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La reforma de Plaza España se topa con las caballerizas de Felipe II

El tramo de Bailén en obras

Constanza Lambertucci

Son, por ahora, unos centímetros de ladrillos descoloridos que apenas se distinguen entre escombros, pero su descubrimiento ha frenado la principal obra del centro de Madrid. Los trabajos de remodelación en Plaza España, en el tramo de la calle Bailén que pasa delante del Senado, han sido paralizados después de que se encontraran allí restos arqueológicos de las antiguas caballerizas de Felipe II. La Comunidad de Madrid deberá determinar ahora si se continúa con las actuaciones en esa zona o si preservan los hallazgos.

El calendario de ejecución de las obras en Plaza España y su entorno, que contempla 21 meses de trabajos con un presupuesto de 62 millones de euros, comenzó a correr el pasado febrero cuando el anterior Gobierno municipal, entonces dirigido por Manuela Carmena, adjudicó las obras a las empresas PACSA S. L. y Fomento de Construcciones y Contratas S. A. La reforma pretende comunicar peatonalmente Plaza España con Madrid Río, el Palacio Real y la Gran Vía, una área de unos 120.000 metros cuadrados.

La primera etapa de las obras, que se emplazan en la zona arqueológica del recinto histórico de la Villa de Madrid, protegida como Bien de Interés Cultural, empezó en mayo. Este mes iniciaron los cortes al tráfico en las calles Bailén y Ferraz para unir ambas vías con pasos inferiores. Las máquinas empezaron a levantar el pavimento en el tramo que pasa delante del Senado el 5 de agosto y tras un par de semanas tuvieron que parar.

El equipo de arqueólogas que supervisa las obras descubrió los perfiles de muros y tabiques que “previsiblemente” son de las antiguas Caballerizas Reales de la Regalada. “Cuando en 1561 Felipe II hace de Madrid la capital crea unas caballerizas importantes que cerraban la plaza de armas”, explica la arqueóloga que dirige la supervisión de las obras, Esther Andreu. Esas caballerizas se demolieron “porque quedaron muy pequeñas”. Años después, el arquitecto italiano Francesco Sabatini proyectó otras, “enormes, muy importantes, que tenía más de 500 caballos”, según cuenta la arqueóloga, que también fueron demolidas para construir la calle que ahora pasa por delante del Senado.

Andreu camina junto a las vallas amarillas para mostrar los hallazgos. El antiguo paso elevado que transcurría por encima ya ha sido demolido. Hay una vista clara del Senado y, detrás, del edificio de Plaza España. Hacia el otro lado, se alza el Palacio Real. “Sabemos lo que había justo hasta ahí”, señala. “Las obras de la calle Bailén y de la plaza de Oriente las dirigí yo también”, recuerda. La arqueóloga supervisó en los años 90 esa excavación y autorizó el derribo de restos medievales y del Siglo de Oro, una decisión que fue criticada por más de 200 expertos , según contó El País en ese momento.

“Sabemos que lo que ha aparecido, por el tipo de argamasa, por las dimensiones del ladrillo, es una estructura del siglo XVI”, explica Andreu. Y aclara: “Lo que no sabemos es si cuando Sabatini crea las grandes caballerizas esto lo arrasa y sobre esto crea el nuevo edificio o si esto lo reutiliza y amplía el edificio absorbiendo esta parte por dentro”.

La arqueóloga enviará esta semana, según ha anunciado, el informe de los hallazgos a la Comunidad y espera la confirmación para empezar a excavar. “¿Cuánto tiempo vamos a estar excavando? No lo sé”, asegura. Podrían ser “un par de meses” o más, según lo que encuentren, aclara. “Y cuando esté todo excavado y todo bien documentado y estudiado la Comunidad de Madrid considerará si no hay ningún resto de relevancia especial y se puede hacer el túnel”.

“No tiene por qué suponer una dilación muy grande”

El asunto ha derivado en otra guerra política en la capital. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha aprovechado los descubrimientos para apuntar contra el Ayuntamiento de Manuela Carmena. “El anterior equipo de Gobierno, por razones puramente electoralistas, lanzó esta obra sin asumir que obviamente tenía que haber un control arqueológico”, ha apuntado el miércoles durante una visita a la zona donde se descubrieron los restos. “Esto nos coloca en una suerte de incertidumbre, de si tendremos que ampliar el plazo de ejecución de la obra o incluso incrementar el presupuesto”, ha sugerido. Almeida se ha comprometido, a la espera de la decisión del Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso (PP), cuya Dirección General de Patrimonio Cultural continúa vacante , a “que no se produzca ese retraso y proteger el patrimonio arqueológico”.

Fernando Porras-Isla, uno de los arquitectos que dirige las obras, minimiza, sin embargo, el impacto que el descubrimiento de los restos pueda tener sobre los plazos de ejecución de la obra. “Ese tramo de Bailén se postergará un poquito en el tiempo, pero no tiene por qué significar un gran trastorno en los plazos teniendo en cuenta todo lo que hay que hacer en la plaza”, asegura. Explica que por tratarse de “una obra muy compleja” los planes de obra “todavía no estaban completamente diseñados”. “No tiene por qué suponer una dilación muy grande de las obras porque se va a poder seguir en Ferraz, en la calle Princesa, en Ventura Rodríguez”, precisa.

El proyecto, que fue diseñado por los estudios de arquitectos Guadiana y Porras La Casta y elegido en un proceso de participación ciudadana, recibió el visto bueno de la Comisión Local de Patrimonio Histórico, que depende de la Comunidad, en abril de 2018. “[El estudio] estaba previsto en el proyecto desde el momento inicial”, defiende el arquitecto. “Si no, no se hubiese aprobado”, dice y continúa: “La ley lo dice. En estos entornos, es obligatorio hacer un estudio para cualquier proyecto que va a intervenir en el subsuelo. Tiene varias fases: un estudio que se hace durante el proyecto y luego hay un proyecto arqueológico que se hace durante la obra”.

“El hecho de que ahora aparezcan estos restos va a ralentizar ese tramo”, repite el arquitecto e insiste en que estaban previstos. “Pero la obra no es más complicada porque haya hallazgos arqueológicos. Es complicada per se , porque está en el centro de la ciudad. Hay dos líneas de metro, unas líneas importantísimas de transporte de energía eléctrica, está el Palacio Real, está la Gran Vía, más de 30.000 coches que pasan al día”, dimensiona, y añade: “El tema arqueológico es una cosita más de todo esto. Y hay que tenerlo en cuenta”.

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