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Invasión roja en la Plaza Mayor: temor entre los vecinos por el “botellón y desmadre” de los hinchas del Liverpool

Aficionados del Liverpool en los alrededores de la Plaza Mayor en 2019, cuando la final de la Champions League se disputó en Madrid.

Guillermo Hormigo

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La vuelta de la eliminatoria entre Real Madrid y Liverpool, que enfrenta a ambos clubes en el Santiago Bernabéu este miércoles, supone también el regreso de la inquietud entre los vecinos de la Plaza Mayor y su entorno. Temen que se repitan imágenes como las vividas en 2022, cuando este icónico enclave fue tomado en distintas ocasiones por botellones espontáneos de aficionados británicos debido a la celebración de partidos de Champions League en Madrid, con las consecuentes molestias de ruidos y suciedad.

“Esta insostenible situación se repite varias veces al año dentro del reciento de un Bien de Interés Cultural (BIC)”, lamentaba la Asociación de Residentes de la Plaza Mayor y Aledaños (Vpmmad) a través de Twitter. Ricardo, miembro de esta organización, se explaya al respecto en declaraciones a Somos Madrid: “Son dos días de gritos y hartazgo total, en los que incluso tenemos que irnos de nuestras casas, de nuestros barrios, lo cual ya toca derechos fundamentales. Esto no puede continuar así”.

Considera que cuando se producen estas visitas la Plaza Mayor queda “privatizada de facto” y por ella no pueden pasar niños o ancianos. Así ha sucedido cuando se han desplazado a la capital fanáticos de Liverpool, Chelsea, Manchester City, Leicester City o Celtic de Glasgow.

Este afectado relata que el movimiento comienza la noche anterior al partido, con “borracheras, cánticos y ataques contra el orden de las terrazas”. No dan demasiada tregua, ya que “el día siguiente sobre las 10.00 ya están bebiendo en la calle de nuevo y no termina hasta las 00.00 si es que acaban temprano. Hay hinchas que se han subido a los balcones para buscar algún balón que han metido ahí jugando al fútbol, o que han tirado la pelota hacia las ventanas como si fueran porterías”. Muchos de estos seguidores acuden a Madrid sin entrada para el encuentro, con el objetivo de conseguir alguna en la reventa o simplemente de vivir el ambiente de la previa y el pospartido.

Otro factor que fomenta esta problemática es la estratégica proliferación de locales de venta de alcohol en los alrededores. “Hemos llegado a un punto en el que los hooligans compran comida en alguno de estos negocios o en supermercados para comer y beber en las terrazas, de pie o incluso sentados encima de las mesas”. Precisamente muchos comerciantes se han unido a las protestas de los residentes: “En un clima de violencia mucha gente huye y pierden clientela”.

Contactos con la administración para frenar la 'avalancha' hooligan

Ricardo cree que al propio Ayuntamiento no debería interesarle “dar esta imagen en el extranjero”. Sin embargo, detectan pasividad e inacción por parte del Ejecutivo que lidera José Luis Martínez-Almeida. Cuestionan que la Plaza Mayor “sea su querida plaza cuando conviene y cuando no se olvida de ella”. La Policía Nacional vela por controlar posibles disturbios en caso de que se produzcan, pero “gestionar el aforo de la plaza o que no se produzca venta ambulante corresponde a los agentes municipales”, asegura este vecino. Se pregunta “para qué sirven las autoridades si no hacen nada” y habla de “un botellón custodiado, que no controlado”.

La Asociación de Residentes de la Plaza Mayor y Aledaños ha emprendido varios movimientos para que las administraciones tomen cartas en el asunto: “Enviamos una carta al alcalde, que nos derivó al concejal presidente de Centro, José Fernández (PP). También nos pusimos en contacto con la vicealcaldía de Begoña Villacías, porque el tema afecta a las terrazas, y con la delegada del Área de Cultura, Andrea Levy, ya que estamos ante un monumento con categoría de BIC”. Ricardo afirma que cada organismo se dedica a “tirar balones fuera” bajo el argumento de que no es su competencia. Reclaman asimismo responsabilidad por parte de los clubes cuyos hinchas causan estragos para que persigan los comportamientos incívicos.

Es un botellón custodiado, que no controlado

En respuesta a las preguntas de este medio, fuentes municipales mantienen por contra que “el control es responsabilidad de la Delegación del Gobierno en Madrid”, liderada por Mercedes González. Admiten que “la Junta de distrito se va a reunir con los comerciantes y vecinos de plaza Mayor a petición de ellos, reunión en la que estará también González”. Sin embargo, la Delegación del Gobierno explica a Somos Madrid que la mayoría de reclamaciones son competencia del Ayuntamiento, como sostienen los residentes: “Lo que corresponde a Policía Nacional es la seguridad ciudadana, y eso está cubierto. Interviene a requerimiento de agentes municipales si se producen problemas de orden público. Pero la suciedad, el incivismo o los gritos están regulados por la normativa municipal.”.

En cualquier caso, pese a la falta de contestación inicial y los balones fuera de las autoridades, las maniobras de los vecinos para evitar nuevos altercados ante esta nueva hornada de aficionados Reds empiezan a dar resultados. Después de una primer encuentro con Mercedes González, este lunes se citarán con José Fernández. Plantearán que se determine con más concreción un aforo límite y que se cumpla, además de un estricto control que impida acceder con alcohol a la plaza.

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