Sevilla, clasificado

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Los nervionenses alinearon un once inicial con la inclusión de Renato, debutante esta temporada, jugando en la media punta, y con Kanouté como único delantero, ante la baja de Luis Fabiano. Enfrente, los austriacos pusieron en liza, como no podía ser de otro modo por el marcador en contra que tenían, un equipo netamente ofensivo, con hasta tres atacanteS, entre los que destacaba, sobre todo, el espigado Janko, que no estuvo en la ida por lesión.

El choque comenzó como era de esperar, porque los locales se lanzaron a un ataque frenético sobre el portal defendido por Andrés Palop, que se tuvo que emplear a fondo en hasta ocho ocasiones, para impedir que las acometidas rivales terminaran con el balón en su red. Sin embargo, la ofensiva austriaca, conducida por el ya mencionado Janko y el siempre peligroso Zikler, pecaba de falta de mordiente en los momentos finales.

De este modo, y pasado el primer cuarto de hora, el Sevilla, que parecía no acusar el hecho de jugar sobre césped artificial, empezó a sacudirse el dominio adversario y avisó de que también estaba sobre el campo, con un disparo de Navas desde el borde del área. El propio palaciego tuvo una ocasión cantada para finiquitar la eliminatoria en el minuto 20, al recibir un pase medido y rematar fuera a portería vacía, cuando había ya superado al portero.

Sin embargo, la medular del Sevilla no terminaba de cerrar el paso a la delantera rival, y eran los centrales y Palop quienes sudaban en jugadas como la protagonizada por Zikler, que a la media hora asustaba con una chilena y con un tiro desde el punto de penalti casi a renglón seguido. Pero entonces (min. 37) apareció Adriano quien, tras quebrar a un defensa en banda zurda, le puso una pelota de gol a Kanouté, y el malí fusiló a bocajarro el 0-1, que sentenciaba definitivamente el litigio.

Pero el Salzburgo no bajó los brazos y en la reanudación Zikler tenía el empate, con un testarazo que se marchó fuera por poco. Sin embargo, el esquema del partido ahora estaba claro, y con los 'toros rojos' volcados arriba, el Sevilla sólo tenía que esperar para aprovechar los huecos que su contrincante dejaba atrás. Y, así, se sucedían las llegadas ante el marco austriaco, hasta que, al fin, un penalti de Sekagya sobre Kanouté, siempre bien servido de pases por Jesús Navas, propició el 0-2, materializado por el propio delantero africano, que despejaba cualquier mínima esperanza que les quedara a los austriacos.

El resto del partido no tuvo historia, a pesar de que Janko aún tuvo tiempo de rematar una falta al palo. En resumen, los de Jiménez se dedicaron a saborear el triunfo y desperdiciar nuevas oportunidades, aunque lo importante ya era reservar fuerzas, pensando en el choque liguero del domingo contra el Bilbao y en el sorteo de la próxima ronda, que se celebrará el martes.

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