Un carril bici para la nueva Gran Vía
El Ayuntamiento de Madrid va dibujando poco a poco la imagen de la futura Gran Vía, con las píldoras de información que van soltando sus concejales. El último en hacerlo ha sido el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, que avanzó este miércoles que la remodelación de la principal arteria del centro de Madrid contará con un carril bici “de subida” en sus tramos de pendiente.
Según Calvo, habrá “un carril bici, un itinerario ciclista segregado del resto de carriles en sentido subida, porque es una calle con mucha pendiente, donde los ciclistas más experimentados pueden subir a buen ritmo”, explicó durante una entrevista para Madridiario. El concejal de Ahora Madrid detalló que el carril estará situado en las cuestas para subir Gran Vía desde Alcalá y Plaza de España, pero no en las bajadas o en los tramos llanos, donde habrá un ciclocarril compartido con coches, como existen actualmente en otras calles de Madrid.
Las palabras del responsable de Urbanismo parecen dar respuesta a las demandas de su compañero en Ahora Madrid Jorge García Castaño, edil de Centro. “Lo que toca de cara al año que viene es buscar un carril o algún método para cruzar de norte a sur el distrito Centro”, explicaba a este periódico hace poco menos de un año. “Más que para salvar la circulación, serviría a los ciclistas para salvar el muro peatonal. Esto aún no lo tenemos resuelto”, matizaba entonces.
Las aceras se ampliarán un carril
Las aceras se ampliarán un carril
Calvo también avanzó que, de aprobarlo los madrileños en la consulta de febrero, las aceras de Gran Vía se ampliarán ganando un carril de tráfico para los peatones, puesto que habrá uno destinado al transporte público y los taxis y otro para los residentes y la carga y descarga, que en la zona es especialmente intensa de noche, cuando enormes tráilers abastecen a los comercios textiles de la zona.
Siguiendo estas cuentas, la reforma de Gran Vía dejará aceras más anchas, además de cuatro carriles para el tráfico rodado (dos por sentido) además de un carril bici segregado en las zonas de subida.
Las obras comenzarán previsiblemente a finales de este año y podrían estar acabadas en verano de 2018, con un coste total de cinco millones de euros, que incluyen el establecimiento de una plataforma única (sin bordillos) en toda la vía, además de un plan para reverdecer la zona y posibles cambios en las “plazas traseras de la Gran Vía” (el Ayuntamiento no ha detallado cuáles) para adecuarlas como áreas de descanso, si se aprueba en la votación popular que tendrá lugar del 13 al 18 de febrero.
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