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Madrid homenajea a las víctimas del nazismo 80 años después: “El memorial facilita la reparación”

Las columnas con los nombres de los madrileños víctimas del nazismo.

Aurora Santos-Olmo

28 de julio de 2022 22:44 h

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Cinco piezas y ocho toneladas van a recordar y a tratar de reparar la memoria de los 449 madrileños víctimas del nazismo. El primer monumento dedicado a las personas que fueron deportadas a los campos de concentración va a llegar a la capital casi 80 años después de que terminara el Tercer Reich. A la espalda de la Casa de la Villa, en la Calle del Rollo, en pleno centro de la ciudad, después del verano se va a instalar un memorial ideado por la asociación AMICAL de Mauthausen y otros campos de concentración y ejecutado por el escultor José Miguel Utande. 

“Uno de nuestros objetivos es que en todas las localidades de España en las que hubo deportación, hubiera un monumento con los nombres de las víctimas. En Madrid nunca había salido, a pesar de haberse propuesto varias veces”. Habla Concha Díaz Berzosa, vicepresidenta de AMICAL, que aunque lamenta que “llega tarde”, valora que al menos llega. En la misma línea se pronuncia el abogado especialista en Memoria Histórica Eduardo Ranz, que expresa que la obra “permitirá honrar a quienes fueron esclavizados por ser contrarios a los totalitarismos”.

Los trabajos comenzaron hace cinco años cuando en 2017, bajo el mandato de Manuela Carmena, se aprobó por unanimidad de los grupos políticos que entonces ocupaban el Consistorio la llegada de este conjunto de esculturas. La pandemia, la guerra de Ucrania y el encarecimiento de los materiales han extendido su duración hasta hoy. Ahora, descansan en un polígono de las afueras de Madrid a la espera de ser trasladados a su destino definitivo. 

“Yo creo que ha quedado muy bien”. José Miguel Utande vigila entre los ruidos propios de un taller los últimos retoques que están dando los operarios a su obra. “Me emocionaba según veía cómo se iba montando”, indica, mientras explica que la ha ido haciendo por partes que se han unido posteriormente.

Además de las tres columnas y la Puerta de la Libertad, “lo más grande” de la escultura, hay otra placa grande que contiene un fragmento del Juramento de Mauthausen. “Sobre la base de una comunidad internacional, queremos erigir a los soldados de la libertad caídos en esta lucha sin tregua, el más bello monumento”, reza sobre el fondo de acero. “He empleado elementos como el triángulo que les ponían cuando les consideraron apátridas”, explica Utande señalando la escultura. 

Para lograr el resultado actual, el artista ha llevado a cabo una importante tarea de documentación que, confiesa, le ha producido “un profundo desasosiego interior” que le ha costado superar. “No puedes pensar en esa crueldad de un ser humano contra otro”, dice mientras continúa paseando con elDiario.es a lo largo de la nave y repasando los detalles de la escultura. “Esto no es un hecho histórico, es un hecho contra la humanidad y que todavía haya quien lo niega, no me cabe en la cabeza”, asegura, para añadir que a día de hoy ve similitudes “desgraciadamente” aunque cree que “existen los suficientes métodos de control para que no se repita”. 

Los nombres de las víctimas llenan las tres columnas del memorial, que miden tres metros de alto y pesan 600 kilos cada una. Entre ellos figuran los de personas anónimas, como Manuel Álvarez o Pablo García Velasco, pero también conocidas como Francisco Largo Caballero o Jorge Semprún. “Están inspiradas en obras mías”, expresa mientras desplaza sus dedos sobre ellas, “pero les he quitado las ‘partes bonitas’ y las he dejado contundentes y sin recreaciones estéticas”. 

“Yo creo que este monumento lo que hace es recordar a todo el mundo que pase por el centro de Madrid que hubo víctimas que lucharon por la libertad y que esas víctimas eran españolas y eran conciudadanos nuestros y que lo sacrificaron todo y muchos de ellos pues pagaron un precio muy alto”, apunta Díaz Berzosa, que añade que le parecía “muy importante” que el monumento se situase en una parte concurrida de la ciudad. La vicepresidenta de AMICAL lamenta que en España “hay mucha gente joven que no sabe que hubo una dictadura de 40 años”. Eso, indica, lleva a que se acaben cometiendo “los mismos errores del pasado”, al dejarse también “obnubilar” por las ideas que defiende gran parte de la derecha española. En eso coincide Utande, que asegura que quienes no creen en el sistema “no deben estar en las instituciones”. 

La asociación AMICAL, que ha ideado la creación de este monumento, lamenta que todavía haya presencia de nombres fascistas y de placas en las calles. “Madrid tiene un problema y tiene que dignificar sus calles. Esto no debería ocurrir en ninguna ciudad europea”, dice Díaz Berzosa. “Tenemos un gran déficit democrático”, denuncia, para añadir que tendría que haber placas en los edificios y plazas que recordasen lo que sucedió en ellos: “Una ciudad tiene su historia y los madrileños no conocemos la nuestra y los políticos no se molestan en que lo hagamos. El franquismo acabó hace más de 40 años, claramente no hacemos los deberes”. 

Tanto la asociación como el artista que ha creado la obra esperan que sirva para aportar conocimiento sobre partes de la historia reciente que por unas u otras razones han sido silenciadas. “La llegada de este memorial nos mete de lleno en la reparación”, valora Utande, que considera “muy importante” igualmente que se aprobase en 2017 por unanimidad de los grupos políticos. “No hice la escultura para lucirme, sino para aportar con mis ideas artísticas al reconocimiento a estas personas y sobre todo a la reparación”, zanja.

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