El fin de la recesión no implica la recuperación social
Salimos de la recesión pero no de la crisis. Esta frase de Mariano Rajoy bien podría resumir el momento en el que se encuentra nuestra economía y nuestra sociedad. Más allá de lo acertado de los pronósticos, el endeble crecimiento económico para el tercer trimestre del año, basado fundamentalmente en la leve mejora de nuestra demanda externa, augura un período de muy débil crecimiento económico que tardará años en generar empleo y que arrastrará consigo numerosos problemas sociales, y, entre ellos, la persistencia de unas tasas de pobreza y exclusión social inaceptables.
Desde el inicio de la crisis, la pobreza en España se ha incrementado hasta alcanzar, según el indicador “riesgo de pobreza y exclusión social” de Eurostat, un 26,8% del conjunto de la población. El indicador de EUROSTAT combina una serie de factores sociales, entre los que el principal determinante es el de aquellas personas que viven con menos del 60% de la mediana de los ingresos netos anuales.
Una sociedad con esta tasa de riesgo de pobreza y exclusión social es una sociedad fragmentada, donde la cohesión se ve amenazada por la persistencia de bolsas de pobreza y exclusión generadoras de un sufrimieentoto inaceeptable para una sociedad democrática.
Aún recuperando la senda de crecimiento económico, ¿es éste condición suficiente para reducir esos niveles de pobreza? La teoría económica sugiere que existe una relación entre crecimiento económico y reducción de la pobreza a muy largo plazo, pero a corto plazo esta relación es menos directa. Si tomamos en cuenta las tasas de variación del PIB y de la tasa de pobreza monetaria (porcentaje de personas que viven con menos del 60% de los ingresos medianos anuales), podemos extraer varias conclusiones.
La primera de ellas es que salvo en un año, las reducciones de la tasa de pobreza han venido asociadas a niveles de crecimiento económico significativo. Sin embargo, el crecimiento económico ha sido condición necesaria pero no suficiente. En ocho casos, el crecimiento económico estuvo asociado a la reducción de la tasa de pobreza. En otros seis casos, el crecimiento económico estuvo asociado a crecimientos de la tasa de pobreza. En los dos años de crecimiento económico negativo (2009 y 2011), en uno la tasa de pobreza se redujo ligeramente y en otro aumentó más de un 5%. La relación estadística es muy poco significativa en términos lineales.