Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Marisa Brugarolas: “La homogeneidad impuesta es vergonzosa”

Marisa Brugarolas, directora de Ruedapies Danza Integrada

Elisa Reche

Del caleidoscopio de las respuestas nació `¿Qué escuchaste?´, una pieza de microteatro-danza que se estrena el miércoles 2 de noviembre en el Teatro Circo interpretada por dos de los integrantes de las asociación, los directores y la bailarina Isabel Marín.

¿De dónde nace `Qué escuchaste´?

Marisa: Queríamos colaborar en una creación de danza teatro entre Ruedapies Danza integrada y la Asociación Alfa de hogares tutelados para personas con diversidad mental. Javier Martínez Lorca, el presidente de Alfa, es actor y había trabajado varios años en el proyecto Ruedapies como intérprete. En cuanto al contenido de la obra hemos partido de esas fisuras que se producen entre la imagen que tenemos de nosotros, la que damos al mundo y la que la sociedad recibe o quiere escuchar. De ahí el título, después de todo lo que damos sobre escena, interpelamos al público sobre lo que realmente ha escuchado.

Javier: Durante varios años y de distintas formas hemos estado en contacto con el trabajo de Marisa Brugarolas y desde la Asociación Alfa teníamos el interés y la inquietud de poder trabajar conjuntamente con ella. A partir de algunas conversaciones sobre los procesos de identidad se nos ocurrió darle vida a `¿Que escuchaste? ´.Para ello partimos de una serie de textos escritos por personas con y sin discapacidad sobre lo que para ellos era la identidad que les gustaba, que no les gustaba, con que se sentían identificados... A partir de estos textos se han creado una serie de partituras de movimiento, de imágenes , de emociones que dan lugar a esta obra.

 

¿Cuál es el mayor reto que os habéis encontrado al crear la pieza?

Marisa: Como cualquiera de las piezas que he creado durante los últimos veinte años el mayor reto es el hecho de partir del vacío absoluto, no hay un texto previo, o una partitura musical o una coreografía previas. En este caso es una codirección con Javier Martínez Lorca e igualmente hemos partido de una idea. Pero esta idea que flota en el vacío la hemos tenido que materializar primero con varios meses de trabajo de mesa lanzando más ideas, creando el texto a partir de preguntas a los participantes, dejando que ese texto nos sugiriera imágenes, sonidos, acciones y después los ensayos durante un mes entero con todo el equipo. Este momento es increíble porque pasamos de tener un esqueleto de ideas a dejar que la carne crezca. La carne es toda nuestra corporeidad, el movimiento, la voz, la emoción, el sudor y ahí todo se transforma y empieza a cobrar vida

 

¿Puede la danza ayudar a transformar la sociedad?

Marisa: Afortunadamente creo que sí, siempre que se permita a la danza respirar y existir. En esta obra y en todas las creaciones de Ruedapies ampliamos el concepto de danza y creación escénica. Nuestro elenco siempre está compuesto de personas con y sin diversidad funcional. En este grupo mixto de personas tan diferentes, no solo en sus cuerpos, sino en sus maneras de experimentar la vida, trabajamos conjuntamente durante todo el proceso. Esto hace que cada creación se impregne de corporeidades y puntos de vista muy diversos. Una creación que habla desde la heterogeneidad siempre transforma tanto al que la realiza como al que la recibe.

Javier: Estoy convencido que la danza junto con el teatro son herramientas qué pueden y que están ya transformando a la sociedad. Creo que estamos en un momento de cambios sociales importantes en el que la práctica de la danza y el teatro, no solo  como público, sino también como sujeto activo ayudarán a que ese cambio se produzca.

¿Qué es lo que os da más vergüenza en la vida?

Marisa: En la vida lo que me da más vergüenza es que me vean como un objeto que tiene que hacer-pensar-decir-bailar-comer-vivir…de una forma idéntica a otros. La homogeneidad impuesta es vergonzosa y creer que eso es libertad es más vergonzoso aún.

Isa: Me da vergüenza hablar con gente que no conozco. Me cuesta iniciar la conversación.

Javier: Las entrevistas.

¿Y en el escenario?

Marisa: Creo que en el escenario no me da vergüenza nada.

Javier: Y en el escenario... no sabría decir, creo que las cosas que más vergüenza me dan en la vida son las que más me gusta hacer en el escenario .

Isa: Me muero de la vergüenza al hablar encima del escenario. Me pongo muy nerviosa

Marisa, después de tanto tiempo en Ruedapies y tras haber escrito una tesis sobre Danza Integrada, ¿cuáles han sido tus mayores descubrimientos?

Marisa: Poder enseñar y crear en grupos mixtos de personas con y sin diversidad funcional hace que nos demos cuenta de que nuestras barreras sicológicas y sociales son las que encarcelan el arte. Salir de los guetos de la capacidad y discapacidad nos hace aprender a todos una nueva forma de relacionarnos, y de crear. Este tipo de creaciones ensanchan las fronteras del arte, porque no se trata de superar la discapacidad haciendo héroes, ni de ocultarla como si no existiera. Trabajamos desde la construcción de nuevos lenguajes de lo posible, y dentro de lo posible están todas las personas que vivimos en esta sociedad, cada una con sus características propias, aprendiendo y construyendo con las herramientas de la danza y la creación escénica.

