De cómo el PP podría hacer valer en Centro los peores resultados de su historia
Un total de 41.303 personas han votado en Centro en las elecciones municipales de 2019 al hipotético bloque de izquierdas
que podría haber formado Más Madrid (32.404 papeletas y 49% de votos), PSOE (6.023 sufragios y 9,11% del electorado) e IU-Madrid en Pie (2.876 apoyos y 4,35% de votantes). Frente a ellas, las 23.854 personas que optaron en el distrito por el bando de las derechas formado por PP (11.380 papeletas y 17,21%), Ciudadanos (8.860 sufragios y 13,40% del electorado ) y VOX (3.614 apoyos y 5,46% de votantes).
Sin embargo, de cumplirse la alianza de los partidos de centro-derecha, que prácticamente se da por hecha, ese 62,46% de voluntades progresistas radicadas en este enclave fundamental de la ciudad tendrían que doblegarse ante el 36,07% de apoyos del bloque liderado por los populares; Centro no es una república independiente con normas y gobierno propio y los porcentajes de voto en el conjunto de Madrid han sido bien distintos a los del distrito, otorgando la oportunidad de gobernar en el Ayuntamiento de la capital de España al popular Martínez-Almeida, con el apoyo de Ciudadanos y de Vox, un futurible que deberá concretarse el 15 de junio en sesión de investidura.
No obstante, y sin cuestionar las reglas del juego electoral de pactos, cabe no perder de vista los números anteriormente expuestos porque con la legitimidad que proporcionan, y a tenor de los programas con los que han acudido a las urnas los distintos partidos, se van a tomar importantes decisiones que afectarán a un distrito claramente de izquierdas.
¿Revertir Madrid Central en contra del 77% de los votantes de Centro?
¿Revertir Madrid Central en contra del 77% de los votantes de Centro?
Sin ir más lejos, está el tema de Madrid Central, medida que el Partido Popular ha prometido revertir. De cumplir su programa electoral, Martínez-Almeida, el que sería el alcalde de Madrid con menos votos de la historia del PP, apoyado en el distrito por un número de electores tres veces menor que el obtenido por Carmena (Más Madrid), ordenaría una actuación rechazada de plano por una amplísima mayoría de la población más afectada por dicha norma. Eso sin tener en cuenta que tal reversión tampoco estaba incluida en el programa de Ciudadanos, su necesario aliado para alcanzar el Consistorio y que se vería ante el papelón de tener que explicar a sus votantes que su apoyo a un gobierno del PP serviría para que se aplicara tal reversión. Recurriendo de nuevo a los datos, sólo el 22,67% -PP y Vox- de las personas que votaron en el distrito Centro apoyarían la supresión de Madrid Central.
Partiendo de este ejemplo, hay otros muchos que auguran una convivencia nada idílica en Centro entre los partidos que formarían el bloque de las derechas en un hipotético gobierno popular. Con Vox como lobby, Ciudadanos se vería en más de una ocasión obligado a retratarse ante sus votantes, algo que tendrá que sopesar muy mucho el partido comandado por Begoña Villacís, especialista en mantener un discurso que desde la oposición la ha llevado a nadar entre dos aguas en distintos temas. Su autoproclamado liberalismo debería materializarse en no pocos hechos concretos dictados por la agenda común del bloque de derechas en el que se la viene situando.
Otros asuntos importantes que afectarán al distrito y, muy especialmente, al barrio de Universidad con el posible cambio de Gobierno no resultarían tan polémicos. Tanto PP como Ciudadanos coincidían en la necesidad de dotar a la zona de un nuevo centro de salud (tal y como también hicieron el resto de partidos). El tándem Almeida-Ayuso situaría ese centro en el actual Solar Maravillas, espacio municipal autogestionado por vecinos que sirve en la actualidad como lugar de encuentro y sitio en el que se llevan a cabo iniciativas como la de mantener un huerto urbano o realizar un cine gratuito de verano. Sin concretar ubicación, y barajando para ello situarlo en el actual edificio de los bomberos, en la calle de San Bernardo, Ciudadanos podría acceder a ello sin demasiados dilemas internos.
La autogestión vecinal de espacios en Malasaña es algo que no gusta al PP. Con Martínez-Almeida en la alcaldía no sólo peligraría la continuidad del citado Solar Maravillas, sino que otras herramientas de participación como los Foros Locales desaparecerían, lo mismo que la posibilidad de que los ciudadanos tuvieran algo que decir en la gestión del futuro centro cultural de San Bernardo 68, que está previsto que eche a andar en las plantas superiores del edicifio de los bomberos. Son 41.303 personas del distrito las que se han mostrado favorables a continuar con este tipo de actuaciones que otorgan poder de decisión y de gestión a la ciudadanía.
Sobre el que quizá sea el asunto más importante que afecta a Centro, el del acceso a la vivienda y, asimismo, algo tan ligado a esto como es la regulación de las viviendas de alquiler turístico, poco se ha hablado claramente a lo largo de la campaña electoral. El liberalismo del que hacen gala PP y Ciudadanos podría favorecer su entendimiento en la materia.
En cualquier caso, tenemos tres semanas por delante de negociaciones entre los distintos partidos con el objetivo de que el 15 de junio próximo Madrid tenga alcalde para los próximos cuatro años y por mucho que se dé por hecho la investidura del popular Martínez-Almeida, existen otras opciones: si no hay acuerdo, a quien le tocará gobernar es a la lista más votada, Más Madrid; por otra parte, Villacís ha indicado ya que ella jamás ha dicho que aplicaría un “cordón sanitario” al PSOE, abriendo la puerta a formar un Gobierno en el que se dejaría fuera a Vox y en el que podría ser alcaldesa con apoyo de los socialistas.
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