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El libro de Albert Rivera "Un ciudadano libre" saldrá el 15 de abril

Carmen Moraga

1 de agosto de 2020 21:43 h

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Albert Rivera no solo ha decidido pasar página de su etapa en Ciudadanos, partido que lideró durante más de trece años. Tampoco quiere saber nada de la 'era Arrimadas'. Según cuentan antiguos compañeros con los que sigue tratando, “Albert respeta mucho a Inés” y le tiene “un gran cariño”, pero se ha distanciado de ella y de su estrategia política.

Que Rivera no comparte el giro estratégico que ha emprendido Arrimadas pactando con el Gobierno de Pedro Sánchez, que él denostaba, no es ningún secreto: queda patente en su perfil de Twitter en donde ignora todo lo que hace su antecesora y su partido -en el que sigue militando- mientras se centra en criticar con dureza al Gobierno y en comentar asuntos de la actualidad política. “Es que no quiere interferir en sus decisiones”, le disculpan estos mismos compañeros que aseguran que le ven “mejor que nunca”. “Está feliz y relajado como nunca”, afirman.

Otros dirigentes consultados corroboran que desde que comenzó la pandemia las relaciones entre los dos dirigentes se han enfriado. De hecho, entre los planes de Rivera ni siquiera estaba participar en la IV Asamblea General extraordinaria de Ciudadanos que se celebró de forma telemática por la Covid-19, en la que Arrimadas fue ratificada como presidenta. Al final lo hizo por medio de un vídeo de compromiso -en el que apenas la citaba-, al comprobar el revuelo que se había levantado cuando transcendió que ni siquiera iba a despedirse de la militancia.

Desde que el 11 de noviembre dimitió de su cargo tras la debacle sufrida en las urnas, el que fue todopoderoso líder del partido durante más de trece años se ha mantenido en un discreto silencio. Su primera reaparición fue a primeros de marzo -poco antes de que estallara la pandemia- , para anunciar a bombo y platillo que había sido fichado para presidir el bufete de abogados Martínez-Echeverría, al que poco después incorporó también al que fue su brazo derecho en el partido, José Manuel Villegas.

En tan solo estos nueve meses transcurridos, la vida de Rivera ha dado todo un vuelco de 180 grados. Se dedica a su familia y a la “vida civil” como abogado . Ya no vive la presión diaria de la política y como parece que le sobra tiempo, hace dos meses decidió embarcarse en un nuevo - y para algunos “misterioso”- proyecto que él mismo ha bautizado como “Líderes en el cambio” dirigido a “emprendedores” con los que ya ha mantenido dos encuentros telemáticos vía webinar.

Para mantener el contacto con esa red de “líderes” ha habilitado un canal en Telegram en que ya tiene más de 3.300 suscriptores a los que propone temas y encuestas para “debate”. Esta semana les pregunta sobre “el rescate de la Unión Europea” y “qué opción les parece mejor”: “Que la UE ponga condiciones, tales como reformas contra el paro o el abandono escolar”; o que “solo preste dinero sin condiciones por el hecho de ser miembros”. Como el canal fue cerrado de inmediato, aún se desconoce cual es la opción preferida por sus seguidores, aunque se intuye que ganará la primera.

Rivera, eso sí, ha aprovechado el momento para anclar en Telegram la primera entrevista que concede a un medio de comunicación desde que dejó la política. A pesar de lo que le gustan las cámaras, en todo este tiempo el exdirigente de Ciudadanos ha desdeñado la larga lista de peticiones que le han llegado. Ni siquiera rompió su mutismo cuando este periódico destapó que había vivido en un lujoso apartamento durante más de dos años, que pagaba el empresario madrileño Kike Sarasola. Pero la semana pasada accedió a hablar con el Diario Sur, de Málaga, hasta donde había viajado dado que allí está la matriz del despacho de abogados Martínez-Echevarría.

En ella Rivera habla mucho de su nueva vida familiar tras el nacimiento de su segunda hija, Lucía, fruto de su relación con la cantante Malú, motivo por el que desde entonces le “persigue” la prensa rosa, algo que confiesa que “no lleva bien”.

El exlíder de Ciudadanos contesta varias preguntas sobre la situación económica y el “rescate” que en su opinión ha concedido la UE a España en el reparto de fondos comunitarios para afrontar la crisis de la pandemia, y opina sobre las reformas que a su juicio necesita nuestro país. Pero no cita ni una sola vez a Inés Arrimadas. El periodista tampoco le pregunta por ella ni por la nueva etapa del partido y el giro estratégico dado por su sucesora, lo que hace pensar que pidió evitar esos temas.

En la entrevista reflexiona además sobre su auge y caída y desvela que pudo llegar a ser vicepresidente del Gobierno, e incluso presidir el país. “Cuando uno llega muy arriba y está cerca de conseguir lo que quiere… No sé, yo pude ser uno de los vicepresidentes más jóvenes de este país y no quise, podía haber estado en gobiernos y también dije que no”. Y abunda: “Podría incluso haber sido presidente de este país y cambiarlo, algunas encuestas llegaron a decir eso. Pero no pudo ser”.

Sobre su marcha, después de dejar al partido con solo 10 diputados, asegura que “me quedo con la satisfacción de haber sido coherente, acertando y equivocándome, y marchándome también. Hay que saber decir hasta aquí hemos llegado”, mientras descarta volver. “La vida son etapas y yo la etapa en política la he cerrado para siempre. Me siento orgulloso de lo que he logrado, pero ahora empieza una vida nueva y estoy muy contento”, zanja.

Rivera también confiesa que lo que más “echa de menos es ”a las personas que he encontrado en política“, pero reconoce que ”la primera línea de fuego, la presión permanente, la toma de decisiones diarias...eso no lo echo de menos. Estoy bastante aliviado porque en la vida civil y privada tengo bastante más libertad“.

Que hable de su dimisión no es nuevo. El pasado mes de junio desveló en uno de esos encuentro virtuales que está protagonizando con emprendedores, que ese fue el momento más duro de su trayectoria política. “Me acabé marchando ante un mal resultado electoral. En 12 horas tomé una decisión vital porque para mí era importante saber salir con dignidad, a tiempo y asumiendo responsabilidades políticas”. “Si no te sale bien algo y te sientes responsable de ello, tienes que saber marcharte a tiempo. Y eso es lo que hice, dimití –ese verbo ruso que nadie sabe conjugar, ironizó,– sin un trabajo cerrado, con una mano delante y otra detrás, simplemente porque creía en unos valores y en una forma de entender las cosas”, sentenció.

El expresidente de Ciudadanos reaparecerá de nuevo públicamente a mediados de septiembre para presentar por fin -si los rebrotes de la pandemia no se lo impiden de nuevo- su libro de memorias: Un ciudadano libre (Espasa), en el que hace balance político de su trayectoria en Ciudadanos que combina con “recuerdos, experiencias vividas y no contadas, emociones y reflexiones sobre España”, según asegura la editorial en su promoción.

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