Almeida y Villacís, otra coalición que se resquebraja
Las malas relaciones entre Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado han sido en estos dos últimos años la comidilla de los mentideros políticos madrileños. Sus desavenencias hicieron correr ríos de tinta y la coalición terminó por romperse de la peor manera posible: Ayuso echó del Gobierno al líder de Ciudadanos y a todos sus consejeros y convocó elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid como respuesta a la fallida moción de censura pactada en Murcia con el PSOE –que desalojó del poder también allí a Ciudadanos–. Acusó al que había sido hasta entonces el vicepresidente de su gobierno, de estar orquestando una iniciativa similar con la izquierda en la Asamblea de Madrid para desbancarla.
Mientras Ayuso y Aguado se tiraban en público y en privado los trastos a la cabeza y evidenciaban sus discrepancias, sus homólogos en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís, exhibían su buena sintonía, casi idílica. Fotos y sonrisas, y una unidad en el día a día. Aquel adelanto electoral, que ha desembocado en que Ciudadanos se haya quedado sin representación en la Asamblea de Madrid, y la opa hostil lanzada por Génova para atraer a sus filas a dirigentes de la formación que se declara “liberal”, tensaron al máximo la cuerda con el PP.
Los recelos y la desconfianza se trasladaron a las coaliciones en Andalucía y Castilla y León pero también salpicaron de lleno al acuerdo municipal entre Almeida y Villacís, que se instalaron en la tensión y la desconfianza. La última desavenencia entre los socios de coalición se producía este martes con una desautorización pública y unas declaraciones en privado que hablan de un “antes y después” en la coalición.
La polémica se desataba tras las declaraciones de Villacís este martes en la Cadena Ser adelantando que Madrid aspirará a ser sede olímpica en 2036, un anuncio que irritó al entorno del alcalde y que hizo saltar por los aires la delicada relación entre ambos mandatarios. Poco después de que la vicealcaldesa proclamara la noticia, el gabinete de Martínez-Almeida emitía una nota de prensa urgente para desmentirla.
“No se puede anunciar una candidatura sin que el resto de grupos municipales lo sepa, sin que se haya contactado con el Gobierno de España, o sin que se haya hablado con la Comunidad de Madrid, o sin un acuerdo con el Comité Olímpico Español”, zanjó Almeida durante su visita al Zoo de Madrid al día siguiente. Villacís, lejos de achantarse, se ratificó en el anuncio: “No me equivoqué”, respondió a los periodistas, mientras recordaba al alcalde que su grupo es el responsable de la Consejería de Deporte que dirige Sofía Miranda. Además, fuentes de Ciudadanos dejaban caer que esa aspiración fue incluida en el acuerdo de Gobierno municipal firmado entre los dos partidos al inicio de la legislatura.
Horas más tarde, el alcalde de Madrid recibía en el Ayuntamiento al presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, se hacía fotos con él y las difundía a los periodistas con un comunicado en el que ratificaban que la 'primicia' que había dado Villacís era cierta, enmarcando ese encuentro -que no había sido incluido en su agenda de ese día- “en el marco del trabajo” que ambos llevaban realizando “desde hace meses para convertir algún día a Madrid en sede olímpica”.
Según reconocía Villacís en un acto municipal al que asistió ese mismo día, ni uno ni otro mediaron palabra previamente. La actitud del alcalde fue considerada por el entorno de la vicealcaldesa como “una deslealtad”, mientras los de Almeida hablaban del “excesivo afán de protagonismo de la dirigente de Ciudadanos” cuyo partido ha entrado en barrena.
Si la opa hostil lanzada por el PP contra cargos de Ciudadanos –no solo el salto de Toni Cantó para la lista electoral de Madrid de Ayuso, sino también el intento de captación de ediles de ese partido hacia el PP– ya abrió una grieta insalvable en las relaciones de los dos dirigentes municipales, los roces puestos al descubierto ahora en público suponen “un punto de inflexión” y “un antes y un después” - según Ciudadanos- en ese idílico matrimonio político entre Almeida y Villacís que ya empezaba a hacer aguas. Otra evidencia fue el enfrentamiento por la permanencia de las terrazas autorizadas a causa de la Covid.
“El PP y Almeida tratan a Ciudadanos como si fuéramos su criado, se creen que son nuestros jefes pero no entienden que somos un partido diferente y somos iguales”, asegura un dirigente del equipo de Villacís. “El alcalde gobierna con las encuestas como si nosotros ya no estuviéramos aquí y no se lo vamos a permitir”, añade.
Pese a la evidente tensión, la portavoz municipal y delegada del Área de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, intentaba rebajarla este jueves y enmarcaba ese desencuentro entre el alcalde de Madrid y la vicealcaldesa, ante la aspiración de Madrid a ser sede olímpica en 2036 en las “discrepancias puntuales” que sufre el gobierno de coalición.
“Somos dos partidos distintos y no siempre tenemos que tener las mismas posiciones en todo. El PP y Ciudadanos han expresado en otras ocasiones posiciones distintas respecto a algunas materias municipales. Pero eso no quiere decir que haya una distorsión que afecte al acuerdo de Gobierno”, aseguró la portavoz municipal en la rueda de prensa ofrecida tras la Junta de Gobierno.
“Lo que he visto hoy en la Junta de Gobierno es un ambiente positivo y cordial. Se han tratado todos los temas con normalidad absoluta”, insistía después. “Evidentemente, no siempre tenemos que estar al 100% de acuerdo en todo o en cómo expresamos las cosas, pero eso no quita para que todos estemos dirigidos hacia el objetivo común, que es que en estos dos próximos años demos el impulso definitivo a unas políticas que son buenas para la ciudad de Madrid”, apostillaba.
Sanz, no obstante, dejaba traslucir el malestar que ha causado en la alcaldía que Villacís se apresurara a dar ella la noticia. “Se está estableciendo esa búsqueda del consenso” para llevar adelante esa posible candidatura: “Madrid tiene ese sueño y los grupos compartimos ese afán de que a Madrid se le deben unos juegos”. Además, explicaba que aún no hay una fecha para poder hacer ese anuncio, que tienen que “seguir hablando con todas las partes implicadas”, no solo con el COE sino también con el Gobierno central.
La ruptura no llegará, reconocen ambas formaciones, pero admiten que el último encontronazo entre el PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid profundiza la brecha entre los socios de coalición. Las relaciones hace tiempo que no son buenas entre el matrimonio político de José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís y el desmentido profundiza en el distanciamiento con la formación de Inés Arrimadas en sus horas más bajas.
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