¡Basta ya!

19 de mayo de 2025 11:57 h

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Hasta las guerras tenían sus normas. La población civil no era objetivo bélico. Los enfrentamientos se lidiaban en los campos de batalla y los ejércitos iban a los frentes para combatir al enemigo. Así ha sido hasta que llegó nuestra guerra civil y a continuación la segunda guerra mundial. Finalizada esta última, (se han cumplido ahora los ochenta años), los vencedores pisotearon a los vencidos y crearon organismos para mantener la paz. Con el tiempo hemos visto que esos organismos son papel mojado. Es el caso de la ONU y de otras entidades que nacieron de ella: UNICEF, ACNUR, UNESCO, Declaración Universal de los Derechos Humanos, Derechos del Niño, Derecho Internacional, y tantas más que se incumplen en los 56 países, con 92 naciones implicadas que ahora mismo están en guerra, según consta en la última edición del Índice de Paz Global, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz. 

Para los que vivimos en la vieja Europa las contiendas más conocidas son las de Ucrania, porque la tenemos en casa y la de Gaza, porque está aquí al lado, es la frontera Este de nuestro mar Mediterráneo. A esta segunda me voy a referir con especial ahínco: Ya está bien, ya les vale… Esto no hay quien lo aguante. El presidente de Israel tendría que estar en una cárcel de alta seguridad y los miembros de su gobierno también. Los estadounidenses que les apoyan económicamente y con el envío de las armas más sofisticadas que hoy se fabrican tendrían que estar ante los tribunales de justicia internacionales y nosotros los pusilánimes europeos, las instituciones a las que hemos votado, tendríamos, tendrían, que esconder la cabeza como el avestruz. 

Como no les da vergüenza a todos los dirigentes de la Unión Europea aparecer ante las cámaras de televisión esbozando una sonrisa, como si vivieran en los mundos de “Yupi” y haciendo declaraciones absurdas, que solo son palabras que se lleva el viento, cuando saben perfectamente que así no se soluciona el exterminio que los israelíes están llevando a cabo en Gaza y cuando saben que una organización de tanto prestigio como Amnistía Internacional, acaba de denunciar en su último boletín que: “Gaza se ha convertido en lo más parecido al infierno en la tierra”.  En Europa la mayoría parlamentaria en estos momentos es de centro-derecha, la ultraderecha ha avanzado en todos los países son, por lo tanto, ideologías cristianas y católicas, sobre todo, muchos de los políticos del centro y la derecha europeas practican la religión católica, pero se ponen tapones en los oídos para no escuchar lo que el Papa León XIV dijo este último domingo desde el balcón del Vaticano: “Me entristece profundamente lo que está sucediendo en la franja de Gaza. Cese el fuego de inmediato. Que se preste ayuda humanitaria a la población civil extenuada y se libere a todos los rehenes”. Tenemos unos políticos en Europa sordos, ciegos e ignorantes.

La señora Von der Leyen, alemana, el señor Costa, portugués, Macron, francés, Sánchez, español, Meloni, italiana… y todos los demás, no han estudiado historia contemporánea, no saben lo que hizo Hitler con los judíos, aunque asistan a las celebraciones del ochenta aniversario del final de la guerra. Miran hacia otro lado y permiten que los masacrados de entonces, sean los asesinos de ahora. Como no le da vergüenza al Gobierno de España, comprar balas a Israel. ¿Qué va a hacer con ellas el ejército de nuestro País?, ¿disparar al tiro pichón.? Y qué pensar de la empresa israelí que ha comprado Barpimo. Ya sé: no debo decir nada. Es una entidad privada, que vende a otra también privada. Pero ya es casualidad. Podía haber sido sueca, india, mexicana… Que sea israelí y con la que está cayendo, en fin, es mala suerte.

A mí todo esto me parece de un hipócrita. Los europeos tenemos una paciencia infinita porque aunque la derecha y la ultraderecha ganen adeptos, no quiere decir que millones de personas apoyemos las barbaridades que nos obligan a ver y suscribamos las burdas mentiras que nos cuentan. El problema es que cuando los personajes que he citado y otros más, se vayan a sus casas, porque no habrá quien les vote, ellos seguirán en su zona de confort y los ciudadanos de a pie, los que van a trabajar todos los días, los que soportan la subida de los precios, los que carecen de una vivienda digna, los que no tienen hijos porque su economía familiar y personal no está para Dodotis, todos estos que sí somos mayoría seremos los más perjudicados. No me cabe la menor duda. Sin embargo, no podremos hacer otra cosa. Hartos de tanta inacción y tanta palabrería, nos tendremos que quedar en casa. Para cuando eso suceda, tal vez no falten muchos años, Gaza será una zona turística de lujo a la que irán de vacaciones los multimillonarios de Europa y de Estados Unidos, es lo que unos quieren y otros les consienten. 

Nuestros votados dirigentes europeos se lo habrán buscado porque ni hacen, ni quieren, ni saben… y en vez de rodearse de asesores capaces, se rodean de palmeros que les pasan la mano por la espalda. Si estuvieran a pie de calle y conocieran a sus votantes oirían el '¡basta ya!' que estamos clamando desde hace tiempo y que el pasado once de mayo gritaron en la manifestación de Madrid a la que creo que no acudieron.

STOP AL GENOCIDIO EN GAZA.

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