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Ciudadanos apuntala el poder territorial del PP en Murcia, Madrid y Castilla y León a cambio de cesiones mínimas

La Ejecutiva de Ciudadanos, presidida por Albert Rivera

Carmen Moraga / Iñigo Aduriz

Ciudadanos se presentó a las últimas elecciones generales del 28A y a las municipales, autonómicas y europeas del 26M como garantía de “cambio” y “alternativa real” frente al bipartidismo de PP y PSOE. En el momento de pactar, sin embargo, el partido de Albert Rivera está optando por aparcar esas promesas de cambio y regeneración tratando de apuntalar al Partido Popular allí donde lleva décadas gobernando, prestándole su apoyo para conformar parlamentos autonómicos, ayuntamientos o Ejecutivos de coalición a pesar de la lucha encarnizada por el voto de derechas que han mantenido en los últimos meses.

Tras pactar con los populares para conformar un gobierno de coalición en Andalucía, a principios de año, ahora Ciudadanos trabaja para reeditar acuerdos similares en los gobiernos autonómicos de la Comunidad de Madrid –que gestiona un presupuesto de más de 20.000 millones de euros–, Murcia –4.600 millones de euros– o Castilla y León –10.800 millones–, así como en varios ayuntamientos como el de la propia capital.

Después del 26M, la dirección de Ciudadanos ya dijo que el PP sería su “socio preferente” en las negociaciones para formar gobiernos, relegando al PSOE a la categoría de aliado “excepcional” en aquellos lugares donde ambos partidos también podrían sumar para alcanzar un acuerdo 'por la izquierda'. El PP es el partido al que pretendían superar en votos y escaños durante todo el ciclo electoral pero, al no conseguirlo, los de Rivera han decidido fortalecerlo dándole más poder.

El equipo negociador del partido de Rivera, liderado por el secretario general de la formación, José Manuel Villegas, ha desplegado una frenética actividad para cerrar pactos allí donde Ciudadanos tiene la llave de la gobernabilidad para las derechas.

Los de Rivera, sin embargo, apenas están logrando contrapartidas por apuntalar al PP para que continúe gobernando en los pocos feudos históricos que les quedan, como la Comunidad de Madrid, Murcia y Castilla León, en donde el partido de Rivera tiene prácticamente encarrilados sendos acuerdos con los de Casado.

Esos logros se circunscriben a la limitación de mandatos, el fin de los aforamientos o un compromiso con la unidad de España. En las tres comunidades Ciudadanos ha conseguido la presidencia de los parlamentos regionales y, en el caso de Castilla y León, los de Rivera han conseguido poder local, ya que el PP les va a ceder varias alcaldías –Burgos y Palencia–, así como la presidencia de la Diputación de Burgos y probablemente también la de Segovia. Paradójicamente, la supresión de las diputaciones ha sido una petición histórica de Ciudadanos. 

Se dificulta el camino en Madrid

En la Comunidad de Madrid el principal escollo es Vox y sus exigencias de participar en el Gobierno “con consejerías” y no solo en segundos niveles, como les ofrece el PP para evitar roces con Ciudadanos. Esta posible solución ha dividido también a la propia formación de Rivera, si bien la dirección nacional la ve como una salida airosa siempre y cuando esas cesiones se lleven a cabo en organismos o 'entes' que dependan de las consejerías que ostenten los populares.

Fuentes de la dirección nacional de Ciudadanos admitieron a esta redacción que el partido no puede impedir que el PP tome esa decisión porque cada formación, una vez asuma sus carteras, es responsable de nombrar a sus equipos. “De los acuerdos de los demás partidos, que respondan ellos. Nosotros respondemos por los nuestros”, afirman.

Aguado, en cambio, ha rechazado tajantemente la idea porque “implica cambalaches”.“No queremos tripartitos ni fórmulas extrañas en la comunidad”, sentenció este miércoles, cerrando la puerta a cualquier modalidad de incorporación al acuerdo al partido de extrema derecha.

En el Ayuntamiento de Madrid las negociaciones se han complicado, no solo por las exigencias que sigue planteando la extrema derecha, sino por la decisión del PP de no ceder a la reciente oferta de Ciudadanos de que Begoña Villacís y José Luis Martínez Almeida, los candidatos de ambos partidos, se alternen en la alcaldía, dos años cada uno. El PP se ha negado en rotundo. El secretario general del grupo naranja en el Congreso, Miguel Gutiérrez, definía luego la oferta como una “solución de compromiso”.

