El grupo vecinal Malasaña Acompaña pide colaboración para ayudar a las familias más precarias del barrio
Acabando 2021 y, por desgracia, estando lejos de ver el final de la actual ola de Covid, siguen siendo necesarias las estructuras vecinales que surgieron con el primer confinamiento. Manos para arrimar el hombro con los vecinos más precarios. Esto es lo que ha hecho y sigue haciendo Malasaña Acompaña, un grupo vecinal afincado en la Casa del cura que nació entonces para atender a la gente de los barrios de Justicia y Universidad, y que vuelve ahora a pedir nuestra ayuda de cara a las fechas navideñas.
Desde el grupo piden colaboración, tanto económica como humana. Para ello, hace tiempo que tienen habilitado un número de cuenta en el que realizar donaciones: ES60 3025 0006 2314 3328 4500. De momento, Igual que el año pasado, Madrid Reds (los supporters del Liverpool con sede en el pub Triskel) han echado el resto con una donación de mil euros, recaudados entre sus socios.
Aunque el número de familias atendidas por el grupo ha descendido (también las donaciones), siguen siendo beneficiarias de su ayuda 80 familias residentes en el barrio, con 229 adultos, 68 menores de edad y seis bebés de menos de un año.
Los paquetes de ayuda que entregan a las familias a las que atienden están compuestos por alimentos no perecederos recolectados en los supermercados de Malasaña, Conde Duque y Chueca, donde voluntarios de la despensa realizan dos recogidas al mes. Resulta particularmente complicado completar los lotes con carne, pescado y verdura fresca, además de otros productos específicos que se ajustan a ciertas necesidades puntuales de algunos usuarios y todo eso hay que comprarlo con dinero.
Malasaña Acompaña nació en abril de 2020. En los comienzos, repartían comida semanalmente a 24 familias desde en el antiguo local de Ecologistas en Acción, en la calle Marques de Leganés. En muy poco tiempo, el grupo creció, hasta tener unas 150 familias beneficiarias. Más de 400 personas han pasado de manera voluntaria por el grupo en uno u otro momento, aunque el espíritu del grupo de apoyo ha evolucionado hacia la autogestión y la implicación de las propias familias que reciben los lotes.
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