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Detectada la presencia de amianto en algunos vagones del metro de Madrid

Detectada la presencia de amianto en algunos vagones del metro de Madrid.

Sofía Pérez Mendoza / eldiario.es

Algunos vagones de metro de Madrid de las líneas 6 y 9 mantiene amianto, una sustancia cancerígena, en algunas piezas de su parte inferior, según ha confirmado Metro de Madrid a eldiario.es y ha adelantado El Mundo. Los convoyes son de la serie 5.000 y 2.000 y tienen entre 35 y 40 años de antigüedad. La empresa no tiene cuantificados el número de trenes afectados. 

Los viajeros que cogen estos trenes no se exponen a ningún peligro porque la sustancia se encuentra en un “componente eléctrico” en los bajos los vagones, una pieza “encapsulada” a la que no se tiene acceso, explican desde Metro. 

El riesgo se produce cuando estas piezas son manipuladas por los trabajadores o hay una exposición a las fibras por inhalación. Por eso, Metro confirma que, ante la duda de si hay o no esta sustancia cuando tiene que repararse algo, “se paraliza la operación hasta que no se analiza”. “Amianto hay en muchas construcciones y piezas antiguas. Mientras que ese amianto esté aislado y no se intervenga, no hay riesgo”, indica José Ignacio Rodríguez, delegado de Prevención de Riesgos Laborales de CCOO. La sustancia, en forma de plancha o revestimiento, está en algunas zonas de las estaciones más antiguas (como suelos, bóvedas...), lo que no supone per se un peligro para los viajeros. Sí lo sería si se produce un desprendimiento o una rotura y hay presencia de las fibras en el ambiente. 

Los sindicatos denuncian que la empresa ha empezado a tomar “serias medidas de prevención” cuando se confirmó un caso de cáncer, reconocido como enfermedad profesional, por exposición prolongada a este material. A partir de ese momento, aseguran, Metro inició reconocimientos médicos específicos para la plantilla expuesta a esta sustancia. 

Más posibles casos de cáncer

CCOO advierte que hay al menos otro trabajador más con la misma enfermedad y por el mismo motivo, aunque aún no se le ha reconocido administrativamente que sea laboral, explican fuentes de Prevención. El sindicato tiene sospechas de que pronto se confirmará un tercer caso. 

“Ha tenido que pasar esto para que se desatara todo”, critica Teo Piñuelas, secretario general de Metro de UGT. CCOO, por su parte, asegura que hasta hace unos meses “la mayoría de gente no tenía conciencia de prevención”. “No se había hecho ninguna campaña. No se había advertido. La actuación ha sido a posteriori, no preventiva, pese a que venimos advirtiendo a la empresa que es un problema que hay que vigilar”, apunta Rodríguez. El delegado explica que Metro de Madrid “hizo catálogo de materiales e instalaciones” susceptibles de contener amianto en 2001 del que los sindicatos no supieron hasta hace poco. 

Manipular con seguridad, no retirar

Fuentes de Metro explican que no se va a proceder a una “operación de desamiantado”, sino que se está intentando identificar las piezas que pueden tenerlo para estar alerta cuando haya que manipularlas “haciendo formación con los trabajadores”. Este mismo viernes se ha reunido a los delegados de prevención para enseñarles a diferenciar por el color y el aspecto los componentes eléctricos que puedan contener la sustancia, confirman los sindicatos. En todo caso, las series de trenes afectados no se van a retirar de la circulación. Irán desechándose cuando “acabe su vida útil”, dicen desde Metro. 

A finales de los años 90 ya se identificó la presencia de amianto en piezas de los convoyes. Entonces, eran los propios trabajadores quienes manipulaban el material, “con guantes y nada más”, recuerda Piñuelas, que entonces trabajaba en mantenimiento. 

Tuvo lugar primera intervención que, sin embargo, no acabó con todo el amianto presente en las maquinarias. “Algún vacío ha quedado ahí y la actuación de metro, vistas las consecuencias no fue del todo correcta. No se revisaron todos los trenes”, asumen los especialistas en Prevención de UGT. 

Desde 2003 hay una normativa en vigor que prohíbe el uso de la sustancia a partir de ese año y obliga a que sea una empresa especializada, inscrita en un registro especial, la que se encargue de la manipulación para garantizar la seguridad. 

Metro aclara que, según esta norma, el amianto “no se tiene que quitar de las instalaciones en las que ya estaba siempre y cuando esté en buenas condiciones de mantenimiento”. No obstante, la sustancia es sustituida allá donde se encuentre a medida que la red se renueva, dicen las mismas fuentes. 

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