La “montaña rusa” de aceras y calzadas de Malasaña

RAQUEL ANGULO

“Nos vamos a caer un día en una alcantarilla”. Así resume una vecina de Malasaña el estado de las aceras, que le obliga a salir a la calzada para caminar por las calles de su barrio. La denuncia aparece en un vídeo de la edición digital del Diario ABC, en el que se muestran varias zonas de Madrid con un mantenimiento muy deficiente.

Son muchas las vías de Malasaña que se encuentran actualmente en mal estado. Especial mención merecen las calles Corredera de San Pablo y Pez, donde el tráfico rodado ha dibujado auténticas roderas en medio de la calzada, con el consiguiente peligro de tropezón para los transeúntes que por ellas circulan.

Adoquines sueltos, planchas de granito rotas y hundimientos parciales del firme son algunos de los problemas que se encuentran cada día las personas y vehículos que atraviesan cada día el lugar. Algo achacable a las deficiencias en la construcción de la vía y al mantenimiento insuficiente que el Ayuntamiento de Madrid ha ejecutado sobre la zona.

El excesivo tráfico de vehículos pesados tampoco ayuda a este mantenimiento. Una de las reivindicaciones con más solera de Acibu, la asociación de vecinos del barrio, es la de el establecimiento de un Área de Prioridad Residencial para todo el barrio de Universidad, algo apoyado desde plataformas como Ecomovilidad y que restaría peso al que ya soporta el firme de las calzadas.

El problema es distinto en otros puntos del barrio, en el que las aceras son intransitables. Ocurre sobre todo en los lugares con obras, en los que se instalan andamios que impiden el paso de los peatones y les obligan a caminar por la carretera. “Un día nos va a pillar un coche”, se queja una vecina de avanzada edad en la grabación.