Dice Robe que nos vayamos todos a tomar por culo
Como llego tarde al homenaje, ya está todo dicho y escrito: Robe el más grande, Robe el mejor músico de la historia reciente, Robe el poeta, Robe el filósofo, Robe el artista total, Robe el humanista, Robe el creador de himnos generacionales, Robe el autor del mejor disco del rock español, Robe el rebelde, Robe el antisistema, Robe el maldito, Robe el marginal, Robe el rey de Extremadura, Robe el psicólogo, Robe el hombre que pone de acuerdo a todos los candidatos de la campaña extremeña, Robe el que suena en un mitin del PSOE, Robe que dejó una “huella imborrable” a Feijóo, Robe en la playlist del presidente del gobierno, Robe citado en la tribuna del Congreso, Robe nombrado Hijo Predilecto de su ciudad, Robe que dará nombre a un palacio de congresos y tendrá una calle, Robe portada en telediarios y programas de radio que nunca le habían dedicado un minuto en vida, Robe sonando en retransmisiones deportivas, Robe citado por Ana Rosa Quintana (y citado mal), Robe homenajeado en “El hormiguero” al que nunca quiso ir, Robe que no era ni de izquierda ni de derecha, Robe que según un columnista es en realidad de derecha o más allá, Robe el más admirado por cantantes que solo saben tararear Si te vas, Robe en miles de fotos, vídeos y stories de Instagram y tuits de X, Robe en decenas de columnas tituladas ingeniosamente con un verso suyo, Robe que yo lo escuchaba cuando nadie lo conocía, Robe que molaba más en las maquetas, Robe que yo estuve en el primer concierto de Extremoduro, Robe que mi disco favorito es Pedrá y vosotros no lo habéis oído, Robe con el que tengo una anécdota buenísima, Robe mis litronas, Robe mis amigos, Robe aquella novia, Robe mi juventud, Robe yo, Robe yo, Robe yo.
A todos los anteriores, añado: Robe el que la otra mañana hizo llorar a mi hija (21 años) como muy pocas veces la he visto llorar. Robe que va a conseguir que nos reunamos los amigos de entonces que ya no nos veíamos. Robe el que me hizo bailar el Mayéutica entero hace dos noches, en la mejor compañía posible. Robe al que debo tres de las mejores horas de mi vida. Robe yo, Robe yo, Robe yo, que sí, yo también.
A todos los que hoy lo celebramos, a los del primer párrafo y a los que lo lloran en la intimidad, a los fans de primera hora y a los recién llegados, a los incondicionales y a los que ahora se suben al carro, a los sinceramente dolidos por su pérdida y a los que lo quieren institucionalizar, a quienes reivindican al Robe transgresor y a quienes intentan convertirlo en un peluche, a quienes escuchamos en bucle sus discos y a quienes exageran el elogio, a quienes se apropian de él y a quienes protestamos por la apropiación, a quienes hablan de oídas y a quienes presumimos de autenticidad, a quienes solo pueden hablar de Robe hablando de sí mismos porque es parte de su vida y a quienes solo hablan de Robe para poder hablar otra vez de sí mismos, a quienes lo asociamos al desconcierto vital de cuando éramos jóvenes y a quienes hemos navegado mejor el desconcierto de la madurez con sus últimos discos, a quienes escribimos un articulito cuando ya está todo dicho y escrito, a quienes no sabemos cómo darle las gracias por tanto, tanto. A todos, y a ti también, Robe nos mandaría a tomar por culo, una vez más. Y si no, no sería Robe.
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