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“La empresa de Laminaciones Arregui es prepotente y le sobra el dinero”

Concentración de trabajadores de Laminaciones Arregui en Vitoria.

Paloma Bravo Pérez

Dos años después de que comenzara el devenir de los trabajadores despedidos por Laminaciones Arregui, la lucha continúa. El 8 de mayo de 2012, con 94% de votos a favor, los empleados decidieron iniciar una huelga indefinida para reivindicar sus derechos laborales, ya que la empresa “quería aumentar 114 horas la jornada laboral y disminuir los salarios un 30%”, según afirma Nando Anguiano, presidente del comité de Celsa Atlantic, antiguo Laminaciones Arregui. Además, según se refleja en el libro 'Laminaciones Arregui, Rebelión en Laranja' de Unai Oñederra “no hay nada como meter miedo en el cuerpo de la gente, 91 trabajadores debían abandonar la empresa”. Al día siguiente, la empresa hizo un ERE y “decidió cerrar las plantas y extinguir la totalidad de la plantilla”, un total de 358 asalariados. La presión continuó y el 25, 26 y 27 de junio echaron a esos 91 trabajadores, en agosto a cuatro miembros del comité y hasta septiembre quedaron despedidos un total de 178 trabajadores. El Tribunal Supremo de Justicia del País Vasco (TSJPV), declaró nulo el ERE, pero no se pudo readmitir a los trabajadores “porque la reforma laboral estaba en trámite y no reflejaba como readmisión inmediata”, según afirma el presidente. Al mismo tiempo, “el Tribunal Supremo se inventó una sentencia en la que daba por válidos 91 despidos de los 178 que ya estaban despedidos”, pero el propio Tribunal anuló su sentencia. “No es aplicable, no tenía sentido porque esos 91 ya estaban despedidos”, reafirma Anguiano.

El portavoz denuncia que “la empresa tiene dinero para comprar materia prima a precio de oro, pero en cambio acotan continuamente los salarios y de forma agresiva”. Por ello hacen un llamamiento a la dirección para que abandone el nuevo proceso de despido colectivo que ha iniciado y que solucione los problemas que arrastran. Ahora la empresa quiere echar a 71 operarios de las plantas de Vitoria y Urbina y a 56 de Galicia, según revela el presidente del comité.

Los salarios eran de un 6% de todo el gasto de la empresa hace dos años cuando los problemas comenzaron y ahora equivalen a un 2%-3%. “Laminaciones Arregui está intentando que abandonemos la lucha, algo tendrán que perder, pero a estas alturas del conflicto no nos planteamos abandonar. Queremos la readmisión y volver a empezar de cero”, comenta desesperado Felipe Torres, dos años después de ser despedido de Laminaciones Arregui.

Ahora están a la espera de que el 16 de julio se decida sobre 174 trabajadores de los 178 que fueron despedidos. La situación de los cuatro miembros del comité se juzga a parte: Nando Anguiano y David García actualmente están cobrando sin trabajar, “por decisión de la empresa”. Unai Durán se encuentra en otra situación alejado del proceso y Raúl Blázquez “es el que en peor situación está” según Anguiano ya que “ni siquiera tiene fecha de juicio”.

“Que acabe ya esta agonía”

Tanto psicológicamente como personalmente, este tiempo de conflicto afecta a los trabajadores y a sus familias. Así lo confirma Felipe Torres, que dice darle “muchas vueltas a la cabeza” y que “hay ratos muy malos”. Desde junio de 2012 los afectados y afectadas han visto cómo se ha ido consumiendo su prestación por desempleo “hasta quedar agotada”.

“Hay gente con tratamiento psicológico, o incluso han reproducido enfermedades. Esto no gusta a nadie, pero queremos mantener nuestros derechos. No somos una fábrica de Donuts, hemos sido número uno en el País Vasco en accidentes laborales”, puntualiza Nando Anguiano. De esta manera, los trabajadores no están dispuestos a cesar en sus reivindicaciones: “tenemos que seguir luchando y que acabe ya esta agonía”, sostiene Felipe Torres. El presidente del comité cree que la empresa es “prepotente y le sobra dinero. Han mantenido la fábrica parada de producción y 150 salarios sin producir nada. Intentan aplicar la reforma laboral y reajustar la plantilla sin limitaciones para aumentar beneficios”, concluye.

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