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Ninguna piscina (de verano o cubierta) para los casi 160.000 vecinos de Tetuán durante el mes de agosto

La piscina del Centro Deportivo Antonio Díaz Miguel, la única que permanecía abierta, cerró a partir del 13 de agosto

Luis de la Cruz

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La piscina cubierta del Centro Deportivo Municipal Playa Victoria, en el barrio de Berruguete, cuenta con una magnífica zona de solárium aneja al edificio acristalado del vaso que, como la propia piscina, permanece actualmente cerrado. También está cerrada en agosto la piscina cubierta del Centro Deportivo Municipal Triángulo de Oro, que reabrió el pasado mes de marzo tras permanecer tres años cerrados por obras de remodelación.

El único Centro Deportivo Municipal cuya piscina cubierta se ha encontrado abierta en el distrito hasta ahora es la del Centro Deportivo Municipal Antonio Díaz Miguel, en el barrio de Almenara, pero ha cerrado el día 13 de agosto. Una piscina, de verano o invierno, para casi 160.000 vecinos situada en un extremo del distrito, de forma que le quedaba más cerca a los vecinos del Barrio del Pilar que a la mayoría de los tetuaneros. Se encuentra a 25 minutos en transporte público y 42 andando de la glorieta de Cuatro Caminos, en el sur del distrito, aunque no en el punto más alejado ni mucho menos. Ya, ni eso.

El distrito de Tetuán carece de piscina de verano (se construirá una en el entorno del Paseo de la Dirección, pero aún tardará en llegar). Para más inri, aunque es cierto que este año al fin ha reabierto, tras tres veranos de obras, la piscina de Francos Rodríguez (situada en el distrito de Moncloa-Aravaca pero cerca del barrio de Bellas Vistas), las instalaciones del Vicente del Bosque, en el cercano Barrio del Pilar, siguen cerradas un año más.

Las piscinas como instalaciones deportivas, para el nado libre –y no digamos las clases– no existen en verano, cuando se asume que el uso de las piscinas de verano, eminentemente recreativo, lo sustituye. Sin embargo, es muy difícil nadar en las piscinas al aire libre, sobre todo teniendo en cuenta la saturación que estas instalaciones han sufrido esta temporada.

Por otro lado, los veranos más calurosos y el cambio climático han hecho surgir cada vez más voces que reclaman la importancia de estas piscinas como cobijos climáticos, sobre todo en los distritos que, como Tetuán, carecen de otro tipo de piscinas. Este año, el Ayuntamiento tomó nota parcialmente de la sugerencia y el centro deportivo La Masó (Fuencarral-El Pardo) ha abierto como cobijo climático hasta el 15 de agosto, lo mismo que la piscina cubierta de Raúl González (Villaverde), aunque solo durante los días laborables del mes de julio.

El cierre de las piscinas cubiertas durante el mes de agosto no ayuda a paliar los rigores del termómetro y la insuficiencia de plazas de piscina de la ciudad, que se ha manifestado con la dificultad de sacar entradas en muchas de ellas. Si el calentamiento global ya pone en peligro la vigencia del dicho castizo “nueve meses de invierno y tres de infierno”, la respuesta municipal tampoco rema a favor de que los madrileños puedan permanecer en la ciudad en agosto en condiciones aceptables. Por mucho que se pueda aparcar.

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