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Madrid Imaginado
El proyecto que planificó un acuario con tiburones bajo el Barrio del Pilar con aparcamientos en un hospital

Parque Norte, en el Barrio del Pilar.

Luis de la Cruz

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Corría el año 1993 y el Ayuntamiento madrileño de Álvarez del Manzano creyó encontrar el santo grial de la edificabilidad bajo la cota cero. Torciendo las normas urbanísticas, proyectó varias infraestructuras en suelo no edificable: un polideportivo debajo del edificio protegido del colegio de El Pilar (se hizo), un centro comercial en el subsuelo de la Plaza de Oriente (se quedó en el aparcamiento) y un acuario bajo el Parque Norte, la gran zona verde del barrio de El Pilar.

En el caso que nos ocupa, el del mega-acuario (como se lo nombró en prensa), fue la empresa australiana Oceanis la que llevó directamente el proyecto al Ayuntamiento, al que se le hicieron los ojos chiribitas. La ciudad ponía el terreno y la empresa una inversión para construirlo de 4000 millones de pesetas para beneficiarse de una concesión de explotación por 49 años.

La concejalía de Medio Ambiente barajó instalar el acuario en el parque Tierno Galván, el cuartel de Daoiz y Velarde o el Campo de las Naciones, pero finalmente la zona elegida fue el Parque Norte, que dibuja un gran desnivel en su lado sur. Parecía un plan sin fisuras, como el Plan General permitía construir en los parques y zonas verdes edificaciones dedicadas al ocio y la cultura siempre que no superaran el 5% de su superficie, la cuota daría para las oficinas del acuario, una piscina, dos restaurantes, aulas de educación y una tienda de recuerdos. El resto del proyecto, 5000 metros cuadrados de acuario, irían debajo del parque.

El proyecto dibujaba dos niveles bajo tierra “formados por túneles y grutas acrílicas que atravesarían los oceanarios. En ellos vivirían desde peces-león y tiburones a pequeños animales que deberían observarse por cámaras de video”, según informaba El País en la época. El discurso de la empresa australiana Oceanis recalcaba que pretendían “reciclar a la juventud pasiva que va a las discotecas”.

La última noticia que hemos encontrado sobre el proyecto es que su licitación estaba lista para salir (no sabemos si llegó a hacerlo) y que se planificó sin aparcamiento –subterráneo no podía ser por razones obvias– porque se decidió que los visitantes podrían utilizar el que se estaba construyendo en ese momento en el hospital La Paz, a unos diez minutos andando.

La firma Oceanis, que se daba por hecho ganaría el concurso, plantaría diez árboles por cada uno que de los que hubiera que talar en el parque para la construcción del complejo. A pesar de estar todo preparado, el mega acuario del Parque Norte pasó, como tantos otros proyectos, a la lista de ocurrencias no natas del urbanismo madrileño.

El concejal de distrito del barrio del Pilar en la época, Miguel Martín Vela (desde 1989 hasta 1995, cuando pasó al consejo de administración de Mercamadrid), sin embargo, siguió explorando la vía de la espectacularización de la ciudad y la privatización de los espacios públicos. En 1995 proyectó ceder la explotación de 4000 metros cuadrados para hacer una zona de atracciones infantiles en el interior de un polideportivo público. Su mandato en el distrito se recuerda por hechos poco habituales en la política municipal, como la organización de manifestaciones que entonces no se conocían como escraches pero discurrieron hasta su casa en la calle de Sangenjo, o vivir una huelga general montada por los comercios de El Pardo por la subida del alquiler de las viviendas y edificios de titularidad estatal. Ya fuera de la Junta, protagonizó un hecho muy comentado en la época, cuando sacó un revólver calibre 38 para ahuyentar con cuatro tiros al aire a los ladrones que robaban en una tienda frente a su casa.

El Parque Norte es la gran zona verde del barrio de El Pilar y el barrio de La Paz, justo al otro lado de la M-30. Sigue el trazado alargado de la calle Monforte de Lemos y consta de casi veintisiete hectáreas, unos 1200 metros lineales desde las inmediaciones de La Paz hasta el meollo del Barrio del Pilar. Se inauguró en 1978 y el día de su puesta de largo con autoridades un grupo de vecinos siguió a la comitiva protestando por el proyecto del Centro Comercial La Vaguada y pidiendo equipamientos para el barrio. Entonces, aún estaba cerca de la vieja ciudad deportiva del Real Madrid, con la que formaba una cierta continuidad con muchas posibilidades para el norte de la ciudad. Desde hace tiempo, la sombra de las hoy cinco torres dominan su horizonte de forma contundente.

Allí, los paseantes puedes encontrar estatuas, como las que recuerdan al almirante peruano Miguel Grau (héroe de la guerra del Pacífico contra Chile), al presidente mexicano Lázaro Cárdenas, gran acogedor de exiliados españoles, o al poeta León Felipe; hacer gimnasia, tomar el fresco, cotillear el patio del parque de bomberos, mirar el amanecer sobre sus promontorios.... Todo sin saber que, no hace tanto, a alguien se le ocurrió que bajo sus pies podían nadar tiburones.

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