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Hijos de las diputaciones

El Ararteko junto a la directora de la Oficina de la Infancia y la Adolescencia, Elena Ayarza.

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

“Los niños están atendidos, disponen de un proyecto educativo….pero el mejor entorno para el que crezca un niño es el cariño de la familia”. Elena Ayarza, directora de la Oficina de la Infancia y la Adolescencia, dependiente del Ararteko, se refiere de esta forma a los 4.179 menores que en la actualidad se encuentran a cargo de los servicios sociales de las tres diputaciones porque los tribunales han retirado o suspendido a sus padres la patria potestad. En 2012 esa cifra ascendía a 3.738. Son los hijos de las diputaciones.

El año pasado, los ejecutivos forales acogieron 1.889 nuevos casos, una cifra que se mantiene más o menos estable en los últimos años. Con esos nuevos casos, 2013 se cerró con 4.179 menores acogidos en los diferentes centros y recursos institucionales con los que cuentan las diputaciones. La crisis no ha hecho que aumenten las retiradas de custodias y patria potestad a padres que se han visto desbordados, pero sí han aumentado las situaciones de desprotección “leves o moderadas”, que son atendidas desde los servicios sociales municipales. “Se trata”, explica Ayarza, “de intervenciones familiares porque los padres se ven superadas por las circunstancias económicas y terminan por desatender a sus hijos, pero no tanto como para caer en situaciones de maltrato”.

Para evaluar cuando existe una situación grave de desprotección infantil, los servicios sociales cuentan con un instrumento que recoge una serie de indicadores que tienen que ver con el maltrato físico (no se atiende las necesidades de los niños en cuanto a cuidado, vestimenta, techo, seguridad, formación, absentismo escolar....) y también con el maltrato emocional. “Puede ir desde humillaciones hasta manipulación del menor por un interés de alguno de los progenitores pasando por el abuso sexual”, indica Ayarza. En estos casos, se establece el grado de desprotección y la administración interviene. Pero quien suspende son los tribunales y quien asume el cuidado de los menores hasta que cumplan los 18 años o se revierta la decisión por orden judicial son las diputaciones en el caso de Euskadi.

Recuperar a la familia

“Siempre se intenta recuperar a la familia, siempre se está pensando que el primer entorno para que un niño crezca es el familiar. Y por eso, aunque los chavales estén en acogimiento institucional, se sigue trabajando con los progenitores para intentar que los niños vuelvan a su núcleo familiar”, recalca la directora de la Oficina de la Infancia y la Adolescencia.

Los casos más habituales por los que se retira la patria potestad a los padres son toxicomanías, enfermedades mentales de los padres, algunos pueden estar en prisión. También se acoge a los menores extranjeros no acompañados, un número que ha ido en descenso en los últimos años.

El problema surge cuando al cumplir 18 años deben dejar la residencia. Hay asociaciones que les ayudan a buscar ingresos y alojamiento, pero la realidad es que los jóvenes deben rehacer su vida en el momento de mayor desamparo.

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