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La triple sangría de Ciudadanos: desplome en las encuestas, bajas de afiliados y dimisiones de cargos públicos

Albert Rivera, en el Congreso. Foto: Juan Barandica

Carmen Moraga

Ciudadanos pasa por uno de sus peores momentos. Los giros de estrategia dados por Albert Rivera han logrado desconcertar a la militancia mientras todas las encuestas siguen apuntando que obtendrán malos resultados en las generales del 10N. A todo ello se junta la desbandada de cargos que está sufriendo el partido, con numerosos ceses y dimisiones en cadena desde que dejaran el partido caras tan representativas como Toni Roldán o Javier Nart. Las bajas de militantes están preocupando también a la dirección. Según datos de la Cadena Ser, el partido ha perdido en el último año el 4,5% de su militancia, no solo por renuncias voluntarias sino también por impago de las cuotas.

Ante ese desolador panorama, la dirección de Cs trata de animar a los dirigentes de las agrupaciones autonómicas, provinciales y locales para que movilicen como sea a la militancia ante el temor de que no responda a las llamadas de los comités electorales. En un comunicado interno difundido por miembros del comité electoral autonómico de Madrid, al que ha tenido acceso eldiario.es, se avisa de que “de aquí al 10 de noviembre estamos en alerta todos para la acción”, pidiendo “por favor” que “todos los planes estén dirigidos a la campaña”.

“Estamos en un momento tan crucial para España como para nuestro partido y no podemos distraernos, dispersarnos o caer en el desánimo. Tenemos que poner toda nuestra energía en convencer y vencer todo tipo de resistencias, actitudes y pensamientos negativos. Tenemos que entusiasmar a quien nos escucha y engancharle en nuestro proyecto”, señalan los responsables de este comité madrileño en el comunicado interno.

Estos llamamientos están siendo enviados también a concejales y miembros de las juntas directivas de las agrupaciones. Les recuerdan la obligación que tienen de acudir a todos los actos, especialmente a los de Rivera, para demostrar “la fuerza” del partido, y les piden que procuren la afluencia de la afiliación.

Muchos de los militantes lamentan, sin embargo, la escasa participación que tienen en la vida diaria del partido y que solo se acuerden de ellos cuando hay campañas. En Madrid, además, denuncian que los “amigos de César Zafra han dominado todas y cada una de las zonas y agrupaciones”. “Los cargos públicos son puestos a dedo y las juntas directivas, elegidas siempre con el apoyo del aparato, salvo escasas excepciones”, denuncian algunos militantes que prefieren permanecer en el anonimato.

País Vasco: cesado por intentar una alianza con el PP

Lo cierto es que el chorreo de bajas y dimisiones no cesa. A finales de septiembre el partido sufrió uno de sus golpes más duros en el País Vasco, en donde la dirección nacional se ha negado a concurrir a las elecciones generales con los de Casado en la coalición Euskadi Suma. El partido destituyó fulminantemente de su cargo de secretario de Organización de Euskadi a Javier Gómez Calvo, acusándole de haber mantenido contactos con el PP vasco para cerrar sin consentimiento de Madrid esa colaboración electoral. A eso añadieron luego una supuesta operación de Gómez Calvo para reclutar afiliados de Cs para irse al PP. La versión fue negada tajantemente por el exdirigente vasco en declaraciones a eldiario.es.

Poco después, los tres miembros de la Junta Directiva de Ciudadanos en Vitoria que permanecían en el partido anunciaron su dimisión en bloque. Entre ellos figuraban Miguel Leal, el que fuera cabeza de lista al Congreso en las elecciones de abril, e Iñaki Sánchez, el candidato al Ayuntamiento de Vitoria el 26M. Ambos se marcharon solidarizándose con Javier Gómez y acusando al partido de haber sido “desleal a años de esfuerzo y dedicación”. Los exdirigentes vascos de Ciudadanos se marcharon reprochando a Rivera que visitara Euskadi “para lo que viene”, en alusión a la búsqueda de titulares, y afirmando que “el partido está capitaneado por personas que han perdido el rumbo”.

Castilla y León: un incesante goteo de dimisiones

En Castilla y León la situación es también alarmante. La polémica que se creó con el fichaje de Silvia Clemente ha terminado provocando una grave fractura interna que no para desde entonces de crecer. Ni siquiera después de reconocerse la victoria del exdiputado Francisco Igea frente a la exconsejera del PP ha calmado las aguas, que siguen bajando revueltas.

A principios de abril, antes de las anteriores generales del 28A, la concejala de Ciudadanos en San Andrés del Rabanedo (León), Olga Pérez Mieres, ya anunció su dimisión por el “acoso y derribo” que aseguraba estar sufriendo. La edil solicitó la baja en el partido junto a algunos compañeros más.

Pérez se marchó lamentando que la regeneración que proclamaba la cúpula “no es posible si no se cuenta con unos principios de ética y de conducta dentro del propio partido”. Su versión es que desde el momento en que dio a conocer al Comité de Garantías y Valores “las presuntas irregularidades cometidas por la Secretaría de Organización para cubrir la vacante de coordinador de la Junta Directiva de la Agrupación de San Andrés del Rabanedo”, empezó a sufrir “acoso y derribo”, siendo presionada “con un mobbing continuo” por parte del portavoz del Grupo Municipal. El partido achacó sus denuncias al mero hecho de que había sido excluida de las listas electorales.

En Valladolid, los candidatos números 2 y 3 de Ciudadanos al Senado por esta provincia, Jesús San José Sancho y Pablo Pombo, anunciaban el pasado 3 de octubre su renuncia a mantenerse en las listas para las próximas elecciones generales del 10N. Ambos, además, se daban de baja en el partido por “la deriva” de la formación que lidera Rivera tanto a nivel nacional como en esa comunidad y en la provincia.

