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Los 33 monumentos y homenajes a las víctimas del 11M en Madrid: “Es vital que la memoria se pueda tocar y permanezca”

Homenaje a las víctimas del 11M en Ciudad Universitaria.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Hay horrores tan traumáticos que cuesta pensar en la posibilidad de su olvido. Con 192 víctimas mortales, en torno a 2.000 personas heridas y una sociedad marcada para siempre, los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 siguen incrustados en el recuerdo de un país que aquel día vivió el peor ataque terrorista de su historia. Pero también fue una desgracia rodeada del engaño político y la manipulación mediática. En este contexto, mantener la memoria se vuelve imprescindible. A ello contribuye combatir la mentira informativa y discursivamente, pero también hacerlo de una forma tangible y física.

Es la función de los monumentos o placas conmemorativas, una manera de acompañar a supervivientes y allegados de los asesinados. Algunos homenajes son individuales, focalizados en alguna de las personas que murió por su especial vinculación a una calle, un barrio o un pueblo. La mayoría, en cambio, mantienen vivo el recuerdo colectivo de aquel jueves.

Como escenario de los atentados que fue, Madrid es con diferencia la región que concentra un mayor número de estos tributos. La Asociación 11M Afectados del Terrorismo ha recopilado 33 conmemoraciones en toda la Comunidad*, que pueden consultarse en el siguiente mapa.

Todas ellas rinden memoria a quienes sufrieron una acción terrorista que conmocionó todo el país, pero que tuvo lugar en su corazón y su centro. Es por ello que aquí se concentran más de un tercio de los 85 homenajes que la entidad constata a nivel nacional.

Eulogio Paz, presidente de la Asociación, matiza en conversación con Somos Madrid que el conteo “puede ser incompleto o estar desactualizado” por mucho que intenten mantenerlo al día. Apostilla además que optan por considerar también como monumento o placa en memoria del 11M “todos los erigidos en honor a víctimas del terrorismo sin especificar un atentado concreto”, siempre y cuando se hayan levantado a partir de aquel infame 11 de marzo de 2004.

“Es vital que la memoria se pueda tocar y permanezca”, señala Paz, que perdió a su hijo en los atentados. Desde su Asociación han editado el libro 11M Memorial, que lista esos 85 homenajes, los clasifica por comunidades autónomas y los acompaña con fotografías más códigos QR con los que comprobar su ubicación exacta. Pueden adquirirse ejemplares en este enlace.

De parques, placas y raíles

Los monumentos son de estilo, enfoque, tratamiento y ambición completamente diversos. Los más conocidos se ubican en escenarios de la masacre: el de Atocha, actualmente inmerso en una remodelación profunda; el de El Pozo o el asentado sobre la estación de Santa Eugenia. Se incluyen también espacios naturales, como los Árboles para la Memoria del Parque de los Cerros de Alcalá de Henares, el Parque 11 de marzo de Loeches o el Bosque del Recuerdo del Parque del Retiro en Madrid (con 22 olivos y 170 cipreses, un árbol por cada víctima mortal).

La Asociación no se olvida de placas conmemorativas como la de la fachada de la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol. Colocada ya en marzo de 2004, en ella reza el siguiente mensaje: “Madrid agradecido a todos los que supieron cumplir con su deber en el auxilio a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 y a todos los ciudadanos anónimos que las ayudaron. Que el recuerdo de las víctimas y el ejemplar comportamiento del pueblo de Madrid permanezca siempre”.

Una inscripción semejante se encuentra en la pared del Centro Deportivo Municipal Daoíz y Velarde, en el barrio de Pacífico. En este caso, la plancha resalta que las víctimas “fueron trasladadas al hospital de campaña que se estableció en esta Instalación Deportiva” y muestra el “agradecimiento al coraje y generosidad de todos los servicios y personas que acudieron en su socorro”.

Aunque sin duda uno de los tributos más especiales, por el concepto y por su materialización, es el de Ciudad Universitaria. En el jardín del Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid se encuentra la obra (porque la memoria también puede ser arte) A tu ausencia le hacía falta un rostro, a ese rostro, probablemente, un destino, de los profesores de la Facultad de Bellas Artes José de las Casas y Pablo de Arriba.

Estos versos del poeta egipcio Edmond Jabès dan nombre a la pieza y están grabados sobre nada menos que una vía de tren retirada de Atocha. El homenaje se compone de un bloque de granito hueco, cuadrado por fuera y circular en su interior, del que mana agua que cae en el citado raíl hasta llegar a otro bloque cuadrado de piedra. El camino del agua está marcado por un lagarto y una ranita de bronce al principio y al final del recorrido, sobre los bloques de piedra. Finalmente, el agua deriva en un estanque donde se detiene.

Así funciona cuando no sufre desperfectos, porque Paz lamenta que tanto en este como en muchos otros espacios deben estar vigilantes para que la conservación sea la apropiada: “Tuvimos que pedir que limpiaran y arreglaran las letras de la inscripción porque apenas se leía”.

Incluidos los memoriales a todas las víctimas del terrorismo

En cuanto a los homenajes a todas las víctimas del terrorismo, no específicamente las del 11M, uno de ellos se encuentra en otro centro universitario: el patio central del campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos. La escultura de Diana García Roy, que presenta a un hombre tambaleándose y que aparenta estar a punto de darse por vencido, comparte protagonismo en el recinto con otra estatua dedicada a Miguel de Cervantes.

Una fuente en Parla, una placa en Torrelodones o una glorieta en Alpedrete son otros de estos memoriales que la Asociación considera que son parte de su propia memoria por haberse erigido con posterioridad a aquel fatídico 11 de marzo.

Un recuerdo que también ha cruzado fronteras. No solo las madrileñas, con homenajes en otros puntos del país e incluso en pueblos pequeños de Sevilla o Ávila donde alguna de las víctimas nació o contaba con estrechos vínculos. Eulogio Paz menciona el caso de una placa inaugurada en Rumanía, país de origen de hasta 16 de las 192 víctimas (de Ecuador, tercer país por número de asesinados, procedían seis).

Como apunta el presidente de la asociación, estos ejercicios de memoria, justicia y mínima reparación “ayudan a que no se pierda el relato objetivo de lo que ocurrió”. Que no se diluya ni en el espacio, ni en el tiempo, ni en el ruido, ni en las mentiras. Porque “hace falta mucha fantasía para soportar la realidad”, como recoge la frase inscrita en la contraportada del libro 11M Memorial, pero a veces también hace falta una verdad tangible y visible.

*El mapa incluye 34 homenajes en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el obelisco erigido en San Agustín del Guadalix en 2005 por iniciativa de un Gobierno municipal socialista fue posteriormente trasladado a otro punto de la localidad y todas las menciones al 11M quedaron eliminadas. Sobre la placa original, el Ayuntamiento del PP colocó en 2018 otra dedicada a Guardias Civiles asesinados en la lucha contra el terrorismo.

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