La funcionaria de Igualdad que incomodó al Gobierno de Almeida y acabó cesada
Había trabajado para gobiernos del Partido Popular casi toda la vida. Rosa María Gómez Rivera llevaba 40 años ejerciendo como funcionaria del Ayuntamiento de Madrid. De interina en los primeros ochenta pasó a ser la número dos de la concejala Celia Mayer en el mandato de Manuela Carmena. La corporación de PP y Ciudadanos la mantuvo en el puesto como directora general hasta que las cosas empezaron a torcerse. Los desacuerdos con la cúpula del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, con el concejal Pepe Aniorte a la cabeza, terminaron de la peor manera que pueden acabar estas cosas: con el cese de Gómez por la puerta de atrás y una gran polémica mediática.
Los que la conocen cuentan cómo su móvil se desbordó de mensajes y llamadas la tarde del 25 de enero. La agencia de noticias Europa Press contaba en primicia su salida del Ayuntamiento. La administración para la que había trabajado en el último año y medio como directora general de Coordinación y Cooperación Institucional para la Igualdad de Oportunidades disfrazaba su cese de dimisión de “mutuo acuerdo”. Hacía seis días que le habían comunicado que nunca más volvería a su puesto. No fue una salida pactada. Estaba a las puertas de la jubilación.
Entre las partes implicadas en el conflicto hay acuerdo sobre que el desencuentro se enquistó en diciembre. El Ayuntamiento quería reforzar los servicios sociales ante la emergencia sobrevenida por el coronavirus y planeaba extraer algunos recursos del departamento de Gómez. El movimiento de fichas se negoció prácticamente puesto a puesto con un clima cada vez más tirante. La oposición de la directora general a que recortaran a su equipo incomodó a la cúpula del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social.
A medida que las relaciones laborales fueron enconándose, la funcionaria se convirtió en una piedra en el zapato. En las conversaciones que se sucedieron durante esas semanas más tensas se habló de todo, también de las consecuencias políticas que podía acarrear el recorte que proponían. “Esto te va a dañar”, dijo Gómez a Aniorte. Ciudadanos asumió el riesgo. No esperó a la jubilación. A cambio le ofreció un puesto como “consejera técnica” que la funcionaria rechazó. El 19 de enero fue su último día al frente de la dirección general. La Junta de Gobierno aprobó su cese nueve días después.
El grupo municipal de Begoña Villacís, responsable del área de Igualdad que ha ordenado el cese, lleva semanas tratando de explicar que eliminar la Dirección General para la Conciliación y la Igualdad de Oportunidades para unirla con la encargada de las políticas contra la violencia de género no afecta al compromiso de la corporación con estos asuntos ni merma el presupuesto. La mayor parte de las trabajadoras se han quedado en el macrodepartamento resultado de la fusión, excepto una subdirectora y una secretaria que pasan a engrosar el equipo dedicado a combatir la emergencia social, donde se forma una nuevo departamento.
Los cambios han enrarecido el clima interno y han hecho cundir el desánimo entre algunas trabajadoras. La mayoría sitúa los acontecimientos en el marco de un “enfrentamiento” que sirvió a Ciudadanos como un pretexto para ejecutar su remodelación interna a máximos. La idea inicial, coinciden varias fuentes consultadas, no era cesar a Gómez sino reducir la estructura por debajo. Estas fuentes aseguran que PP y Vox han “visto con buenos ojos el cambio”, que además sirve para “reforzar el desaguisado de los servicios sociales”, pero desvinculan la decisión con una presión directa de la extrema derecha. Ciudadanos también lo ha negado.
De Tierno Galván a Almeida
Su andadura en el Ayuntamiento de Madrid empezó en 1981 como psicóloga en los servicios psicopedagógicos municipales. Durante sus años de interina, después como técnica de educación, promovió planes de desarrollo comunitario que no gustaron a algunos concejales de la administración que dirigía José María Álvarez del Manzano y tuvo “problemas graves” que derivaron en la apertura de un expediente que finalmente se paró.
De 2003 a 2017, tres cambios de Gobierno mediante, trabajó como jefa de departamento en la Dirección General de Igualdad entre Mujeres y Hombres. En esta época promovió los Espacios de Igualdad, una idea innovadora que se materializó por primera vez en la alcaldía de Alberto Ruiz-Gallardón. El impulso definitivo a esos recursos para el empoderamiento de las mujeres y la detección de la violencia de género sucedió en el mandato de Manuela Carmena. Gómez tocó techo profesional en estos años. Ocupó el puesto de mayor responsabilidad de su vida laboral como coordinadora del área de Igualdad y Diversidad que dirigía Celia Mayer.
Hace justo un año, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida alabó su dedicación como funcionaria en el acto que se celebra por el Día Internacional de las Mujeres. Nada le hacía pensar que este 8M no estaría en el despacho, sino en su casa, estrenando una jubilación que no pensó que llegaría tan pronto. Ni mucho menos que lo haría a la fuerza, empujada por Ciudadanos.
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