sino en los “asuntos de cama” en particular. Y creen que los sexólogos vamos repartiendo a diestro y siniestro “recetas milagrosas” para tener una vida erótica más satisfactoria, y cuando se encuentran con uno es lo que piden. No son conscientes de que las recetas universales son una de las cosas que más daño hacen a la sexualidad humana, ya que tenemos una sexualidad tan diversa que es imposible dar soluciones universales.
R2: ¿Qué te motivó a crear el blog 'Pareja, sexualidad y erotismo y cuál es la respuesta que ha recibido de los lectores del mismo?
AJ: Las motivaciones principales fueron dos: 1. Desarrollar mis ideas sexológicas en un espacio público en donde la gente pudiese leerlas, criticarlas, rebatirlas, matizarlas, interiorizarlas... y 2. Aportar mi granito de arena al inmenso espacio que es internet, con la esperanza de que a alguien le pudieran venir bien mis escritos para mejorar su vida erótica. Y la respuesta de los lectores ha sido muy buena, llegando a tener meses con una media de 1.400 visitas diarias. A día de hoy la frecuencia de mis publicaciones ha bajado mucho, debido a que casi todo lo que quería escribir ya lo he escrito, por lo que las visitas también han bajado. Ahora ando en una media de 400 visitas diarias, que tampoco está nada mal.
R2: En tu opinión, ¿Crees que los españoles contamos con una buena educación sexual? Si no es así, ¿qué falta en esa educación y qué mitos seguimos manteniendo?
AJ: Rotundamente no; la educación sexual sigue siendo una asignatura pendiente. Lo que ha aumentado de forma espectacular es la facilidad de acceder a contenido sexual. Pero este contenido, en un gran porcentaje es “basura” sexológicamente hablando, y lo poco que hay enriquecedor hay que saber discriminarlo, entenderlo e integrarlo, por lo que la educación sexual hoy en día es más necesaria que nunca.
Por ello es necesario que los profesionales de la sexología formemos en educación sexual a educadores y formadores (maestros, monitores, padres, abuelos...), para que ellos sean capaces de educar sexualmente bien a sus alumnos, hijos, nietos...
Respecto a los mitos, por desgracia no han desaparecido, sino que han cambiado. Ahora es raro encontrar a alguien que piense que si te masturbas te quedas ciego, o que si tienes la regla no puedes tocar las plantas porque se mueren. Pero sí que hay gente que piensa que la primera vez siempre duele, que si no hay penetración no es una relación completa, que la primera vez no hay peligro de embarazo o que al frotarse los genitales con la ropa puesta sí que hay posibilidades de embarazo.
R2: ¿Consideras que hay mucha diferencia intergeneracional en la manera de vivir la sexualidad en nuestro país?
AJ: Muchísima. La mayoría de los ancianos tienen esquemas tradicionales; en donde su erótica son genitales y coito, el objetivo es el placer del hombre y la mujer debe cumplir en la cama. Los adultos suelen tener una vida erótica más relajada, sin tantos tabúes y exigencias, sobre todo en el ámbito de la pareja estable. Y los jóvenes suelen estar desbordados por la presión de grupo, las prisas, las exigencias, las expectativas...
R2: ¿Crees necesarias las campañas institucionales en centros educativos o los jóvenes ya saben lo necesario de sexo?
AJ: No es que sean necesarias, sino que son insuficientes e incompletas. Como ya he dicho antes, los jóvenes tienen más información sexual que nunca, pero no tienen las herramientas necesarias para manejarla. Por ello es necesario, no solo las campañas “informativas” que suelen llevar cabo diferentes instituciones públicas, sino también combinarlas con una adecuada educación sexual tanto para alumnos como para profesores y padres, impartida por buenos profesionales de la sexología.
R2: Una de las entradas más comentadas en tu blog es la de ‘La primera vez’.
¿Cuáles son las mayores dudas o temores de los lectores al enfrentarse a ella?
AJ: Las chicas tienen miedo a que les duela, y los hombres tienen miedo a “fallar”. Si tienen miedo, lo más probable es que a ellas les duela, y que ellos fallen. Así que no puedo hacer otra cosa que recomendar encarecidamente la lectura de mi artículo (en dos partes).Si lo leen al completo y detenidamente un par de veces (por lo menos), prometo que ni les dolerá, ni fallarán.
R2: En tu blog hablas de ‘descoitalizar’ las relaciones sexuales. ¿Qué quiere decir esto exactamente?
AJ: El término “descoitalizar” hace referencia a eliminar el coito como elemento central de los encuentros eróticos. No es cuestión de satanizar la penetración vaginal y eliminarla, sino en convertirla en una más de las numerosas posibilidades que nos ofrece nuestro cuerpo y su erótica. Vamos, que el coito no sea ni más ni menos importante que el sexo oral, las caricias, los besos, la penetración anal...
R2: En otro de tus post introduces los términos de andrerastas y ginerastas. ¿Nos podrías aclarar a qué se refieren?
AJ: Cuando hablamos de la orientación del deseo, hablamos de homosexuales, heterosexuales y bisexuales. Estos términos no dan importancia a si lo que deseamos son mujeres u hombres, sino que dan importancia a si lo que deseamos coincide con nuestro sexo o no. Esto terminología originalmente tenía como objetivo separar las personas “normales” de las “anormales”, y por desgracia hoy en día queda mucho de esto. Por ello los sexólogos proponemos cambiar el uso terminológico y utilizar palabras que se ajustan a lo que queremos transmitir: andrerasta será todo aquel que sienta atracción y deseo por los hombres (sea hombre o mujer), y ginerasta será quien sienta atracción y deseo por las mujeres (sea hombre o mujer). Así, además de evitar que nuestro vocabulario facilite la discriminación, estaremos hablando correctamente (“andro-”: hombre, “gine-”: mujer, “-erasta”: deseo por).
R2: Para terminar la entrevista, ¿te gustaría dar algún consejo sexual a los lectores de este artículo?
AJ: No me gusta dar “consejos sexuales”, ya que, como he dicho antes, no hay recetas ni milagrosas ni universales. Pero más como idea que como consejo, animo a la gente a que tomen las riendas de su placer y que se olviden de tabúes, expectativas y exigencias; que la vida ya nos obliga a pasar demasiados exámenes ¡como para meterlos también en nuestra cama!
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