Los colectivos antitaurinos más implantados defienden unos Sanfermines “sin sangre” por vías pacíficas
Una Pamplona inmersa en los preparativos para las fiestas de Sanfermín se despertó ayer con la reivindicación del sabotaje contra los corralillos del Gas, el vallado y el recorrido del encierro por parte del Frente de Liberación Animal (FLA). Mientras tanto, los colectivos animalistas más implantados continúan con sus propuestas pacíficas para atraer la atención mediática. Es el caso de Anima Naturalis, que repartirá este año 10.000 folletos informativos y 5.000 postales para enviar a responsables políticos en castellano, euskera e inglés durante las fiestas.
También cumplirán con la “ya tradicional” protesta junta a PETA frente al Ayuntamiento el próximo 5 de julio. Además, AnimaNaturalis desea repetir en Navarra su campaña Mallorca Sin Sangre, que logró un reglamento taurino que prohíbe la muerte de los toros, así como el uso de cualquier utensilio que les cause “daño o estrés”.
La normativa, conocida popularmente como toros a la balear, reduce el número de toros a tres por espectáculo, y por un tiempo no superior a los 10 minutos. Los animales deben haber comido y bebido antes de salir a la plaza, y se les aplican controles antidopaje tanto a toreros como a toros.
“Creemos que vivimos un momento en que no se puede postergar más el tema de las corridas de toros, y con el lanzamiento de nuestra campaña SanferminSinSangre queremos dar ese último paso que los animales necesitan”, apunta su portavoz, Aída Gascón.
Según datos de Anima Naturalis, que cita a la Fundación Altarriba, en España la tauromaquia es financiada con 564 millones de euros del erario público, sin incluir las ayudas a ganaderos,lo que supone unos 47 euros anuales por cada familia española.
Otras agrupaciones locales como Iruñea Antitaurina optan también por un tono amable y pedagógico e incluso aprovechan los peldaños de la escalera de San Fermín para extender su revindicación.
El FLA anuncia futuras acciones
El sabotaje animalista de las fiestas de Pamplona había quedado limitado hasta ese momento al terreno de las redes sociales y la reputación, pero con este paso, condenado por otros colectivos como Iruñea Antitaurina y por todos los grupos políticos del Ayuntamiento de la capital navarra, el FLA ha pasado del mundo virtual al real. Y dan a entender que habrá más.
Mientras la Policía Municipal se afana en investigar los sabotajes, una autodenominada célula Nº19 reivindicó el ataque y anunció que están dispuestos a utilizar la violencia por motivos que consideran “más que obvios y suficientes” y que no creen necesario explicar. El FLA es un movimiento de lucha sin líderes, con células activas en alrededor de 35 países, y que al igual que otras organizaciones que operan al margen de la ley actúan de forma independiente unas de otras. Su común denominador es que atentan solo contra bienes, y siempre y cuando ningún animal -“humano y no humano”- sufra ningún daño.
Consideran legítima “toda clase de protesta y lucha reivindicativa contra el sufrimiento que les causamos a los animales”, amplia definición que ampara liberar animales de su confinamiento “procurándoles un lugar digno”, “grabar o conseguir imágenes para dar a conocer las condiciones en las que se les tiene a los animales”, “el boicot a las empresas e instituciones que favorecen el abuso hacia los animales” y “el sabotaje a las empresas, instituciones, herramientas e infraestructuras que favorecen el uso y abuso de animales”. En definitiva, que tienen los Sanfermines en su punto de mira.