Otra cosa muy importante que he aprendido en los últimos quince años es que el público está perfectamente preparado para asumir un arte hecho desde la diversidad. Las que no están preparadas son las instituciones culturales y de política social, a las cuales les gusta mantener a las personas con discapacidad por un lado y a los artistas por otro, quizás porque ambos somos un poco disidentes de la normatividad impuesta.    

 

Isa, ¿qué significa para ti bailar?: Me gusta bailar porque se me olvida que tengo una minusvalía. Me apunté a taller danza integrada por probar como era eso. Hice el  primero,  me gustó y volví apuntarme al segundo. Al terminar, la profesora nos preguntó a un grupos de personas formar una asociación para hacer actuaciones y me gustó la idea.  Ya llevo 10 años y en las actuaciones ver al público levantado haciendo palmas te da muchas energía para seguir bailando.

 

La danza contemporánea siempre ha sido la hermana pobre de las disciplinas artísticas, ¿cómo os sentís al respecto?

 

Marisa: Ninguneados por las instituciones y apreciados por el público que logra llegar a un espectáculo. La danza y la danza contemporánea tienen fama de no llegar al público, pero no es cierto. Siempre he sentido que el público ante la danza conecta con sus emociones, con parte de su ser que se le escapa en la rutina cotidiana. En la danza hablamos desde el cuerpo y el cuerpo de los bailarines produce una suerte de empatía cinestésica en los cuerpos del público. Porque si hay algo que todos compartimos es nuestra corporeidad en esta existencia.

Lo que sucede con la danza es que no hay buenos canales de difusión. Si se empleara el mismo dinero que se emplea en difundir el deporte en difundir la danza, quizás veríamos otros resultados. Los medios de comunicación y los críticos también tienen mucho que hacer en el papel de difusión. Más programas en las televisiones, radios, en la red y más críticas de danza realmente profesionales que sepan ver y apreciar la danza contemporánea y también más profesores que desde los conservatorios profesionales alienten a sus alumnos a ir a ver espectáculos.

Si todo esto pasa en la danza, imagínate en la danza integrada o inclusiva. Hay una gran dificultad para crear espacios donde las personas con y sin diversidad funcional puedan aprender en conjunto. Hay metodologías extraordinarias para que personas con y sin discapacidad puedan estar en un mismo espacio aprendiendo danza, y te aseguro que todos aprenden más y más rápido, todos, porque todos aprendemos a resolver situaciones nuevas que en grupos homogéneos no se darían.

En cuanto a las ayudas o difusión de las creaciones de danza integrada resulta complejo porque hay pocos programadores que entiendan que hay obras de danza integrada que pueden estar en las programaciones habituales de un teatro y no sólo es festivales de inclusión. Afortunadamente hay programadores sensibles y es así como Ruedapies, en los últimos 11 años ha podido presentar sus creaciones en espacios de danza y artes escénicas. También reconocemos la apuesta que el Teatro Circo de Murcia está realizando en la actualidad por tener una programación inclusiva, gracias a la cual actuaremos el miércoles 2 dentro del formato micro escena.

 

¿Cómo veis la situación de las artes escénicas en Murcia?

Marisa: No es muy afortunada. En Murcia se destina más dinero a grandes eventos artísticos culturales y equipamientos que a fomentar a los artistas de la región o a crear tejido artístico cultural local. No hay políticas de continuidad y con cada legislatura lo poco que se había conseguido se destruye y hay que empezar siempre de cero.

Los artistas que ya tenemos una edad y trayectoria consolidada somos más apreciados fuera de Murcia que aquí. En Murcia cada año tenemos que empezar una carrera desde cero como si las creaciones realizadas anteriormente no sirvieran de nada. Así es muy difícil crear equipos estables y sólidos que puedan dedicarse a trabajar realmente en la creación. El 75% del trabajo de los artistas en esta región es hacer de gestores de su propio trabajo, con lo que realmente queda poca energía y margen para desempeñar tu trabajo con dignidad. Realmente los únicos empleos estables que se generan con dinero público son los de los gestores culturales de los equipamientos públicos.

El ejemplo de lo que ha pasado con el proyecto Ruedapies Danza es significativo. Este proyecto empezó en el año 2005 en Murcia, destacándose a nivel nacional por ser un proyecto artístico y una de las compañías pioneras en España en trabajar los procesos de enseñanza y de creación escénica en grupos mixtos de personas con y sin diversidad funcional. Tras presentar un plan de continuidad tanto en la docencia como en la creación y difusión de la danza integrada dirigido a varias instituciones públicas de Murcia, podemos decir que a las instituciones murcianas no les ha interesado apoyar verdaderamente un proyecto de este tipo, con lo que Ruedapies ha girado por otros países y comunidades del estado español, deslocalizándose de Murcia. Es lo único que nos queda a los artistas de Murcia. Y no es un problema de público. El público de Murcia es entregado e inteligente. Lo que hace a Murcia seguir siendo provinciana no son sus ciudadanos sino sus instituciones culturales, políticas, educativas y sociales. 

Javier: Depende del momento. Como espectador creo que la Región de Murcia cuenta con buenas plataformas y una buena programación. Como investigador de las artes escénicas con personas con discapacidad intelectual creo que falta sensibilidad por parte tanto de Cultura cómo de Servicios Sociales. Sensibilidad y apertura que si muestran programadores como Juan Pablo Soler.

Etiquetas
stats