El 90% de los casos de fibromialgia se dan en mujeres de mediana edad
La fibromialgia es una enfermedad tan extraña como desconocida, con causas hasta ahora ocultas, que afecta en un 4% de la población en España, lo que supone 1.600.000 personas, de las cuales el 90% son mujeres de mediana edad, aunque también hay hombres que la padecen. Su detección cada vez es más frecuente y su característica principal es un dolor musculoesquelético crónico de origen desconocido, acompañado de una sensación de fatiga y otros síntomas, como la falta de aire.
Según el doctor Vicente Roqués, especialista de la Unidad del Dolor de Hospital Quirónsalud Murcia, “es prácticamente imposible detectarla en un análisis clínico o radiografía, de hecho, toda la sintomatología aparece sin que los médicos encuentren ninguna alteración orgánica que la justifique. Además se suele acompañar de trastornos del sueño y puede asociarse a un síndrome ansioso-depresivo”.
No se ha encontrado ninguna causa concreta que la origine. Las últimas investigaciones indican que su origen es neurológico. Se trataría de una sensibilización del sistema nervioso central con respuesta dolorosa aumentada. Estos pacientes tienen una sensibilidad exagerada al dolor, ya que perciben como dolorosos estímulos que cualquier otro individuo apreciaría como normales.
El doctor Roqués explica que, “estos pacientes sufren en muchas ocasiones incomprensión y peregrinan constantemente hasta encontrar algún médico que los atienda y pueda tratar sus dolencias. No es una enfermedad psiquiátrica en la que el problema esté en la mente del que la padece, si no que es una patología reconocida desde 1987 como enfermedad física real y causa mayor de incapacidad”.
Aunque la fibromialgia es una enfermedad sin peligro para la vida, resulta muy limitante para el paciente y no existe actualmente tratamiento curativo. No obstante, pueden abordarse muchos de sus síntomas, lo que permite al paciente una vida casi normal. Para su tratamiento es necesario el trabajo conjunto de varios especialistas y un procedimiento individualizado de cada caso.
El doctor Roqués, destaca que, “una de las técnicas que aplicamos en la actualidad es la infusión intravenosa de anestésicos de manera ambulatoria, que han demostrado ser efectivos para mejorar los síntomas de un elevado número de pacientes”. Por tanto, aconseja ponerse en manos de especialistas del dolor crónico“.