Opinión y blogs

Sobre este blog

Las guerras de los otros: ¿cómo nos afectan políticamente?

0

El conflicto árabe-israelí ha acaparado la atención de los medios de comunicación a nivel mundial desde hace tres semanas, tras la incursión de Hamas en territorio israelí, que resultó en ataques violentos sin precedentes contra civiles y militares, además del secuestro de más de doscientos civiles. Este ataque desencadenó una respuesta contundente por parte del gobierno israelí en la Franja de Gaza, generando una crisis humanitaria de gran magnitud que continúa empeorando hasta la fecha. Partidos políticos y ciudadanos se han pronunciado sobre el conflicto, y aún en países sin fronteras directas con Israel, ha habido debates intensos, posicionamientos y consecuencias.

Una de las preguntas que surgen a raíz de este conflicto es el cómo nos afecta el estallido de estas guerras lejanas. Algo que también nos pudimos preguntar cuando Rusia invadió Ucrania a principios de 2022. Sabemos desde hace décadas que cuando un país se involucra en un conflicto internacional, la popularidad de los líderes políticos aumenta en ese país. Es lo que se conoce como el efecto “rally ‘round the flag”, traducido a veces como “efecto bandera.” La idea es que, ante una amenaza, los ciudadanos se agrupan en torno al líder político del que dependen, aumentando el patriotismo y la confianza en el gobierno, incluso aunque las políticas que se lleven a cabo no sean populares. De hecho, también hay estudios sobre un efecto similar que pudo tener lugar durante la crisis del coronavirus.

Pero, ¿qué ocurre cuando estalla una guerra lejana, donde el país propio no se involucra ni hay una relación cercana con los países en conflicto? En estos casos, la amenaza no es tan inmediata o directa, y no se dan muchas de las dinámicas que sí ocurren en un país en conflicto, como la movilización de parte de la sociedad o la militarización.

Hay razones para pensar que, aun así, sí puede haber un efecto de estas “guerras de otros”. Aunque no haya un riesgo tan inmediato, un conflicto internacional puede aumentar el sentimiento de inseguridad, ya que recuerda que este tipo de conflictos pueden ocurrir. Además, la guerra podría extenderse a otras regiones o países, ya sea directa o indirectamente. Por ejemplo, un determinado conflicto puede aumentar el riesgo de que se utilicen armas nucleares (tanto Rusia como Israel tienen arsenal nuclear), afectando a terceros países, pero también puede desencadenar una crisis económica mundial, con consecuencias incluso para países en la otra punta del mundo. ¿Qué efecto tienen, entonces, estas “guerras de otros” en las actitudes políticas en otros países?

En un artículo reciente publicado en The Journal of Politics, intentamos responder esta pregunta. Analizamos la reacción del público español ante la invasión rusa de Ucrania en 2022, un evento con repercusiones a lo largo de Europa. A pesar de la distancia geográfica, la invasión planteó temores significativos sobre la seguridad económica y física de los ciudadanos en España. Incluso, el presidente Pedro Sánchez anunció un aumento del gasto militar pocas semanas después del inicio del conflicto, con el fin de fortalecer la seguridad de los países de la OTAN.

Durante el período de la invasión rusa en Ucrania, estábamos realizando una encuesta representativa en España, lo que nos permitió comparar las actitudes previas y posteriores al conflicto. Este análisis revela que la invasión rusa tuvo un impacto notable en el sentimiento nacionalista (español) entre los encuestados, tanto en individuos de izquierda como de derecha. Sin embargo, este aumento en el nacionalismo de estado no se produjo a expensas de identificaciones regionales o nacionalistas subestatales. No vemos, además, que aumentara el nacionalismo español entre aquellos catalanes o vascos que votan a partidos nacionalistas periféricos.

Nuestros hallazgos también indican un cierto incremento en el compromiso cívico, especialmente en relación con la intención de voto, después de la invasión. Al mismo tiempo, no hubo cambios significativos en la percepción del liderazgo político (por ejemplo, no mejoró ni empeoró la confianza en el gobierno). 

Curiosamente, observamos que después del conflicto, los encuestados mostraron una disminución en la confianza hacia las Fuerzas Armadas españolas, lo que sugiere una mayor percepción de amenaza y preocupación por la preparación del ejército español frente a una hipotética escalada militar. El hecho de que los encuestados también apoyaran un aumento de impuestos se alinea con esta idea, ya que contribuir al fisco puede considerase como un medio para fortalecer al Estado.

Nuestro estudio destaca que las guerras lejanas pueden tener efectos significativos en las actitudes internas de los ciudadanos de países no directamente implicados en el conflicto. Estos efectos probablemente estén vinculados a la percepción de amenaza y la sensación de inseguridad, lo que parece fortalecer el nacionalismo de estado. Nuestros hallazgos subrayan la compleja interacción entre los conflictos globales y la política interna, resaltando la importancia de comprender estas dinámicas en un mundo cada vez más interconectado.

El conflicto árabe-israelí ha acaparado la atención de los medios de comunicación a nivel mundial desde hace tres semanas, tras la incursión de Hamas en territorio israelí, que resultó en ataques violentos sin precedentes contra civiles y militares, además del secuestro de más de doscientos civiles. Este ataque desencadenó una respuesta contundente por parte del gobierno israelí en la Franja de Gaza, generando una crisis humanitaria de gran magnitud que continúa empeorando hasta la fecha. Partidos políticos y ciudadanos se han pronunciado sobre el conflicto, y aún en países sin fronteras directas con Israel, ha habido debates intensos, posicionamientos y consecuencias.

Una de las preguntas que surgen a raíz de este conflicto es el cómo nos afecta el estallido de estas guerras lejanas. Algo que también nos pudimos preguntar cuando Rusia invadió Ucrania a principios de 2022. Sabemos desde hace décadas que cuando un país se involucra en un conflicto internacional, la popularidad de los líderes políticos aumenta en ese país. Es lo que se conoce como el efecto “rally ‘round the flag”, traducido a veces como “efecto bandera.” La idea es que, ante una amenaza, los ciudadanos se agrupan en torno al líder político del que dependen, aumentando el patriotismo y la confianza en el gobierno, incluso aunque las políticas que se lleven a cabo no sean populares. De hecho, también hay estudios sobre un efecto similar que pudo tener lugar durante la crisis del coronavirus.