'Yo nunca Malasaña': la campaña contra la violencia de género que han adoptado decenas de bares
Celia García es una joven que tras estudiar Gestión Publicitaria en la Universidad Complutense de Madrid decidió hace unos meses realizar una acción de concienciación contra la violencia de género como trabajo de fin de máster. El resultado, la campaña Malasaña yo nunca, activa en el barrio de Universidad durante los meses de agosto y septiembre, a modo de carteles colocados en puertas y en interiores de distintos locales de ocio y restauración.
Hasta medio centenar de establecimientos de Malasaña se han unido por el momento a esta iniciativa, que cuenta, además, con el apoyo de las asociaciones de comerciantes de la zona AHM y Vive Malasaña, así como con el respaldo del colectivo Plataforma Maravillas.
Sin ser la primera campaña sobre esta temática que se realiza en este barrio, Malasaña yo nunca apuesta por hacer reflexionar sobre la violencia machista a través de mensajes directos que tienen como protagonistas a hombres jóvenes, quienes simulan estar participando en el popular juego juvenil del 'Yo nunca', en el que los jugadores van diciendo cosas que nunca harían y toca beber a aquel quien reconozca haber hecho alguna de las cosas que niegan los demás.
“Elegí hacer una campaña contra la violencia de género porque desde comienzos de año veo que las noticias sobre la situación de las mujeres son peores cada día y cómo se les pide a ellas que tengan cuidado”, dice la estudiante. “Es algo que no puedo soportar y quería lanzar un mensaje de reflexión hacia ellos, los hombres jóvenes”. “Considero que solo los juzgados pueden ir contra la gente que ha sobrepasado los limites, pero las asociaciones, marcas y personas con iniciativa pueden lanzar un mensaje de prevención hacia los chicos jóvenes. Quería hacer esto y me embarqué en este proyecto”, explica Celia.
Ideada, planificada y financiada por la propia Celia, ésta cuenta que siempre tuvo claro que su campaña debía materializarse en Malasaña: “Para hacer una campaña así hay que segmentar mucho y elegir un segmento representativo. Malasaña representa a Madrid y, además, es el centro de la ciudad -por localización- y, por ende, el centro de España. Es un barrio muy representativo tanto de otros barrios como de otras ciudades”.
A la representatividad que otorga García a Malasaña, en su decisión de poner en marcha en esta zona la campaña también influyó el que “Malasaña siempre se une a este tipo de iniciativas”, asegura la joven. “Todos saben que es un barrio moderno, de gente joven, cultural, abierto y respetuoso. Me parecía el lugar perfecto para una iniciativa así, y después de hablar con las asociaciones y locales, veo que no me equivoqué. Todos me han dado una acogida espectacular y me hablaban de todos estos valores que comento de Malasaña. Es un barrio al que se le coge cariño, hogareño y Madrid lo quiere”.
Son cinco los distintos modelos de carteles con los que cuenta la campaña. En cada uno de ellos se puede ver a diferentes hombres que, sosteniendo una bebida lejos de su boca, tratan de atraer el interés de los jóvenes con frases como “Yo nunca he perseguido a una chica en un bar como éste” o “Yo nunca me he propasado con una chica en un pub como éste”. El objetivo de los mensajes es “hacer comprender a los jóvenes que, hayan hecho o no algo similar, son cosas que no deberían pasar”, cuenta Celia, y que no hay excusas posibles: “Ni las altas temperaturas del verano, las noches largas en la calle, las prendas de ropa o el consumo de alcohol. Bajo ningún concepto son justificaciones para cualquier tipo de agresión”.
La iniciativa también ha contado con el apoyo de la Universidad Complutense y junto a Celia han estado algunos profesores y un pequeño equipo de diseñadora y fotógrafo ayudándola. En Malasaña, además de las asociaciones y plataforma ya citadas, el directorio Ganas de Malasaña también le ha prestado ayuda en materia de difusión de la propuesta.
Lejos de estar cerrada, aquellos locales de ocio que quieran sumarse a esta campaña aún pueden hacerlo. La adhesión resulta tan sencilla como solicitar a Celia (por facebook o instagram) uno de los carteles a los que hemos hecho referencia y colocarlos en un lugar bien visible del establecimiento.
Cuenta la joven que lo que más le ha podido sorprender, por el momento, del impacto que está teniendo su campaña son las muchas preguntas y el interés suscitado entre los propios propietarios y trabajadores de los locales participantes: “Estaban muy contentos de recibir el cartel y de que se moviera una iniciativa así. Hacían muchas preguntas para conocer más sobre la campaña y me felicitaban. Es algo que no esperaba para nada, ya que en un primer momento crees que un camarero va a estar demasiado ocupado para pararse a pensar en el cartel que quieres pegar en su pared”.
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