En el PP de la Región de Murcia están convencidos de que iremos a unas nuevas elecciones autonómicas en otoño. Que la cerrazón de Vox abocará al presidente en funciones, Fernando López Miras, a tener que convocarlas. Más aún cuando Santiago Abascal dejó claro este jueves, en la plaza del cardenal Belluga, que “pase lo que pase el domingo” no se moverán ni un ápice de sus pretensiones en esta comunidad autónoma. “No tenemos miedo a ningún escenario”, añadió. Queda patente que aunque rebajaran sus peticiones iniciales -vicepresidencia y dos consejerías-, como consecuencia de un hipotético descenso electoral el 23J, Vox no tendría cabida en el Gobierno. Su postura, por ejemplo, en clara sintonía con los intereses del empresariado del sector agroalimentario, frente a la Ley de Protección del Mar Menor, que exigen derogar o retocar en profundidad, sería una de las líneas rojas. De eso no cabe la menor duda, aseguran fuentes del PP.
Los populares mantienen la convicción de que en unos nuevos comicios autonómicos alcanzarían la mayoría absoluta. De hecho manejan una encuesta que les da la cifra justa de escaños: 23, dos más que ahora. Ello sería, por lógica, en detrimento de Vox. Uno de los mantras del discurso de los populares en la pasada campaña electoral ha sido que una buena parte del electorado del partido de Abascal no entiende la situación de bloqueo a la que tienen sometido al PP regional. Y por eso no se han cansado de advertir, en estos últimos 15 días, que la situación podría repetirse a nivel nacional, con Alberto Núñez Feijóo como ganador de las generales, pero sin mayoría, a expensas de lo que quiera hacer -o lo que le pida- Santiago Abascal, con Pedro Sánchez y Yolanda Díaz a la expectativa. Esta ha sido una constante a la hora de reclamar en sus actos el voto útil de la derecha, razonado con el ejemplo de lo que ocurrió en la fallida sesión de investidura en la Asamblea Regional, cuando Vox unió sus noes a los del PSOE y Podemos para impedir que López Miras fuera elegido presidente.
Es evidente que en Vox están dispuestos a tensar la cuerda al máximo. Hasta tal punto que incluso barajan la posibilidad de ejecutar una amenaza: la de provocar una nueva reforma de la Ley del Estatuto del Presidente -sumarían 24 votos con el PSOE y Podemos- e impedir que López Miras pudiera volver a ser candidato. En 2014, bajo la presidencia del entonces popular Alberto Garre -hoy diputado de Vox-, se fijó en dos legislaturas el mandato del jefe del Ejecutivo. Pero en junio de 2021, una reforma propuesta por el PP salió adelante con el apoyo de su grupo, más tres diputados expulsados de Vox y los tránsfugas de Ciudadanos, con el objeto de que se pudiera optar a un tercer mandato. Aunque todo queda a expensas de la dinámica parlamentaria, antes de una nueva convocatoria electoral.
En las últimas horas, Fernando López Miras ha exigido a Vox que, antes del 23J, deje claro si a Feijóo le harán pasar por lo mismo que le están haciendo a él. Aunque en sus comparecencias haya desmentido con insistencia que la Región sea un laboratorio de experimentos políticos, es consciente de que esto puede ser la antesala de lo que ocurra en la Carrera de San Jerónimo en próximas fechas.
Este domingo los votantes volverán a ser soberanos. En la Región, lo previsible es que el PP obtenga 5 escaños en el Congreso, por 3 del PSOE y 2 de Vox. Sumar lo va a tener bastante complicado, por no decir imposible, para alcanzar el diputado. Esa, al menos, es mi quiniela particular. Y a escala nacional, todo apunta a que Feijóo ganará, no con la mayoría suficiente, por lo que precisará a Vox, condicionando que no entre a formar parte de su Gobierno. Entretanto, Abascal querrá tener asientos propios en el Consejo de Ministros y supeditará sus votos a que esto se convierta en una realidad. En fin, que no sé si les suena de algo el escenario descrito y, fruto de ello, lo que se puede avecinar. Vamos, que les resultará como un déjà vu.
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