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Txagorritxu, de hospital de referencia a punto cero de los contagios por coronavirus: “La situación es crítica”

Un cartel alertando de un problema de "salud pública" en un centro de salud de Osakidetza en Vitoria

Iker Rioja Andueza

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Txagorritxu. Este hospital de nombre impronunciable para el portavoz del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón –que lo llamó “Intxaurrondo” entre risas– es el principal foco de contagios por coronavirus en Euskadi con diez casos confirmados -lo dos últimos este mismo martes- y dos centenares de personas monitorizadas. Es también uno de los mayores puntos de preocupación en España. Es una de las dos sedes del Hospital Universitario de Álava, está ubicada en un barrio del mismo nombre y fue designado por el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) como centro de referencia para contener esta crisis junto a Cruces en Bizkaia y el Donostia de Gipuzkoa. Ahora nadie es capaz de concretar el posible alcance de una cadena de contagios iniciada por una doctora que durante varios días estuvo en contacto con colegas y pacientes. “La situación es crítica”, coinciden varias voces al subrayar que la expansión del Sars-Cov2 ha permanecido incontrolada durante varios días y, además, entre colectivos de riesgo.

Nerea es enfermera y ha acudido este lunes a su puesto de trabajo allí. “Igual es algo nuevo y no saben cómo gestionarlo, pero se está haciendo de una manera que acojona”, se sincera. Se refiere a las directrices de “obligado cumplimiento” adelantadas por este periódico ante el riesgo de expansión del neovirus. Entre las medidas enumeradas en una circular interna se llega a recomendar que los sanitarios mantengan una distancia de “1,5-2 metros” entre sí o que se prioricen las reuniones “no presenciales tipo Skype”. Se han suspendido las prácticas de estudiantes de Medicina y Enfermería (también en Gipuzkoa), se ha cerrado la cafetería y se deniegan “todos los permisos para asistencia a cursos, congresos y convenciones”. Los protocolos afectan también a los usuarios del Servicio Vasco de Salud, ya que los pacientes ingresados “no podrán abandonar la habitación” y “se restringirán las visitas de familiares a una persona por paciente hospitalizado”. Ahora las mascarillas se racionan y se custodian “bajo llave”.

En realidad ya existía con anterioridad un protocolo, un documento de 28 páginas actualizado el 26 de febrero. Pero su primera premisa falló en Txagorritxu y entre quienes mejor deberían conocerlo, los propios profesionales sanitarios. “Ante la existencia de un caso sospechoso debe ser comunicado de forma obligatoria y urgente”, reza el documento.

La 'paciente cero', una médico internista, regresó de un viaje a Andalucía el 17 de febrero –se sospecha que pudo contagiarse allí– y se reincorporó a su puesto. Trabajó con normalidad, en contacto con pacientes y participó en reuniones. Lógicamente, también siguió con su vida normal. Ni ella ni ningún colega consideró que podría estar infectada con esa enfermedad que aparecía de continuo en las noticias. Su pareja trabaja también en la Sanidad vasca, aunque en otro centro. Lo hizo durante cinco días. Luego cogió la baja pero tardó otra semana en hacerse la prueba del coronavirus.

“El virus ya está aquí. En diciembre en China se dio la alarma, en enero la OMS estableció que estábamos ante una epidemia que podría ser mundial. Hemos tenido tiempo de sobra para articular protocolos, para formar a los profesionales y nos encontramos con lo de siempre, que vamos tarde, que los protocolos se aplican tarde, que se van parcheando en la medida que se ve necesario y que el personal tiene que trabajar sin tener la formación correspondiente”, denuncian desde el sindicato ELA.

“Más que del propio virus, nuestra preocupación surge de la falta de capacidad de gestión de las administraciones vascas”, añaden desde LAB, que recuerda que el Gobierno de Iñigo Urkullu todavía se está enfrentando al derrumbe del vertedero de Zaldibar, en el que permanecen sepultados dos trabajadores. El sindicato considera que los errores son los mismos que en cada campaña de la gripe, pero con mayor eco al tratarse de un asunto que copa la actualidad.

El protocolo especial ante el riesgo de expansión de la enfermedad llamada Covid-19 se activó en la noche del viernes al sábado a las 22.00 horas, según varias fuentes internas. Minutos antes, sin embargo, ya se había informado públicamente del contagio de la 'paciente cero', unos análisis que tardan entre cuatro y seis horas. La prueba se realizó por la mañana y era conocido el resultado desde las 19.00 horas. En esa madrugada, los laboratorios de Txagorritxu –ubicados en la octava planta del edificio nuevo– empezaron a trabajar a destajo. En esa primera remesa de toma de muestreos se confirmó el segundo caso, otra internista.

Ella sí se había hecho una prueba, pero no siguiendo el protocolo. Bajó a Urgencias y se testó para la gripe A, según fuentes médicas. Lógicamente dio negativo y sólo después de activado el protocolo por coronavirus se detectó su caso. De los 13 casos en Euskadi, nueve están vinculados con este foco y la cifra amenaza con crecer gota a gota en los próximos días porque el período de incubación dura hasta dos semanas. Varios de ellos son sanitarios. A esta lista hay que añadir un octavo caso, otro médico residente en La Rioja que se excluye de la contabilidad de Euskadi aunque se haya infectado en Txagorritxu. “Lógicamente, no es tiempo de pedir responsabilidades, pero sí de que alguien sienta vergüenza”, lamenta un facultativo del centro. “¿Qué puede ocurrir si hay una embarazada infectada, a las que no se les pueden aplicar los tratamientos ordinarios?”.

