'Overbooking' en la Complutense: tres carreras sin clases por excesos de hasta el 80% en el número de estudiantes
Cientos de alumnos de primero pertenecientes a los grados de Enfermería, Fisioterapia y Podología llegaban el jueves pasado a la tradicional presentación del curso en la Facultad de Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Todo parecía discurrir con normalidad, aunque la multitud congregada era mayor que en otros arranques previos. Sin embargo, el gesto de los estudiantes se torció cuando decanato anunció por sorpresa el retraso del inicio de las clases. Previsto para el pasado martes 11 de septiembre, se ha postergado como mínimo para la próxima semana, aunque como avanza El País podría hablarse más bien de “paralización”. Pero lo más alarmante es el motivo: la Facultad y la UCM todavía trabajan para gestionar un volumen de matriculados que ha superado todas sus previsiones, todos sus recursos.
“Nos han dicho que tienen que reajustar los grupos y los horarios así que los que tenemos no sirven”, cuenta en declaraciones a este medio Patricia (nombre ficticio), una de las alumnas de Enfermería afectadas por esta situación tan anómala cuando ya debería haber comenzado su día a día en el campus. “No nos han dado ninguna información sobre cuándo empezamos ni sobre otras cosas y en secretaría tampoco saben nada”, lamenta. Recuerda que mucha gente ha venido de otras zonas de España para arrancar las clases para encontrarse con esta situación sin previo aviso.
Pero aunque es extraño “ver a todo el mundo dando clase y tú en tu casa”, lo más preocupante es cómo será la rutina académica con unos ratios disparados. “En Enfermería suele haber unas 250 plazas y hemos entrado casi 400 compañeros. En mi clase, en el grupo que habían publicado pero que al parecer no va a ser el definitivo, éramos como 130 cuando lo habitual son unos 60”, explica Patricia. Fuentes universitarias confirman a este diario que en el caso de Enfermería el incremento de matriculaciones admitidas se sitúa entre el 70 y el 80%. Apunta además que es una Facultad “muy pequeña, casi una esquina de la de Medicina”. Ubicada en el número 3 de la Plaza Ramón y Cajal, en Ciudad Universitaria, las dotaciones no parecen capacitadas para responder a tal volumen de estudiantes.
Lo reconoce la propia decana de la Facultad de Enfermería, María del Carmen Martínez Rincón, en conversación con Somos Madrid. Mientras alumnas como Patricia temen que “a algunos nos trasladen a otros campus”, la dirigente universitaria defiende que su equipo ya trabaja con el rectorado de la UCM para disponer de todos los recursos y herramientas que permiten solventar o al menos suavizar el problema. “El centro no tiene capacidad o infraestructuras para asumir una entrada tan masiva de estudiantes”, afirma la también profesora e investigadora, quien espera que los estudiantes de primer curso inicien el curso la próxima semana pero no lo da por hecho.
“Nos falta algún aula para empezar con las garantías adecuadas, pero las necesidades van más allá. Estos grados recurren muchísimo a seminarios, talleres... hemos introducido simulación clínico ya desde primero y eso conlleva un número muy elevado de grupos porque no pueden superar las diez o doce personas”, expone la decana. Por todo ello considera imprescindible un importante refuerzo de la infraestructura física, pero también del profesorado. La ampliación del número de horas en algunos contratos y el refuerzo de la plantilla son algunas de las medidas a las que apunta, con la mira puesta en el rectorado que dirige Joaquín Goyache.
“No sabemos exactamente qué ha sucedido”, reconoce Martínez Rincón. “Nosotros solicitamos un número de plazas a través de los datos de los que disponemos en la memoria del programa VERIFICA. Se valoran items como las matrículas de años atrás y posibles variables que puedan bien acrecentarlas o bien disminuirlas. Este año ha habido un aumento importante de alumnos que han solicitado esta Universidad. Vamos a unas cifras un 50% superiores a lo habitual en Fisioterapia y Podología, pero hasta un 70 u 80% en Enfermería”.
Estudiantes en tierra de nadie
De esta manera, la insólita estampa actual en estos tres grados es fruto de un sistema de matriculación en el que algunas universidades operan como si de aerolíneas se tratase: ponen a disposición de los interesados un número de plazas muy superior a las que realmente pueden atender con sus medios, confiando en que las bajas de alumnos que optan finalmente por otro grado u otro centro modere el número final de estudiantes y sitúe la cifra final de admitidos en el entorno de lo que están capacitados para hacer frente. Con ello se tienta a la suerte del overbooking, como sucede en los vuelos, y aunque estadísticamente es difícil que los peores parámetros se cumplan cuanto más se recurra a la práctica más probabilidades existen de que así suceda. Y sucedió.
La propia Martínez Rincón admite que “se juega no solamente con los que quieren venir, sino con los que se van a quedar”. Señala que, con en todos las carreras, tienen muchos alumnos que han pedido plaza y en muchas otras universidades. En este caso, la inmensa mayoría ha optado finalmente por la UCM (el mayor centro de estudios presencial de España). “Es muy difícil estimar la cantidad final de estudiantes cuando tienen esa facilidad para matricularse en varias universidades y ya luego solicitar la devolución de todas aquellas en las que finalmente no se quedan. Por eso siempre trabajamos con estimaciones, pero en este caso parece que se han quedado más alumnos de lo habitual”, sintetiza la decana. “Ya nos han dicho que vamos a morir de éxito”, comenta.
Es muy difícil estimar la cantidad final de estudiantes cuando tienen esa facilidad para matricularse en varias universidades y ya luego solicitar la devolución de aquellas en las que finalmente no se quedan. Por eso siempre trabajamos con estimaciones
Ahora el problema más acuciante es atajar el inicio del curso, pero la ampliación de recursos materiales, espaciales y docentes debe ser muy acusada para evitar que la situación se enquiste. Porque aunque el número de alumnos que avance curso a curso disminuye, según Martínez Rincón “no suele ser un descenso demasiado sensible”, así que el ratio va a continuar muy por encima del que se venía dando hasta el momento. “Ya se tiene que ir gente para que volvamos a ser 60...”, bromea Patricia.
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