La comunidad religiosa de la Región de Murcia lucha contra la discriminación: “El odio es una ofensa a Dios”

“Preocupa que en el mundo católico al que pertenezco se pueda fomentar la criminalización de los menores no acompañados”. Habla Joaquín Sánchez, conocido como el cura de la PAH (la Plataforma de Afectadas por las Hipotecas). Tras el auge de la extrema derecha en la Región de Murcia y a dos años de las próximas elecciones autonómicas, la polarización de la sociedad de esta comunidad autónoma se ha hecho más que evidente. La comunidad católica, en apariencia poco dinámica, también ha notado la sacudida política. Ahora, como muchos otros colectivos, se mira a sí misma con extrañeza, planteándose cuál ha sido su papel en los cambios que ha experimentado la población y qué hacer para revertirlos.

Por el momento, el pasado septiembre diversas entidades católicas y de otras confesiones religiosas presentaron un escrito ante la Fiscalía de Menores y la Fiscalía Superior solicitando la protección de los menores no acompañados en la Región de Murcia, en particular a los del centro de Santa Cruz. Tras un acuerdo por los presupuestos regionales, PP y Vox acordaron el cierre de este centro de menores y, según Comisiones Obreras, se ha segregado a los menores durante el traslado. El escrito, nos cuenta el conocido como cura de la PAH, junto a Fina Hernández y Fernando Bermúdez, de las Comunidades Cristianas de Base, aún permanece sin respuesta: “Hemos enviado otro escrito a Fiscalía y a la Consejería de Política Social, explicando que el traslado de los menores corresponde a una política de odio”, ha abundado Joaquín.

En ambos escritos han señalado que creen que el traslado vulnera la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas: “Es absolutamente arbitrario cerrar un centro bajo una motivación a todas luces discriminatoria y xenófoba”, han insistido.

“La segregación de los menores no es accidental, tiene como objetivo dificultar que todos luchemos por la misma causa”, ha explicado Fina Hernández. Hernández, que ha presidido Murcia Acoge, ha descartado los motivos “humanitarios” para el cierre del Centro de Santa Cruz que achacaba Política Social: “No entiendo por qué, si de verdad piensan que las condiciones del centro no son buenas, no lo han cerrado hasta que lo ha pedido Vox”, ha planteado.

Temen que el traslado segregado pueda suponer que los menores no acompañados vuelvan a ser señalados, tal y como ocurrió durante su estancia en Santa Cruz: “Es público y reconocido por la Consejería dónde van a estar ubicados. Los van a perseguir, ya hay protestas en la zona”, ha lamentado Joaquín.

El antes y después de Torre Pacheco

En el último barómetro del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP), Vox se colocó como segunda fuerza política y logró situar a la migración entre las mayores preocupaciones de los murcianos: “Todas las encíclicas de la doctrina social de la Iglesia están a favor de la acogida de los de los refugiados, de los migrantes y en contra de la discriminación, el racismo y el odio que se está generando en España y en concreto aquí en la Región de Murcia. Por parte de la extrema derecha hay un ambiente de criminalización hacia los migrantes y hacia los menores. Esto lo consideramos una ofensa a Dios”, ha abundado Fernando Bermúdez.

“Duele que se utilicen las mentiras para fomentar el odio, para dar votos”, ha señalado Joaquín Sánchez. “No les duele utilizar la mentira. Cuando Feijóo vino a Murcia dijo que aquí se instalaba gente para cobrar el Ingreso Mínimo Vital, cuando lo cierto es que para que te lo concedan debes ser residente legal como mínimo un año”, ha recordado.

Es posible encontrar un antes y un después en materia de migración y xenofobia tras las cacerías que tuvieron lugar en Torre Pacheco. Este verano, cientos de ultras procedentes de todo el país acudieron a lo que denominaron como 'caza al migrante', después de que se agrediera a un vecino del municipio y se difundieran una serie de campañas racistas en redes sociales: “Los ultras subieron fotos de la sede de Murcia Acoge en Torre Pacheco, burlándose y preguntándose por qué aún no le habían prendido fuego. Tuvimos que mandar a los trabajadores de la delegación a sus casas, pasaron mucho miedo”, ha descrito Hernández.