Osakidetza ha mandado a su casa a guardar cuarentena a decenas de profesionales que han estado relacionados con las dos primeras internistas. Son alrededor de 100. Uno de los afectados es el exdelegado del Gobierno, Jesús Loza, que había regresado hace solamente unos días a su plaza de hematólogo. Loza, que llegó a ser gerente del centro, fue quien le dio su nombre y retiró la antigua denominación franquista. El veterano socialista tuvo una reunión con la 'paciente cero' la pasada semana. Y el viernes participó en el acto público de toma de posesión de su sustituto, Denis Itxaso, presidido por la ministra Isabel Celaá y en presencia de numerosas autoridades.

Fuentes médicas remarcan que el servicio de personal está “desbordado” tratando de reemplazar servicios enteros de personal de baja. Las medidas preventivas se han extendido también al hospital de Santiago, la otra sede del Hospital Universitario de Álava ubicada en el centro de Vitoria. Igualmente, una enfermera de un centro de salud del Sur de la capital vasca, el de Olarizu en el barrio de Adurza, estuvo en contacto con las infectadas y ha obligado a poner en cuarentena a buena parte de la plantilla de ese ambulatorio, que sólo ha atendido casos urgentes e inaplazables este lunes.

Con el virus no controlado durante varios días, el volumen de contactos ha sido elevado. Y eso que sólo se investigan contactos directos. Es decir, la pareja de un paciente de la internista no se monitoriza salvo que dé positivo y presente síntomas. O con el ejemplo de Loza, no se analizará a la ministra Celaá salvo que el expolítico dé positivo. Con ese rastreo ya se ha localizado un contagio en el servicio municipal de limpieza de Vitoria, prestado por las empresas FCC y GMSM. Concretamente, el comité de empresa ha indicado que era un operario de la sede de la calle de la Libertad.

Además, sin que se conozcan aún los resultados de las pruebas, un trabajador de Mercedes-Benz –la principal fábrica de Vitoria y de Euskadi– ha acudido voluntariamente al servicio médico al sentirse indispuesto y haber estado en contacto con la 'paciente cero'. Son dos los operarios de esta empresa monitorizados y la compañía ha tenido que reunir de urgencia a los delegados de prevención. La recomendación es que no acudan al puesto de trabajo si presentan síntomas. Se ha hecho un llamamiento a la calma desde la dirección pero sí se habilitará un vehículo que se pueda desinfectar –como las ambulancias– para trasladar posibles enfermos.

El Ministerio de Sanidad ha barajado la posibilidad de que se adoptasen medidas de control más severas y dirigidas a la población en general en Vitoria o la madrileña Torrejón de Ardoz, principales focos de contagios locales en todo el país. Pero en la reunión mantenida en la tarde de este lunes entre los responsables autonómicos y estatales se ha optado, por el momento, por la prudencia. Se está en una fase de “contención” y no de “mitigación” porque los contagios son limitados y no generalizados o “transmisión comunitaria”.

La recomendación sigue siendo extremar las medidas básicas de higiene –lavado de manos, principalmente– y evitar espacios concurridos en caso de presentar síntomas. Si se está enfermo, la Sanidad vasca ha habilitado un teléfono (900 20 30 50) que permite solicitar un equipo médico para descartar el coronavirus en solamente unas horas y en el propio domicilio, sin necesidad de colapsar los servicios de Urgencias o los puntos de atención continuada (PAC) o, en el peor de los escenarios, de contagiar a más gente. Además, es reseñable que el conjunto de los casos son leves.

Este martes a las 8.30 horas –bajo la presidencia del lehendakari– se ha reunido la mesa interdepartamental que analiza esta crisis. La consejera de Salud, Nekane Murga, ha ofrecido una rueda de prensa. No lo hacía desde el sábado por la mañana y Osakidetza ha informo de las novedades mediante comunicados. Sin embargo, no había dado ningún detalle públicamente sobre el centro de salud de Olarizu o sobre el caso de La Rioja, que afecta de lleno al foco de Txagorritxu. “Cada comunidad hace seguimiento de los positivos que residen en su territorio”, indican fuentes oficiales respecto al sanitario de Osakidetza que reside en Logroño. Pese a todo, Murga ha defendido la “transparencia” y ha cargado contra quienes difunden “bulos” e información “no contrastada”. 

Murga, en la comparecencia, ha reconocido la “merma” de capital humano no sólo para este centro sino para el otro de Vitoria, Santiago, así como para el centro de salud de Olarizu. No obstante, ha enfatizado que la actividad asistencial está garantizada en Álava con refuerzos llegados de otras áreas o con el “teletrabajo” del persona en cuarentena sin síntomas. Además, algunas cuarentenas podrían levantarse ya en las próximas horas.

Asimismo, Euskadi busca médicos “con carácter de urgencia”. La cascada de bajas laborales, singularmente en Vitoria, por los contagios y las cuarentenas debidas al coronavirus han motivado un anuncio del Gobierno vasco. El Instituto Vasco de Administración Pública (IVAP) ha convocado este lunes una ampliación de la bolsa de trabajo del cuerpo superior facultativo. El proceso -que se resolverá con celeridad, el 12 de marzo- buscar captar profesionales, a poder ser expertos en “epidemiología”, para que sean llamados en caso de necesidad “por un período de 6 meses”, en régimen de “acumulación de tareas” y con la condición de “funcionarios interinos”. Se paga unos 45.000 euros.

En Euskadi son 13 casos en total los confirmados -sin contar el de La Rioja-. Dos de ellos se encuentran hospitalizados por en un empeoramiento de su cuadro clínico. Dos casos son en Gipuzkoa –una mujer que viajó a Italia y otro sanitario sin conexión con Txagorritxu–, hay un nuevo en Bizkaia de un hombre que viajó a Francia y contactó con un positivo de Bélgica y el último es un allegado de la mujer que se encuentra en la UCI del Complejo Hospitalario de Navarra.

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