En Salamanca, la agrupación local de la ciudad ha terminado disuelta debido a las recientes dimisiones de varios miembros de su junta directiva, entre ellas el coordinador Rafael López Borrego, así como los responsables de Ciudadanía y de Relaciones con Asociaciones. Se da la paradoja de que en el Ayuntamiento de Salamanca Ciudadanos forma parte del equipo de gobierno local con el PP.

El cisma interno se notó en el acto que se convocó la semana pasada –'De cañas con Albert'– al que apenas acudieron medio centenar de afiliados a arropar al líder. Ese mismo día, un grupo de militantes envió un comunicado a los medios de comunicación de Salamanca titulado “Albert Rivera de cañas mientras su partido se hunde en Salamanca”, en donde el goteo de bajas, según denunciaron, es “constante”. “Estas dimisiones y bajas muestran la disconformidad con los permanentes cambios de rumbo e ideología del partido y la poca idoneidad de los cargos públicos elegidos en Salamanca, así como el descontento con los asesores municipales colocados a dedo por puro enchufismo sin tener la más mínima valía, ni capacidad, ni experiencia, ni trayectoria profesional”, afirmaban en el mismo comunicado.

La última deserción en esta autonomía ha tenido lugar en Soria, donde el concejal del Ayuntamiento, Jesús de Lózar, acaba de dejar su acta. En declaraciones a eldiario.es De Lózar, que era el afiliado más antiguo de Ciudadanos en Castilla y León, señaló que se iba porque “el partido no ha sido capaz de resolver los problemas de los ciudadanos, sino todo lo contrario. Nos hemos transformado en lo contrario de lo que queríamos”.

Andalucía: abandonos en Huelva y antes en Cádiz

En Andalucía también ha habido bajas. A mediados de este mes, la Junta Directiva de la Agrupación de Ciudadanos en La Palma del Condado (Huelva) dimitió en bloque afirmando que la formación “no representa sus valores”. Ante esto, el partido solicitó a los dos concejales del grupo municipal su acta, pero desde la agrupación local indicaron que los ediles pasaban a ser 'no adscritos'.

Los ediles abandonaron el partido denunciando que se habían sentido “desamparados e incluso ninguneados por el partido al que pertenecíamos, pero aun así, incluso solos y sorteando múltiples obstáculos, hemos continuado defendiendo cada día los intereses de nuestros vecinos”. “Ciudadanos no ha dejado de cambiar de rumbo, poco queda del ideario que nos ilusionó, de aquellos valores que compartíamos y de los que queríamos hacer partícipes a nuestros vecinos”. sentenciaron.

En otras agrupaciones andaluzas la crisis había empezado mucho antes de las municipales. En marzo, el Ayuntamiento de Cádiz se quedó sin representación de Ciudadanos tras la dimisión de sus dos ediles: Juan Manuel Pérez Dorao y María Fernández-Trujillo. Ambos decidieron abandonar el grupo municipal al conocer que el partido los había excluido de la candidatura después de toda la legislatura “trabajando duro”. “La dirección del partido se ha cachondeado de la ciudad de Cádiz. El único objetivo es colocar a Albert Rivera en la Moncloa y despreciar el municipalismo”, lamentó Pérez Dorao, que junto a Fernández Trujillo se marchó al grupo de 'no adscritos'.

Poco después de esas fechas también estalló un caso muy parecido en Catalunya, concretamente en el Ayuntamiento de Reus (Tarragona), donde el partido se quedó sin los cuatro concejales que tenía. Dos de ellos fueron expulsados; el portavoz, Juan Carlos Sánchez, y Guillermo Figueras, mientras los otros dos, Pepa Labrador y Damián Morales, decidieron darse de baja del partido, cuando se les había abierto un expediente disciplinario y habían sido suspendidos de militancia.

Según explicaron, las discrepancias con el partido comenzaron a raíz de que denunciaran a un alto cargo de la formación por una supuesta irregularidad ante la Fiscalía. Sánchez había sido confirmado en febrero como candidato a la alcaldía de Ciudadanos de cara a los comicios de mayo, pero finalmente fue apartado de la candidatura y posteriormente, expulsado.

Galicia: una crisis que no parece tener fin

Otra de las autonomías donde Ciudadanos sufre una crisis que parece no tener fin es Galicia. En Vigo acaba de dimitir más de la mitad de la Junta Directiva del partido. Entre ellos, el coordinador desde 2015, Gregorio García. “El declive de la esencia moral de la marca en Galicia está provocando la huida de militantes y de talento. Me voy porque la situación es insostenible. Ciudadanos Galicia se ha convertido en un instrumento para colocar y enchufar a amigos”, ha declarado a El Faro de Vigo. Junto a García se han ido también los responsables de relación con los afiliados, el secretario y el responsable de política municipal.

Unos días antes también el mismo diario informaba de que la Junta de Bueu (Pontevedra) había presentado su renuncia en desacuerdo con la dirección nacional, lamentando que la formación haya perdido su condición de fuerza “bisagra” y que haya dificultado la gobernabilidad del país. Los que se han ido incluso barajan crear otro partido.

Además, el pasado mes de julio dejaban sus cargos la portavoz autonómica, Olga Louzao, y la responsable de Programas, Mari Ángeles Fernández-Ramil, cuyo cargo dependía de Toni Roldán, quien poco antes ya había abandonado a Rivera –al igual que después hicieron varios dirigentes de Cs– por su decisión de vetar al PSOE y de pactar con el PP y el apoyo de Vox. Ahora estos críticos han visto con asombro cómo el líder del partido decidía levantar in extremis ese veto a Sánchez, pero consideraron que llegaba “demasiado tarde”, como así se ha demostrado.

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