El Congreso gastó 300.000 euros en cancelar y cambiar viajes de los diputados en el tercer trimestre
Sus señorías siguen realizando sus habituales viajes por España con motivo de su actividad una vez que lo peor de la pandemia ha pasado y el Congreso de los Diputados ha vuelto, poco a poco, casi a la normalidad. Esto ha supuesto para la Cámara un gasto de 2.455.655 euros en los nueve primeros meses del año aún en curso –entre el 1 de enero y el 30 de septiembre– por los desplazamientos de los parlamentarios realizados por todo el territorio nacional. Aunque los viajes no han cesado, la Cámara se ha ahorrado una cantidad razonable de dinero por este concepto en comparación con los años anteriores a la pandemia.
Por ejemplo, en dos años en los que la actividad parlamentaria fue normal, el gasto en viajes superó con creces esta cifra: en 2018 la facturación total fue de más de cinco millones de euros y, en 2019, alcanzó los 3,7 millones en los mismos meses. En marzo de 2020 estalló la pandemia y nos confinaron, por lo que el Congreso se paralizó también durante un corto periodo de tiempo. Luego, tras los estados de alarma, la asistencia a los plenos quedó reducida a un tercio del aforo para llegar finalmente a la mitad, aunque el 100% deben estar presentes en las votaciones. Sus señorías, sin embargo, siguieron viajando. Menos, pero siguieron viajando. De hecho, el gasto global en desplazamientos durante todo 2020 fue de más de 2,6 millones de euros.
Pero lo que sigue llamando la atención es la abultada cifra que despilfarra la Cámara por la gestión y posterior cancelación de los billetes que encargan los diputados a la agencia de viajes contratada –El Corte Inglés–. Solo en este tercer trimestre del año, el último hecho público, es decir, del 1 de julio al 30 de septiembre, la diferencia entre el gasto inicial y el que resultó al restar los gastos de gestión, cancelación y los billetes pendientes de utilizar fue de 284.383 euros. Las cifras que salen en los anteriores trimestres son menores. En los días comprendidos entre el 1 de abril y 30 de junio estos gastos de gestión y cambios fueron de 136.585 euros; y en el primer trimestre –del 1 de enero al 31 de marzo– supusieron 137.410 euros. Es decir, que el Congreso lleva despilfarrados nada menos que más de medio millón de euros –exactamente 558.378 euros– por la gestión y posterior cancelación de algunos de los billetes ya emitidos o pendientes de hacerlo.
Un acuerdo que data del mandato de Jesús Posada
La decisión de dar a conocer la facturación de los desplazamientos de los parlamentarios se tomó durante el mandato de Jesús Posada, del PP, y fue a raíz del escándalo protagonizado por el expresidente extremeño y dirigente de ese mismo partido, José Antonio Monago, que viajó en apenas año y medio unas 16 veces como senador a Canarias, donde vivía su pareja. Y lo hizo sin justificación alguna aunque él alegó que iba a reuniones de trabajo que no logró demostrar.
Entonces, las mesas del Congreso y el Senado aprobaron una resolución en la que se comprometieron a publicar los gastos trimestrales en viajes de sus señorías. La norma no se ha modificado, aunque algunos grupos si desvelan en sus respectivas páginas web las agendas de sus diputados y senadores.
Pese a ese compromiso de la Cámara de hacer transparentes todos los gastos, se sigue desconociendo cuánto factura cada diputado por sus desplazamientos mensuales y a dónde acuden así como el motivo por el que lo hacen.
Además, tanto los diputados como los senadores cuentan con una tarjeta-monedero con tres mil euros anuales para taxis en Madrid, que suelen utilizar para desplazarse al aeropuerto si eligen el avión como medio de transporte. En el caso de que opten por el coche para el cumplimiento de sus funciones parlamentarias, la Cámara les abona 0,25 € por kilómetro “previa justificación”, así como los importes de los peajes de autopistas, ya que se les entregan tarjetas para este fin. Esta prebenda de la que se benefician todos los diputados fue utilizada por Santiago Abascal este miércoles contra Pedro Sánchez durante el debate sobre el reparto de los fondos europeos.
El líder de la extrema derecha blandió desde la tribuna de oradores la tarjeta que les facilita el Congreso para denunciar lo que considera el “cinismo del consenso progre”. “Imponen peajes a los españoles mientras los diputados tienen una tarjeta para viajar gratis”, le reprochó al presidente del Gobierno, pese a que él también se beneficia de ella y la puede utilizar cuando quiera.
Los diputados perciben además dietas por los desplazamientos que realizan en los viajes oficiales expresamente autorizados por la Mesa de la Cámara. A partir del 1 de enero de 2006, la cuantía de las dietas se cifró en 150 euros por día en el supuesto de desplazamientos al extranjero y 120 euros diarios en el de viajes dentro del territorio nacional.
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