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Nuevas Generaciones toma el poder en el Partido Popular

El líder del PP, Pablo Casado, con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Iñigo Aduriz

El triunfo de Pablo Casado en las primarias del Partido Popular en julio de 2018 supuso un hito para Nuevas Generaciones (NNGG), la organización juvenil de los conservadores. Por primera vez, uno de los cachorros del partido, curtido en las juventudes de la organización, llegaba al puesto de mayor responsabilidad del PP. Durante el año y tres meses que lleva de mandato Casado ha colocado a otros exdirigentes de Nuevas Generaciones en algunos de los cargos de mayor responsabilidad de la formación de derechas.

Y esas lealtades forjadas en los años de trabajo gris en las sedes y por las batallas internas que también se dan en las organizaciones juveniles han tenido consecuencias para las instituciones. A la hora de elegir a su cabeza de cartel a la Comunidad de Madrid, Casado eligió a una vieja conocida, que se había mostrado leal durante las primarias y sin familia política: Isabel Díaz Ayuso, con quien coincidió en la organización juvenil en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca. Este destino resultó clave para ambos. En la sede de Moncloa-Aravaca, donde militan algunos de los cargos con más peso del aguirrismo, todavía recuerdan el afán de Casado por dirigir la revista de Nuevas Generaciones que daba acceso a entrevistar a los ministros y altos cargos del Partido Popular.

Díaz Ayuso también andaba por allí. La periodista que antes de convertirse en candidata en Madrid había sido vicesecretaria unos meses en el Gobierno regional de Cristina Cifuentes y antes había hecho de community manager para Esperanza Aguirre en incluso para su perro, Pecas, es hoy una de las caras más reconocidas del PP. Esta semana ha encendido la polémica por preguntar si después de la exhumación de Franco arderían las iglesias como en el 36, está ahora al frente del Gobierno con más poder que maneja el PP y maneja un presupuesto anual de 21.000 millones de euros. “Es una testaferro de Casado, que ha decidido gobernar en Madrid desde la sede de la calle Génova a través de ella, y por eso ha colocado ahí a Lasquetty [Javier Fernández, su consejero de Hacienda, muy cercano al líder del PP] para no perder el control”, dice un dirigente cercano al presidente popular.

A la organización de los jóvenes populares fue a buscar Casado también a su número dos en el PP. El secretario general, Teodoro García Egea, fue vicesecretario de Formación en las Nuevas Generaciones de Murcia.

De las juventudes del PP también salieron el portavoz en el Senado, Javier Maroto –perteneció a la organización en Álava–, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid y presidenta del Comité de Derechos y Garantías del PP, Andrea Levy –proveniente de las Nuevas Generaciones de Catalunya–, o el vicesecretario de Territorial, Antonio González Terol –que inició su carrera política en la organización juvenil también en Moncloa-Aravaca–.

La cantera de Nuevas Generaciones ha alcanzado un poder inédito en el PP. Siempre había servido como cantera para cargos intermedios, pero ahora una generación entera que se fogueó en la organización juvenil ha llegado a la cima. Se ha visto premiada, además, en los últimos cambios realizados por la dirección nacional del PP en la ejecutiva madrileña, dirigida por una gestora desde mayo de 2018 tras la dimisión de Cristina Cifuentes.

El equipo de Casado anunció en el Comité Ejecutivo Nacional del pasado 24 de septiembre que otra de las cachorras del partido, Ana Camíns, sería la nueva secretaria general del PP de Madrid y que Ángel Carromero, exsecretario general de la organización juvenil en la Comunidad de Madrid, ascendía a vicesecretario electoral regional, cargo al que se sumó recientemente su nombramiento como coordinador de la Alcaldía de la capital, en manos de José Luis Martínez-Almeida, con un sueldo de 90.000 euros al año.

Críticas internas a las juventudes

Especialmente polémica fue esta última designación, por el pasado de Carromero, que, en 2012, cuando era dirigente de Nuevas Generaciones, fue condenado en Cuba a cumplir cuatro años de cárcel por homicidio imprudente tras el accidente de tráfico en el que perdieron la vida Oswaldo Payá y Harold Cepero. Fue asesor del PP municipal en la pasada legislatura y hasta su nombramiento estuvo muy cerca de Pablo Casado en la campaña de las elecciones generales.

