Es este un día extraño. Un día en el que se respira en Murcia un ambiente caldeado y enrarecido, y no sólo por las temperaturas primaverales de las que ya disfrutamos. Estamos sin duda en la antesala de un importante suceso, viviendo el preludio del gran acto definitivo.
Es todo tan complejo que se junta el mar de fondo con la calma chicha. La mayoría de los responsables políticos del PP están recluidos en sus cuarteles de invierno, también los que tienen tarea de gobierno o gestión. En el gremio periodístico estamos a la que salta, nunca como hoy, esperando cualquier convocatoria para salir corriendo
El silencio de la espera resulta pesado como el plomo. El futuro de alguno, que jamás se figuró verse como se ve, pende de un hilo. No hay término medio, es todo o nada. Vivir o morir en el empeño, seguir al mando o batirse en retirada y apechugar con las consecuencias.
“¿Será hoy?”, es la pregunta. Y “¿el que?” es la respuesta. Parece que no, que hoy la Fiscalía no dirá nada. ¿Y mañana? Quién sabe. Y una pregunta más: ¿Puede el magistrado seguir adelante aunque no contesten? Pues sí, hasta aquí lo ha hecho todo él. Ahora podría volver a hacerlo y elevar el caso al Supremo. Resulta que sí, que los parlamentarios europeos tiene un protocolo de aforamiento.
Ah, y una cosica más: ¿Tenemos consejero de Agricultura? De momento sigue el que estaba, y espérate que a lo mejor en vez de uno nuevo llegan tres al Gobierno. Desde luego lo de Contreras sí que está hecho, ya lo dijo eldiario.es Región de Murcia. ¿Y de lo otro qué? La querella del auditorio ya ha salido del horno del TSJ, que por cierto no está para bollos; se va a Lorca.
Pues eso. Sigue la mar de fondo y la calma chicha. Aviso a navegantes.
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