El Ayuntamiento privatizará las calles y a los habitantes de Malasaña
En una decisión sin precedentes, el equipo de Ana Botella ha decidido vender al mejor postor todo el barrio de Universidad-Malasaña, calles, edificios públicos y habitantes incluidos, para intentar sanear las maltrechas cuentas municipales.
“Nos vemos obligado a ello: tenemos que limitar el déficit como sea y debemos obtener más ingresos ya”, ha indicado un alto responsable municipal para explicar la decisión“. Desde el Ayuntamiento se explica que no cabe lugar al estupor ciudadano por la decisión: ”No sabemos de qué se sorprende la gente, llevamos años privatizando la gestión de todo lo público que nos ha caído entre manos; era un paso lógico“, explican mientras recuerdan que ya le pusieron el nombre de una empresa a una zona del distrito.
La medida pone en el mercado decenas de calles y plazas, centros de salud, bibliotecas, mercados y, por supuesto, a los 32.625 madrileños empadronados en el barrio a 1 de diciembre de este año. También los edificios municipales que se han desalojado recientemente en Corredera de San Pablo y en Escorial 16 y que actualmente permanecen vacíos sin ningún uso.
“Creemos que podemos sacar un buen pico, el barrio es viejo, pero cada vez se está llenando de gente más moderna, y eso sube su caché”, dicen fuentes municipales, que había iniciado parte de la venta del patrimonio de todos con el edificio de Madera 24-26, ocupado por colectivos desfavorecidos, en régimen de alquiler.
Entre las empresas interesadas en la compra del barrio se encuentran varias inmobiliarias con consejeros del partido del Gobierno en sus nóminas, que esperan obtener un precio “ajustado a estos tiempos” por el lote completo. También hay marcas de zapatillas, ropa deportiva y complementos, muy interesadas en el aspecto cool de muchos de sus habitantes.
Los ciudadanos que sean vendidos tendrán que firmar un estricto contrato de esclavitud con la empresa adjudicataria, que tendrá control absoluto sobre su persona y sus descendientes primogénitos. Para evitar la picaresca, el Consistorio ha congelado las altas y bajas en el Padrón de la zona. “No esperamos que nadie se dé de baja porque este contrato aseguraría un trabajo técnicamente de por vida, aunque vamos a tomar precauciones”, apuntan desde el Consistorio.
Los detalles de la venta, así como el precio inicial, se han hecho públicos en este enlace
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