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“La sociedad, erróneamente, ha estigmatizado a las mujeres maltratadas durante siglos”

Pepi Montiel, periodista y poeta

José Daniel Espejo

Murcia —

Pepi Montiel (Alhama, 1991) pertenece a una generación harta de etiquetas, de millenial a nativa digital pasando por nini o niñ@s rata, y planta cara a todas ellas. Periodista en el departamento de Comunicación de la ONG Fundación Sierra Minera, que trabaja por la inserción laboral y recuperación del patrimonio y medio ambiente de la comarca, pertenece a la Plataforma de Periodistas Feministas Colombine y escribe textos urgentes, de trinchera, sobre los males de género y de desigualdad de nuestra sociedad. La entrevistamos de cara a la presentación de Sabrás que no miento, su primer libro (viernes 8, 19h, en Libros Traperos, Murcia).

Comunicadora en una ONG, miembro de la plataforma Colombine, periodista y poeta… No hará falta ni que te pregunte si concibes el lenguaje como un campo de batalla. Déjame que salte directamente a si crees que estamos ganando.

El lenguaje es el único motor de cambio capaz de detener la barbarie a la que nos enfrentamos a diario. Sería muy pretencioso por mi parte afirmar que sí estamos ganando, porque la realidad es mucho más dura, mucho más cruel. A diario compruebo cómo se procura restarle importancia e incluso menosprecia la capacidad que tiene el lenguaje de regenerar una sociedad que es de urgencia reinventar. Pero si de algo estoy segura, por experiencia laboral y activista, es que estamos luchando como nunca y vamos a lograr un mundo mucho más justo, inclusivo y feminista.

En un mundo digital saturado de textos efímeros que enviamos al olvido con un golpe de pulgar o de rueda de ratón, ¿qué seguimos buscando cuando leemos poesía, o, en tu caso, cuando decides empezar a practicarla?

Los episodios traumáticos siempre suponen un desencadenante que facilita la tarea de sentarse a escribir, así que comencé a hacerlo en el momento de máxima revelación personal: ese momento en el que crees que no sabes quién eres y desarrollas la manera de volver a encontrarte contigo mismo. Por la brevedad, la inmediatez y la corta vida que tiene la información en nuestra sociedad, es muy difícil llegar al público, que está hipersaturado y cada vez le resulta más difícil seleccionar lo que es de su interés. Lo he constatado no sólo desde la perspectiva literaria, sino también la profesional. Es un mal endémico, importante de detectar y combatir, porque por desgracia cada vez nos encontramos más inmersos en una sociedad (concienzudamente) desinformada.

`Sabrás que no miento´ habla de amor, de desamor, de revolución y, sobre todo, de feminismo. ¿Es deliberada esa mezcla temática, ese negarse a tratar cada cosa por separado?

Si existe una fuerza capaz de generar una revolución es el amor. Las mujeres tenemos grabada la idea del amor idealizado desde que nos gestamos en el útero de nuestra madre porque nos han enseñado que es vergonzoso ser abandonadas y nada más lejos de la realidad. Mi primera gran revolución la viví cuando más abandonada me sentí. Somos nosotras quienes debemos ser capaces de transformarnos en aquello que nos convierte en seres libres. A lo largo de mi vida he vivido dos grandes revoluciones que me han convertido en la mujer que siempre quise ser: la de luchar por ganar las micro revoluciones cotidianas y la de elevar la voz hasta la afonía por lograr la igualdad efectiva, rompiendo tantos techos de cristal como sean necesarios. Tienes que amarte más que a cualquier otra cosa en el mundo para sobrevivir en una sociedad tan corruptamente machista.

¿En qué momento te acercas a la escritura de poesía? ¿Partes de un acontecimiento de tu vida personal, de alguna lectura o de alguien que te la presenta?

La sociedad, erróneamente, ha estigmatizado a las mujeres maltratadas durante siglos. Te hacen creer que tienes que esconderlo, que es una vergüenza o una deshonra personal, y que al contarlo te juzgarán constantemente a ti. Así lo creí al principio, pero el punto de inflexión lo experimenté a través de Alfonsina Storni. Supe que de la misma manera en que su lectura me había liberado a mí de la mochila más pesada que he cargado, yo también podría ayudar a que otras mujeres, que hayan pasado o estén pasando por una situación similar a la que yo viví, no sientan que están solas, porque no lo están. Necesité contarlo y encontré la manera de canalizarlo en poemas alejados de la complejidad literaria: quería que cualquier mujer entendiera que no se huye, se enfrenta. Y por supuesto, se vence.

Para la presentación de tu libro este viernes te acompaña un poeta de tu edad, si bien con algo más de recorrido, Daniel Buendía, con quien compartes un buen número de amistades poéticas ¿Murcia cría poetas?

No es casualidad su elección. Cada vez que me subo a un escenario a su lado siento que es imposible que algo salga mal. Murcia siempre ha estado infravalorada y yo no imagino un proyecto de futuro lejos de la tierra que me ha visto crecer y ha creado vínculos y lazos difíciles de igualar en cualquier otra parte del mundo. Quien dice que en la Región de Murcia no hay arte es porque no conoce la Región de Murcia. El talento puede estar en cualquier casa de cualquier calle anónima: sólo hay que creer en él, trabajarlo y mostrarlo. Confío plenamente en cada murciana o murciano que se aventure con un proyecto artístico, uno siempre está a tiempo de rendirse, pero sólo una vez de intentarlo.

¿Tienes un objetivo para este libro? ¿Hasta dónde te planteas llegar?

Cuando comencé a escribir `Sabrás que no miento´ fijé como objetivo que esa aventura fuera un proceso de liberación personal. Ni siquiera pensaba en cuántos ejemplares quería vender. En ningún momento fui capaz de monetizar la historia que tenía que contar. En ese sentido, mi objetivo ya está conseguido. Pero cuando llegaron los primeros ejemplares marqué un nuevo objetivo: ojalá mi libro sea menos mío que de quien lo lea, que llegue a tantas mujeres como sea posible y que para ellas sea un instrumento de introspección.

¿Hay una continuidad entre tu trabajo, tu compromiso social y tu poesía? ¿O cada una tiene un aprendizaje y ‘van por su lado’?

Por definición, soy una mujer entregada al doscientos por cien en cada causa que me mueve, así que soy incapaz de desligar unas de otras. A día de hoy, sería incapaz de trabajar en un lugar que no me hiciera crecer como persona. Trabajar por la inclusión social en la Fundación Sierra Minera está explotando en mí capacidades y una empatía que yo misma desconocía. Esto siempre es lo que trato de plasmar a través de mi poesía: es necesario poner encima de la mesa la necesidad de un mundo mucho más sensible, más concienciado, más justo, más igualitario, más inclusivo y quizá la mejor manera que tengo de contribuir a lograrlo es a través de la literatura.

¿Nos recomiendas un libro de poemas, uno de esos de los que te sientas deudora?

Guardo con mucho cariño mi primera antología poética, del oriolano por excelencia. No podría cuantificar las veces que la he releído, ni los post-its de colores que la decoran, pero siempre es revelador leer a Miguel Hernández. Como ya he dicho, leer a Alfonsina Storni supuso un antes y un después en la conformación de mi personalidad y en mi manera de afrontar la vida. Me quedo también con la sensibilidad de la española Rosalía de Castro y, de nuestra Región, recomiendo explorar a María Cegarra.

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