La Rioja se libra de la mafia de las setas

La Rioja se libra de la mafia de las setas

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Arrasan los montes y acaparan casi toda la producción de setas. Son bandas de recolectores procedentes de Rumanía y Bulgaria que trabajan para intermediarios “piratas”, actuando con total impunidad en comunidades cercanas como Castilla y León. En La Rioja se detectaron algunas de estas mafias el año pasado y, sobre todo, hace dos años, pero la ausencia de lluvias les ha alejado de nuestra comunidad este otoño.

Desde el Gobierno regional aseguran que no se ha detectado ningún problema con este tipo de bandas este año. Además, para controlar la recogida de setas, el año pasado se aprobó un decreto que ordena la recolección, para garantizar los recurso micológicos y la armonización de los diferentes usos y aprovechamientos de los montes.

MÁS CONTROL

Así, se establecen un cupo máximo de 3 kilos de setas por persona y día, excepto en las zonas acotadas (en Nestares, Villoslada de Cameros, Lumbreras, Ortigosa de Cameros, El Rasillo, Igea y Sotés), donde rigen las condiciones que se establezcan para el acotado, y queda prohibido también recolectar setas los lunes y martes, excepto si son festivos a escala nacional o regional. Además, la práctica no está autorizada en horario nocturno.

Por otro lado, se puede sancionar el arranque de setas con la mano desde la base del pie llevándose el micelio, así como el uso de herramientas (hoces, rastrillos, azadas…) que pueda dañar el estrato humífero o mantillo del terreno, el micelio fúngico o el aparato radicular de la vegetación. También se prohíbe remover, alterar la capa vegetal y cortar o arrancar la vegetación asociada ya sea manualmente o utilizando rastrillos u otras herramientas de la misma índole, a excepción de las trufas para las cuales deberá usarse utensilios de hoja larga y estrecha (machete trufero).

Lo cierto es que, como han indicado a Rioja2 varios agentes forestales, no ha sido tanto esta normativa como las condiciones climatológicas lo que ha disuadido a las bandas. Y es que a estos recolectores ilegales “les da igual la legislación”. Las sanciones no son muy altas y, cuando reciben alguna multa, no la pagan, porque algunos no tienen ni carné español y otros se declaran insolventes, si bien es cierto que, cuando han operado en La Rioja, no han causado grandes problemas y el problema se ha resuelto pacíficamente.

UN PROBLEMA EN CASTILLA Y LEÓN

No tienen la misma suerte nuestros vecinos castellano-leoneses. Este año, más de 500 europeos del este se han instalado en Zamora, el único punto de España en el que ha habido algo de floración micológica, como indica El Confidencial. Los vecinos de localidades como Figueruela de Arriba lamentan que estos recolectores han dejado los montes llenos de basura y han levantado todo el manto vegetal, lo que evitarán que salgan más setas otros años, además de arruinar el negocio.

Es una potente industria delictiva que acapara casi toda la producción. Estas bandas son contratadas por comercializadores españoles al inicio de la campaña, a 20 euros la jornada, y se van moviendo de unas zonas a otras. Desbrozan los montes a destajo y además esas setas no llegan a las empresas procesadoras legales, lo que conlleva la destrucción de cientos de empleos vitales para la economía rural.

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