El comercio logroñés despide a El Barato, poniendo fin a sus 76 años de vida
'El Barato', una mercería que representa una época de España, cierra para siempre. Al igual que ha pasado con sus aledaños, la tienda situada en la Plaza del Mercado, tendrá que cerrar porque “no va a más”, según ha dicho su dueña, Olga Díez.
La mercería llegaría a manos de Olga en 2014, quien cuenta, “estaba en el paro, tenía unos pequeños ahorros y la anterior dueña se iba a jubilar, por lo que hicimos el traspaso” .“Sobre todo el inicio fue bastante bien, pero luego he tenido que luchar mucho”.
“Mi idea primera y principal era jubilarme aquí y no es que yo haya dicho que no puedo, sino que me han tenido que abrir los ojos”.
“Yo me he intentado reinventar haciendo la tienda punto pack, para adelantar la edad de la visita, también hago arreglos y he trabajado con dos boutiques”. “Cuando me tenga que ir pues me voy a ir con la conciencia muy tranquila. Yo lo he intentado de todas las maneras posibles y cuando ya no puedo más pues he decidido cerrar”, confesaba.
La tienda como tal se abrió en 1947, es decir hace 76 años. Sin embargo, sería en 1957 cuando 'El Barato' se instalaría en La Plaza del Mercado.
“La Plaza del Mercado en esos años era otra cosa, había tránsito.” “Aquí antes había una parada de bus, entonces había mucha gente que venía aquí, compraba y se montaba en el autobús, se marchaba y no tenía que cargar. Eran otros años”.
“La forma de comprar ha cambiado muchísimo y la forma de moverse también. Esto es territorio de bares, cafeterías y noche, y mis aledaños han cerrado también así que no se genera ese feedback”.
Prendas como las alforjas ya no se podrán conseguir “ni en Logroño, ni en los alrededores”, o por lo menos las más tradicionales, ya que “el señor que me las cose, es un señor de Castellón, me las cose solo para mí”.
Aunque, tal y como dice la dueña y tal como se ha podido comprobar con el cierre de muchos comercios locales, “la gente lo que busca es el precio, y el precio se encuentra en las grandes superficies”.
“Las mayores de antes usamos esto”
Una de sus clientas “de toda la vida” ha confesado que ante el cierre de la tienda se siente “mal porque las personas mayores es donde compramos, estamos acostumbradas a esto”.
“En los sitios grandes se pierde el trato personalizado y nosotros somos de esos que nos fiamos de lo que nos dicen”.
Dice que a partir de ahora “buscaré donde encuentre, todavía queda alguna tienda así de estas, pero muy pocas”, “porque el que se jubila ya, ya no lo coge otro”.
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