Para los religiosos, lo ocurrido en Torre Pacheco fue un disturbio “importado”, que poco tenía que ver con la convivencia del municipio: “Un grupo de monjas da clases de español a mujeres magrebíes y cuentan que siempre ha habido buena convivencia dentro del municipio”, ha apuntado Bermúdez. “Muchos de los que la extrema derecha considera migrantes llevan 40 años viviendo en Torre Pacheco, sus hijos e incluso sus nietos son españoles”, ha añadido Hernández.

“La extrema derecha utilizó la agresión a esta persona mayor para su propio beneficio. A los pocos días de ocurrir lo de Torre Pacheco, dos policías alemanes agredieron a un taxista. Tras esta paliza no se generó humo ni odio”, ha apuntado Sánchez.

“Fratelli Tutti”

Para Joaquín, la ultraderecha se ha decantado por el “rechazo” del mensaje de la Iglesia. Después de que la Conferencia Espiscopal Española condenase el veto al rezo islámico en el municipio de Jumilla el líder de Vox, Santiago Abascal, acusó a la Iglesia de estar “amordazada” por el Gobierno central. “No sé si tiene que ver con los ingresos públicos que obtiene la Iglesia y que le dificultan combatir determinadas políticas, o con los casos de pederastia dentro de la Iglesia que la tienen absolutamente amordazada ante las acciones de determinados gobiernos liberticidas y que van contra nuestra identidad, incluso contra la libertad religiosa y contra la fe en muchos casos”, dijo entonces Abascal.

“Los mensajes de la Conferencia Episcopal no son discursos políticos, se fundamentan en el evangelio. A veces me veo Me veo imponente por no poder transmitir un mensaje de unión que cale en las distintas comunidades”, ha lamentado el cura de la PAH, que ha reconocido que sabe que algunos párrocos “difunden un mensaje racista en sus homilías”.

De acuerdo con Bermúdez, la polarización de la sociedad “pasa también por la Iglesia”: “En la actualidad hay dos corrientes, una racista y anti islámica; y otra ético profética de apertura y acogida”, ha enumerado. Tras la renuncia del obispo Lorca Planes el pasado año, Bermúdez ha confesado que esperan que su sucesor sea más “más abierto”: “En la Diócesis de Cartagena la Iglesia no tiene ese carácter profético de dar una iluminación desde la fe ante esta realidad migratoria”.

“El Evangelio es claro, el mensaje de Jesús es que ames a tu hermano como a ti mismo”, ha apuntado Hernández. “El Papa Francisco, en la Encíclica Fratelli Tutti, insiste muchísimo en ello, en que la fraternidad universal es como el eje”, ha añadido Bermúdez.

Ante los mensajes racistas y xenófobos, Joaquin Sanchez ha revelado que distintos sectores de la Iglesia se han planteado dar el salto a las redes sociales: “Queremos combatir este tipo de discursos, pero aún no sabemos cómo llegar a los jóvenes. Yo le digo a la gente que nos tenemos que meter en Tik Tok. A mi me cuesta [risas], pero allí están los jóvenes. Donde ellos estén, nosotros tenemos que estar”, ha explicado.

“Me preocupa que la juventud esté creciendo con una tendencia hacia la extrema derecha y hacia un escepticismo hacia la democracia”, ha apuntado Bermúdez. “Los jóvenes son más indiferentes, pero aquellos que están más implicados en política parece que tienden más a la extrema derecha. Les dan mensajes fáciles, es curioso cómo el principal problema de los menores es la vivienda y Vox lo único que les ofrece es antiinmigración”, ha apuntado Joaquín.

“Nosotros como cristianos tenemos esperanza. Estamos buscando nuevos caminos para llegar a la gente, porque queremos poner nuestro grano de arena en este mundo para que sea un poco mejor”, ha abundado Joaquín. “Somos mayores, a veces tenemos miedo en cómo será el mundo cuando nos marchemos y nos preguntamos qué hemos podido hacer mal. Pero tenemos que seguir luchando”, ha concluido Hernández.