Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Feijóo se alinea con la ultra Meloni y su discurso de la inmigración como problema
Israel anuncia una “nueva fase” de la guerra en Líbano y crece el temor a una escalada
Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Al Qayara vuelve a la vida acechada por la muerte

Al Qayara vuelve a la vida acechada por la muerte

EFE

Al Qayara (Irak) —

0

A pesar de que las heridas de la guerra continúan visibles en las calles de la ciudad de Al Qayara, situada en el norte de Irak, sus habitantes intentan recuperar la normalidad después de las fuerzas iraquíes lograran arrebatársela recientemente al grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Las cargas explosivas colocadas por el EI, las casas destruidas, otras minadas o postes de luz hechos añicos, además de la falta de medicamentos y comida recuerdan a los vecinos de esta ciudad estratégica, que la muerte les sigue acechando.

“Sufrimos una crisis alimentaria y sanitaria” cuenta a Efe Falih al Yaburi, que vive en el centro de la ciudad, liberada el pasado 25 de agosto, y que se queja de que no hay medicamentos en la urbe.

Cuando esta población, considerada la puerta del sur hacia la reconquista de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, todavía estaba en manos del EI, los yihadistas prohibieron a cerca de 70.000 civiles que abandonaran la ciudad, para entorpecer el avance del Ejercito iraquí.

“Los usaban como escudos humanos”, cuenta a Efe Saleh al Yaburi, el alcalde de Al Qayara.

Según Al Yaburi, las autoridades iraquíes entregaron más de 100.000 cajas de alimentos a los habitantes que se encontraban en la ciudad cuando fue liberada.

Sin embargo, muchos de sus vecinos como Falih, se quejan de que con esta ayuda solo se cubrió las necesidades del 60 % de los habitantes de la urbe.

Este habitante de Al Qayara, conocida por sus pozos petroleros, también se queja de que el humo provocado por la quema de yacimientos por parte del EI ha causado problemas respiratorios a muchos niños y ancianos de la ciudad.

Este humo negro que sigue brotando de los pozos y la falta de electricidad hunden durante las noches a la ciudad en una tenebrosa oscuridad.

Pero no tanto como la que cubrió la ciudad durante el dominio del Estado Islámico, que impuso su visión retrógrada y fanática del islam.

Tras la partida de los yihadistas, los hombres se han afeitado la barba y algunos de ellos se atreve a fumar por las calles, una práctica prohibida y penada con castigos físicos durante el dominio del “califato”.

Asimismo, las mujeres se han despojado del “burka” (velo que cubre toda la cara de las mujeres), otras de las obligaciones impuestas por el EI.

“Sentimos que hemos sobrevivido de una muerte segura” cuenta a Efe Jairi Mohamed, un joven de 29 años, que relata los “momentos difíciles” que vivieron entre la espada y la pared, soportando los bombardeos aéreos de la coalición internacional y la aviación iraquí y sin poder salir, por las trabas puestas por los yihadistas.

Pero no todos tuvieron tanta suerte, como Mohamed, que cuenta como un hermano y un primo suyos fueron ejecutados por los yihadistas por su pertenencia a las fuerzas de seguridad iraquíes.

Mohamed cuenta como tras la liberación se unió a los grupos de ciudadanos que participaron en la quema de sedes del EI.

“Despojamos la ciudad de banderas negras (en referencia a los estandartes del grupo yihadista)”, asegura Mohamed que confiesa que participó en la quema de tres edificios empleados por los extremistas.

La situación en Al Qayara se repite en las poblaciones cercanas, donde el EI también impuso su ley a hierro y fuego, como Al Yawana, situada a 8 kilómetros al noreste, y donde viven cinco mil habitantes.

Taha Jalaf, un anciano de Al Yawana, cuenta a Efe como los yihadistas ejecutaron a los responsables de la seguridad de la localidad después de ocuparla y como fueron imponiendo cada vez más restricciones a sus ciudadanos.

Los habitantes de Al Qayara y las localidades cercanas saben que esta zona será el punto de partida de la última batalla para liberar Mosul, el último bastión del EI, pero mientras, esperan respuestas a sus necesidades para poder retomar sus vidas.

Yáser Yunes

Etiquetas
stats