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“Yo no soy un símbolo de la Primavera Árabe, yo solo dibujaba viñetas y allí murió gente en la calle”

El caricaturista sudanés Khalid Albaih durante su visita a Bilbao / Foto: David Herranz.

Patricia Burgo Muñoz

Khalid Albaih sonríe amablemente desde el inicio hasta el final de la entrevista a pesar de que cree que con la situación política actual “no hay nada de lo que reír” y por eso matiza que él no hace “viñetas graciosas”. Este caricaturista de origen sudanés que tuvo que abandonar de niño su país por los problemas políticos que allí sufren, trata con su obra de enfrentarse tanto a los dictadores como a los estereotipos occidentales sobre el Islam.

Ante el rechazo de los medios de tradicionales de publicar sus trabajos, Albaih utilizó internet y su página de Facebook para dar a conocer su visión satírica de la actualidad. Sus dibujos se convirtieron en un símbolo durante la Primavera Árabe en 2011 y actualmente son también enarbolados por grupos revolucionarios de su país y por activistas políticos de Yemen, Líbano, Túnez, Siria o Argelia. A pesar de ello él no se considera un símbolo de aquellas revueltas. “Yo no soy un símbolo de la Primavera Árabe, yo solo dibujaba viñetas y allí murió mucha gente en la calle”, dice abandonando por un momento la sonrisa.

Tras los ataques terroristas del pasado mes de enero contra la revista Charlie Hebdo en París, fue nombrado por la comunidad internacional uno de los cinco dibujantes más destacados del mundo por su defensa de la libertad de expresión.

Albaih expone, en el marco de Ja! Bilbao, el VI Festival Internacional de Literatura con Humor, hasta el 15 de octubre en la Sala BBK de la capital vizcaina su muestra 'Sad Joke' (Bromear en serio). Además el miércoles 7 de octubre charlará junto al periodista Íñigo Domínguez sobre 'El humor en el Islam'.

El título de su exposición es ‘Sad Joke’ ¿es la situación política actual una triste broma?

Sí, definitivamente. Yo no hago viñetas graciosas porque la situación no es graciosa, no hay nada de lo que reír. Hay cosas en las que pensar, hay que pensar en por qué la situación es así, esa debería ser la pregunta: ¿Por qué pasa lo que está pasando ahora mismo? Ya sea la crisis migratoria en Europa o incluso la situación en Siria, hay que saber de dónde viene todo.

En Bilbao va a hablar del ‘Humor en el Islam’ ¿Cómo se explica en el mundo occidental que en el Islam también hay humor?

El humor en el Islam es histórico. Hay muchos libros que históricamente hablan del humor, pero no de una manera vulgar porque todo en el Islam y en Africa habla de respeto. La cultura africana es una cultura antigua, la sociedad se está modernizando, pero queremos mantener nuestra cultura. Entonces puedes decir todo lo que quieras de la manera que quieras, pero tienes que decirlo de la manera correcta. El humor está ahí, y es parte de nuestra cultura y de nuestro origen.

Entonces ¿quizá en Occidente nos dejamos guiar por un estereotipo sobre el Islam?

Los estereotipos vienen de la realidad, son un aumento de la verdad. El problema es cómo se utilizan los estereotipos. Si piensas en un árabe, piensas en un hombre con una gran barriga, rico y con un buen coche, si piensas en alguien del Islam imaginas a alguien con una gran barba que oprime a las mujeres ¿no? La cuestión es cómo lo utilizas: lo haces de forma negativa o lo haces de manera que no lo presentas como una verdad. Los estereotipos están bien, pero no si los utilizas como si fueran la verdad. No todos los árabes son ricos, gordos y tienen cuatro mujeres. Los viñetistas necesitamos hacer eso, jugar con los estereotipos, porque necesitamos captar vuestra atención y solo tenemos un panel para mostrar una idea, pero nunca se puede mostrar un estereotipo como una verdad.

También juega con los límites de la censura ¿se siente libre para trabajar?

Jugar con esos límites me hace más listo. Yo no puedo dibujar todo lo que se me ocurre, y no solo por la presión del Gobierno, también por la sociedad, porque yo quiero que la sociedad acepte mis dibujos. En muchos casos hay censura: por ejemplo, en las revistas tachan a las mujeres con bikini, y en la televisión cortan las escenas con sexo. No estamos acostumbrados a ver cosas como esas. Entonces si intentas con una viñeta hablar sobre algo concreto y utilizas algo que produce un ‘shock’ en la audiencia, no se capta el mensaje. Se va a hablar de la mujer desnuda o de una pareja practicando sexo. Hay que trabajar con la sociedad, cruzar el límite un poco, pero al mismo tiempo no desviar la conversación del tema que realmente quieres mostrar.

Esa capacidad para captar la atención del público le convirtió en un símbolo de la ‘Primavera árabe’ ¿cómo lo vivió?

No, no, yo no soy un símbolo de la ‘Primavera árabe’. Yo soy una de las muchas personas que trabajamos por cambiar cosas. Yo dibujaba viñetas, mucha gente murió en la calle, yo no soy un símbolo. Hay gente que fue encarcelada porque quería libertad, hay mucha gente que ha hecho muchas cosas. Yo soy parte de un movimiento que quiere cambiar nuestra sociedad.

Usted es sudanés pero apenas ha vivido en su país ¿cómo vive la situación de los refugiados que están huyendo de sus países?

Yo no pude volver a Sudán por problemas políticos hasta los 16 años y todavía ahora no puedo ir mucho, aunque ya por otras razones. El peor sentimiento del mundo es no tener un hogar. Yo crecí en Qatar, allí me siento en casa, pero no es mi hogar. Y cuando vuelvo a casa, cuando vuelvo a Sudán, tampoco me siento en mi hogar. Y por eso hago todo esto, porque quiero que mis hijos tengan un hogar.

¿Puede una viñeta decir más que un discurso o que un artículo?

Depende del dibujante, si es lo suficientemente bueno (risas). Yo creo que escribir es la manera perfecta para explicar algo, si eres un buen escritor. Todas las religiones, por ejemplo, tienen libros, no tienen dibujos. Pero las viñetas llegan a una audiencia más amplia porque cualquiera puede entender una viñeta. Además las viñetas son una manera de decir la verdad. Los periódicos de mi país solo cuentan mentiras: el presidente es increíble, todo es bueno, somos felices… pero todo el mundo va a la última página a leer la viñeta, porque ahí se dice la verdad.

Internet le ha permitido también llegar a un público más amplio.

Sí, definitivamente por eso estoy aquí, por internet. Yo intenté llegar a los periódicos, pero no lo conseguí por la censura, o porque no era lo suficientemente famoso, y entonces fui al mundo online y aquí estoy. En vez de que me lean en un periódico, por ejemplo 200.000 personas, me ven cientos de miles de personas de cualquier lugar, y todo el mundo puede hablar de ello. Si me hubiera quedado en una revista local, nadie sabría quién soy. Internet revolucionó todo esto y nos ha dado la oportunidad de mostrar lo que queremos decir.

Y también de crear un diálogo con el público.

Si, eso es lo más importante, crear un diálogo, esa es la razón por la que hago esto, porque quiero iniciar un diálogo, y la gente no tiene la oportunidad de participar en un diálogo fuera de internet.

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