La ciudad de Alcobendas, pionera en el uso de 'radares de emisiones'
Hace ya casi dos años os hablábamos en este canal de una tecnología capaz de medir en tiempo real las emisiones de cualquier vehículo, lo que vendría a ser un radar de emisiones contaminantes equivalente a los habituales radares de velocidad. La empresa española Opus RSE encabezaba entonces una experiencia piloto desarrollada en la Comunidad de Madrid en el marco del proyecto Life Gystra de la Unión Europea.
Pues bien, el Ayuntamiento de Alcobendas, ciudad situada al norte de la capital y que cuenta con unos 120.000 habitantes, ha puesto ahora en marcha el proyecto RemoteSensing360 con el fin de cuantificar la contaminación que genera el tráfico rodado en el Distrito Centro de la localidad y en dos de las salidas, la 16 y la 17, con mayores cifras de circulación de la carretera de Burgos (A1).
Se trata de una iniciativa de la Concejalía de Movilidad en la que se hallan embarcadas el operador de telefonía Más Móvil y la mencionada empresa Opus RSE, que fue la primera en el mundo autorizada a realizar este tipo de mediciones como abanderada de la tecnología Remote Sensing o RSD (la d procede del término inglés devices, dispositivos).
Según informa el consistorio de Alcobendas en su revista semanal Siete días, el objetivo de su iniciativa es “la vigilancia masiva y la gestión de las emisiones” por medio de herramientas como sensores de teledetección, sistemas de infraestructuras inteligentes, redes 5G, plataformas de big data y de toma de decisión, así como sistemas de comunicación de datos a vehículos y conductores.
La tecnología RSD permite conocer de forma empírica las emisiones de cada vehículo que pasa por delante del dispositivo de medición, similar en la forma a un radar de velocidad, y lo hace en menos de medio segundo y de manera no intrusiva, esto es, en condiciones de tráfico real, sin necesidad de que los vehículos se detengan. La máquina toma una fotografía de los gases que salen del tubo de escape y calcula al instante las emisiones contaminantes del coche, la moto o el camión mediante espectrografía de masas.
Puede determinar específicamente la cantidad de hidrocarburos sin quemar (HC), monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), monóxido de nitrógeno (NO), dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas (PM) que despide cada coche. La capacidad de medición del equipo alcanza los 1.000 vehículos por hora con un coste de un euro por cada uno de ellos, frente a los 50 euros que cuesta realizar un test estático con sonda lambda como el que se practica en una ITV.
El concejal de Movilidad de Alcobendas, Aitor Retolaza, declara en la revista municipal que la implantación del que de momento es un experimento piloto “mejoraría la calidad del aire y la salud de los ciudadanos”. Se fomentarían además “soluciones para ser una Ciudad inteligente gracias a la toma de decisiones basada en datos de emisiones reales del tráfico y no en estimaciones”, además de generarse “un nuevo impulso a la digitalización del transporte en Alcobendas”.
Retolaza concluye que el proyecto RemoteSensing360 “mejorará la movilidad de la ciudad, uno de los problemas que más preocupan a los vecinos”.
El 5% de los vehículos produce el 60% de las emisiones
La experiencia desarrollada en la Comunidad de Madrid en 2019, cuando publicamos aquí la información correspondiente, probó el hecho llamativo de que el 5% de los vehículos, los más contaminantes, son responsables de casi el 60% de las emisiones producidas por el tráfico. Y no solo por causa de los coches antiguos, sino también debido a defectos de funcionamiento de vehículos relativamente modernos que pueden repararse en un taller; de hecho, el 7% de estos últimos son tan nuevos que estarían bajo garantía del fabricante.
Los responsables del proyecto Life Gystra (Sistema Global de Gestión de Emisiones del Tráfico Sostenible) consideran que detectar estos vehículos altamente contaminantes sería la medida más efectiva para mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades. Repararlos podría reducir, de acuerdo con sus cálculos, hasta en un 14,8% las emisiones de CO, un 2,8% las del HC y un 22,7 las de NOx (óxidos de nitrógeno), en los que se agrupan las de NO y NO2.
Programas de teledetección como el que procura la tecnología RSD servirían para identificar de forma barata y no intrusiva los vehículos más contaminantes, por mucho que tengan la mejor certificación ambiental (en España, Eco y 0 emisiones). Los datos de este proyecto Life centrado en el tráfico sostenible muestran que hay vehículos, aunque pocos, con etiquetas consideradas limpias que realmente contaminan igual que aquellos que ni siquiera tienen distintivo ambiental.
Los sensores remotos también serían capaces de verificar si los híbridos enchufables están funcionando efectivamente en modo eléctrico cuando acceden a un área libre de emisiones o, si por el contrario –como sucede cuando sus usuarios no los recargan–, están usando solo el motor de combustión al igual que el resto de los vehículos normales que los rodean.