Las residencias de Gipuzkoa amenazan con endurecer las condiciones de su huelga
El conflicto de las residencias de ancianos por la firma de un convenio provincial sigue candente en Gipuzkoa. El representante de de ELA, Iñigo Zubeldia, lanza una advertencia a las patronales, “hemos renovado los permisos, autorizaciones administrativas y demás documentación del gobierno para continuar con las acampadas hasta el 31 de enero del año que viene” y “si en alguna de las empresas la patronal retoca alguna condición laboral a la baja, la intensidad del conflicto se elevará en función de la agresión que se reciba en cada sitio”.
Existen 12 empresas aún sin firma de convenio, de las cuales ocho permanecen en huelga indefinida y ya se preparan para continuar una larga batalla si la situación no cambia de aquí al 7 de julio –fecha en la que entraría en vigor la reforma laboral de Rajoy–. Los preacuerdos firmados hasta la fecha, podrían perder su validez según Zubeldia, “dicen que si no se firma antes del domingo de la semana que viene, pasará a adoptarse un convenio de empresa único e idéntico para todos que perdería la unidad negociadora”, lo que supondría un paso atrás en una larga lucha “por las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras del sector”.
Tras siete semanas de huelga indefinida, Zubeldia, valora “muy positivamente” la última fase del conflicto en el que “se ha logrado la firma del convenios por parte del 85’2% del sector”. Zubeldia reivindica que “desde una minoría del 14’8% no pueden intentar imponer nuevas condiciones al resto. Eso en democracia no es asumible” y solicita a las patronales que “se sienten de una vez a firmar” ya que “la voluntad inequívoca del 85’2% de las empresas debería obligar moralmente a las asociaciones empresariales a firmar el convenio provincial”.
Dejando a un lado los acuerdos y las firmas de convenio, Zubeldia reconoce que en esta batalla “los grandes paganos son los ancianos y sus familias. Su papel en todo este conflicto es durísimo”, y aunque se estén cumpliendo “a rajatabla” los servicios mínimos impuestos por el Gobierno vasco “también es cierto que todo aquello que no esté incluido en estos mínimos no se está haciendo”, por lo que “existe un gran desgaste pero es inevitable”.