Camíns, por su parte, se ha hecho con la dirección política del PP de Madrid como secretaria general regional. El partido sigue presidido por la gestora que encabeza el expresidente del Senado Pío García Escudero, pero Camíns es la comisaria política de Génova en el territorio. Es amiga personal de Casado, y fue secretaria general de Nuevas Generaciones de Madrid cuando lo presidía el hoy líder de los populares.

La presión por tener que colocar a dirigentes salidos de Nuevas Generaciones ha provocado malestar en algunos líderes populares, que en cambio sí echaron mano de la cantera del PP. En 2013, la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella, aseguró que “suprimiría las nuevas generaciones de los partidos ”porque la gente donde tiene que estar con 16, 17 y 18 años es trabajando, estudiando o formándose“. Ella, sin embargo, se rodeó durante su mandato de decenas de asesores –hubo titulares que hablaron de 200–, muchos de ellos provenientes de la organización juvenil del partido.

También Esperanza Aguirre, paradójicamente la madrina política de Casado que también enchufó en Nuevas Generaciones a personajes como Carromero y que aupó a Díaz Ayuso dándole puestos en su Gobierno, criticó en 2013 que los miembros de Nuevas Generaciones “entran como concejales ganando 2.000 euros sin tener ninguna valía” y se acostumbran pronto a “pelotear y ser dóciles con los de arriba”.

Más recientemente, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, uno de los barones más críticos con la dirección de Casado, cargó contra la juventud de los actuales dirigentes políticos, sin hacer mención expresa a su partido, con motivo de la falta de acuerdo para formar Gobierno que ha abocado al adelanto electoral del 10N. “Si no tuviésemos políticos adolescentes podría haber un Gobierno de coalición”, sostuvo, en una entrevista en ABC.

La biografía de Casado ha estado, sin embargo, siempre ligada a su paso por la organización juvenil. Recién estrenada la mayoría absoluta de José María Aznar, en 2001, se afilió a las juventudes del PP en el distrito de Moncloa-Aravaca, agrupación de la que después fue presidente el exalcalde de Boadilla del Monte (Madrid), Antonio Rodríguez Terol. De la mano de Esperanza Aguirre, el hoy líder del PP fue elegido presidente de Nuevas Generaciones de Madrid en 2005.

Durante su mandato fue célebre la intervención que realizó ante el Congreso nacional del PP de Madrid de 2008 que reeligió a Aguirre como presidenta. Casado salió al escenario con una cartulina donde se podía ver el número 68 y le dio la vuelta para convertirlo en 89. Hizo un alegato durísimo contra la izquierda, el mayo del 68 y el comunismo que vinculó directamente con el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Las “fosas de no sé quién”

“En el 89 nos pusimos delante de un tanque en Tiananmen parando el comunismo y en el 89 tiramos con nuestras manos el muro de Berlín porque el 89 es la revolución de los jóvenes, la de la libertad, la que ha triunfado de verdad, no estamos identificados con el 68, que es el relativismo de Zapatero”, dijo. Y añadió: “Nosotros no idolatramos asesinos como el Che Guevara, idolatramos mártires como Miguel Ángel Blanco, ese sí es un héroe y no el mercenario”.

Dijo también lo de la “guerra del abuelo” y las “fosas de no sé quien” y la izquierda carca. Y aseguró que los jóvenes españoles son del PP “aunque probablemente no lo sepan”. El auditorio recibió la diatriba con una atronadora ovación. Y una parte de las juventudes de Nuevas Generaciones asumió que había nacido un líder. Después se convirtió en ahijado político del expresidente Aznar, del que fue jefe de Gabinete en FAES.

Ya como presidente del PP, es el propio Casado el encargado de apadrinar y lanzar las carreras políticas de otros cachorros de Nuevas Generaciones, organización que ahora preside el vigués Diego Gago. Esa hornada de militantes populares nacidos entre los finales de los 70 y los años 80 ha tomado el poder en el partido.

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