Fernando del Paso deposita su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes
Siguiendo la tradición, el Premio Cervantes 2015, Fernando del Paso, depositó ayer en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes su legado personal: dos libros –sus dos primeras novelas–, un disco con su propia voz grabada y una camisa que perteneció al fallecido poeta mexicano José Carlos Becerra.
Objetos de gran significado para el escritor, pintor, diplomático y académico mexicano que reposarán durante cien años en la caja de seguridad número 1.501 de la antigua cámara acorazada del Instituto Cervantes, hasta el 1 de abril de 2116, fecha elegida para su apertura.
Siendo escritor no podía por menos que incorporar dos de sus obras: “José Trigo” (1966), su primera novela; y la primera edición mexicana de “Palinuro de México” (1977), su segunda novela, cuya portada ilustró él mismo; a los que se suman un disco con fragmentos de sus novelas y una antología de sus sonetos en la voz del autos; y una camisa perteneció a José Carlos Becerra.
El poeta la dejó olvidada en la casa de Londres donde se había alojado y Del Paso la “heredó” cuando se trasladó a ese piso donde, al igual que Becerra, cursó una beca Guggenheim. A partir de ese momento confiesa Del Paso que le sirvió como resorte para crear: «cada vez que yo sentía pereza de escribir, desánimo o escepticismo, me ponía la camisa y comenzaba a trabajar» explicó.
En silla de ruedas y rodeado por casi una treintena de familiares y amigos, Del Paso aclaró que a sus 81 años aún no se ha planteado una retirada de las Letras y que, aunque deposite su talismán dentro de la Caja de las Letras, el Premio Cervantes le «obliga moralmente a hacerlo y así lo haré: me pondré la camisa, así sea metafóricamente, una y otra vez hasta que se acabe, no la camisa, sino mi vida».
Fantasmas entre los muros del Cervantes
Fantasmas entre los muros del Cervantes
El director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, elogió la obra creativa del autor mexicano y, en tono alegórico, comentó que se dice que por las noches se oyen en la Caja de las Letras sonidos procedentes de anteriores legados: el teclear de la máquina de escribir que dejó Nicanor Parra, que alterna con la música de la partitura que legó Luis de Pablo o el deambular de una misteriosa mujer fantasma a la que tal vez iba dirigida una carta secreta de Jorge Edwards…
A partir de ahora, añadió el director del Cervants, también estará «el fantasma que habitaba en el corazón de Palinuro», y entonces su autor aparecerá con «una mirada mucho más intensa, más juvenil y más creadora».
Fernando del Paso se encargó personalmente de introducir en la caja su legado y recibió una llave simbólica, un certificado acreditativo de la cesión y la firma en el libro de honor del Cervantes. Este acto se enmarca dentro de la Semana Cervantina que organiza el Cervantes hasta el 27 de abril por el Cuarto Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.
0