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Por qué Madrid no es Murcia: el PP intenta salvar su feudo histórico a toda costa

Cristina Cifuentes junto a Albert Rivera en el acto de apertura de la XII Legislatura. / Efe

Sofía Pérez Mendoza

Dejar caer a Cristina Cifuentes le puede salir muy caro al PP. Génova trata de exprimir la negociación, rebaja la bronca con Ciudadanos y le pide una oportunidad para recomponer la crisis desatada por el escándalo del máster. Las ovaciones de este fin de semana han dejado paso a la incertidumbre, la cautela y las buenas palabras hacia sus socios de investidura. “Siempre hemos tenido muy en cuenta lo que nos decían. Es un partido al que respeto”, afirmaba este martes el portavoz del Gobierno de Cifuentes, Ángel Garrido.

La estrategia de Ciudadanos para salir reforzado electoralmente de esta situación se parece mucho a la que siguieron en Murcia con el imputado Pedro Antonio Sánchez –una exigencia de dimisión seguida de la amenaza de apoyar una moción de censura como medida de presión o la bautizada como “vía murciana”– pero nada tiene que ver el contexto en el que se libra esta batalla entre Mariano Rajoy y Albert Rivera.

Madrid, un feudo histórico cuya pérdida condena las generales

El PP gobierna en la Comunidad de Madrid desde 1995. Lleva siete legislaturas al frente de la segunda comunidad más rica de España. Un feudo histórico cuya pérdida, una vez perdido también el Ayuntamiento, condenaría las expectativas de cara a 2020.

“Sea como sea, no podemos perder Madrid”, dicen fuentes populares en privado. En el PP ya hablan abiertamente de una crisis de Gobierno que alcanza al PP nacional, que ha asumido las riendas de unas negociaciones hasta ahora infructuosas. “No hay nada que negociar con el PP. Están barajando candidatos”, aseguraba este martes el líder de Ciudadanos Albert Rivera, un extremo que no confirma Génova.

La crisis murciana también se dirimió entre las direcciones nacionales, pero Murcia no es Madrid. Y la onda expansiva de perderla no alcanzaba a la Moncloa.

La cabeza de Cifuentes entierra la regeneración vendida por el PP

Una hipotética salida de Cifuentes, ya sea por una dimisión o por efecto de una moción de censura exitosa, echa por tierra al PP de la regeneración que ella ha encabezado. Supone el fin de la outsider transparente y ajena a la corrupción, de la apuesta segura del PP para 2019 hace solo unas semanas.

El expresidente murciano tardó 45 días en dimitir. Cristina Cifuentes, cuya cabeza es la principal baza electoral para Ciudadanos, resiste en la Puerta del Sol desde hace 22.

Una crisis en precampaña: la moción como última oportunidad

No es lo mismo vivir una crisis de este calado en la mitad de la legislatura, como pasó en Murcia, que en precampaña. Queda apenas un año para las elecciones autonómicas y el tiempo corre. Los socialistas presentan su moción de censura como “la última oportunidad” para un gobierno alternativo. También lo es para Ciudadanos si decide sumarse a esa oposición ante el enrocamiento de Cifuentes.

Los de Aguado no podrían liderar una nueva moción hasta septiembre –no es posible presentar dos en el mismo periodo de sesiones– y, aunque quisieran, no sería posible porque no cuentan con los diputados suficientes para hacerlo. PSOE y Podemos ya han avanzado además que no tendrán su respaldo en este hipotético escenario.

Un adversario henchido por las encuestas

Ciudadanos llega a este brete con la autoestima alta gracias a las previsiones favorables de las encuestas. De su jugada con Cifuentes saben que pueden obtener un gran rédito electoral y cuidan sus movimientos. Que el camino a 2019 se haga con un rival débil enfrente, bien sea el cádaver político de Cifuentes o un repuesto con poco tirón electoral, les conviene.

Los populares han intentado en los últimos meses encapsular a los de Aguado en el “tripartito de la oposición” para tratar de separarse de ellos, pero las circunstancias han obligado a replegar esta estrategia. Si los populares ya admitían antes del escándalo el temor a una fuga de votos, ahora ese miedo se agudiza.

Un candidato para la moción aupado por Ferraz

Los socialistas de Madrid afrontan la moción de censura con un candidato de cara conocida, respetado por la mayoría y cuyo liderazgo puede consolidarse en este año. Ángel Gabilondo, además, da este paso político aupado por Ferraz. “Ferraz no me ha impulsado a nada pero sí es verdad que me ha dado –tanto Ferraz como el partido en Madrid– la cobertura, el aliento y el impulso para decir que esto es razonable”, decía en una entrevista con eldiario.es.

El panorama era bien distinto en Murcia. Al frente de Ferraz estaba la gestora, que no respaldó con tanto entusiasmo a Rafael Martínez Tovar como Sánchez lo ha hecho con Gabilondo. La dirección interina del PSOE, no obstante, sí apoyó la presentación de la moción de censura contra Pedro Antonio Sánchez y criticó a Ciudadanos por su posterior apoyo al PP.

No hay imputación pero sí una condena popular al máster “regalado”

La situación de imputación de Pedro Antonio Sánchez, investigado por el caso Auditorio, no se repite en Madrid con Cristina Cifuentes. La presidenta no está imputada pero el escándalo de su máster ha provocado un rechazo social importarte. Alumnos y docentes se han movilizado en manifestaciones, han enviado comunicados y cartas de repulsa y han llevado los hechos a la Fiscalía.

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