Gutiérrez puso de relieve que su partido está siendo “muy generoso” en la negociación mientras tildaba de “obsesión” que Martínez Almeida quiera “sentarse cuatro años” en la Alcaldía. “Puede echar por tierra en estos momentos un programa de gobierno ya negociado”, advirtió. Este sábado se constituye el Ayuntamiento por lo que habrá que esperar a ver qué pasa.

Alcaldías a cambio de Castilla y León

En Castilla y León, el candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, inició un amago de pacto con el socialista Luis Tudanca ante la resistencia del PP a firmar una serie de medidas de regeneración impuestas por su partido, entre ellas, la limitación de mandatos a ocho años con el compromiso de apartar a todos los dirigentes que llevaran ese tiempo en un cargo.

La negociación con los socialistas se torció tras las primeras reuniones con el PP tras las que José María Espejo-Saavedra, miembro del equipo negociador de Ciudadanos, acusó a Tudanca de ser “un acérrimo sanchista”, lo que dificultaba, según él, el entendimiento con el proyecto de su partido.

Al final, la dirección nacional de Ciudadanos, que es la que está marcando las directrices de los pactos, ha inclinado la balanza hacia el dirigente del PP, Alfonso Fernández Mañueco que, salvo sorpresas de última hora, será presidente de la Junta. A cambio, los de Casado ceden al partido de Rivera las alcaldías de Burgos y Palencia haciendo renunciar a sus candidatos, Alfonso Polanco y Javier Lacalle, y posiblemente la de Salamanca, aunque en las dos primeras necesitan el apoyo de Vox.

Duras condiciones de Vox en Murcia

En Murcia, donde el PP lleva gobernando más de dos décadas, los prolegómenos del pacto, al igual que en Madrid y en Castilla y León, fue el acuerdo a tres entre PP, Ciudadanos y Vox para la Mesa del Parlamento regional que estará presidido por el diputado de Ciudadanos, Alberto Castillo. El PP ostentará una vicepresidencia, Vox una secretaría y Podemos se queda fuera.

En esta comunidad los socialistas sumaron 17 escaños que, con los seis de Ciudadanos, podrían haber alcanzado la mayoría absoluta establecida en 23. Pero el partido de Rivera ha optado aquí también por un acuerdo con el PP, que logró 16 diputados. Para que siga gobernando Fernando López Miras necesitarán no obstante el apoyo o la abstención de los cuatro parlamentarios que sacó allí Vox. Y la formación de extrema derecha ha puesto una duras condiciones.

En el documento entregado a los grupos, Vox comienza exigiendo “la obligatoriedad del consentimiento expreso” de los padres, para garantizar que sus hijos “reciban la formación moral de acuerdo con sus propias convicciones”. También pide que el nuevo Gobierno promueva políticas “pro-familia, pro-natalidad y medidas de conciliación trabajo-familia para los padres”.

Junto a esto, y entre otras muchas cosas, exigen la reducción del “gasto en duplicidades” o de lo que ellos entiende por “chiringuitos ideológicos”. En Andalucía, su partido llegó a pedir nombres y apellidos de los trabajadores que evalúan los casos de violencia de género para “depurar casos ideológicos”.

La fórmula de 'rotación'

Donde Ciudadanos sí ha logrado que cuaje la formula desechada por el PP en el Ayuntamiento de Madrid ha sido en varias provincias de Castilla-La Mancha, una comunidad gobernada por Emiliano García Page, que el 26M logró la mayoría absoluta.

El partido de Rivera ha cerrado un pacto con el PSOE para repartirse el bastón de mando en las capitales de Ciudad Real y Albacete a razón de dos años para cada partido. De esta manera, Manuel Serrano, del PP, se queda sin la Alcaldía de Albacete en favor del socialista Emilio Sáez, cuyo partido fue la fuerza más votada empatando a 9 ediles con el PP, que se turnará con el cabeza de lista de Ciudadanos, Vicente Casaño, que obtuvo cinco ediles en las elecciones municipales.

En Ciudad Real la socialista Pilar Zamora fue la candidata más votada recabando 10 actas por 9 del PP de Francisco Cañizares. Ahora, la suma entre socialistas y Ciudadanos permite una mayoría que facilitará dos años de Alcaldía para Zamora y otros dos para Eva María Masías, la aspirante de Ciudadanos.

En Guadalajara, el partido de Albert Rivera apoyará un Gobierno socialista durante toda la legislatura, entrando al Gobierno a través de la figura del primer teniente de alcalde. De esta forma el socialista Alberto Rojo será el alcalde durante la próxima legislatura, arrebatando así al PP el segundo Ayuntamiento más importante de la Comunidad Autónoma, que estaba en manos de Antonio Román desde 2007.

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