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Crónica

Diagnósticos irreconciliables: del “España está mejor” de Sánchez a la “España quebrada” de Casado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet este miércoles.

Iñigo Aduriz

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La polarización política y la enorme brecha ideológica, pero también analítica, entre el Gobierno y la oposición, perviven en el Congreso de los Diputados en los últimos meses de la pandemia, pese a los buenos datos de vacunación y las perspectivas económicas. El tono bronco y faltón de PP y Vox, que, a punto de cumplirse dos años de la legislatura, siguen considerando al Ejecutivo como “ilegítimo”, contrastó este miércoles, una vez más, con el optimismo de los socios del Gobierno, PSOE y Unidas Podemos.

Para el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, “España va mejor” y “estas van a ser las Navidades de la recuperación” –esto lo añadió en su turno de réplica–, pero utilizando exactamente las mismas cifras pandémicas y económicas de las que presume el máximo dirigente socialista, para el líder del PP, Pablo Casado, “España está quebrada” y al borde de una “dictadura constitucional”, y para el presidente de Vox, Santiago Abascal, el país vive “una catástrofe”. “¿España está en quiebra o está recuperación?”, le preguntó después el presidente del Gobierno al líder de la oposición.

A juicio de Sánchez, “España tiene un papel decisivo en la Unión Europea”. Para Casado, el país es “irrelevante” a nivel internacional exclusivamente por culpa del presidente del Gobierno, que trabaja desde la “arrogancia”, la “mentira” y la “incompetencia”. Todo ello en un debate promovido por la comparecencia del jefe del Ejecutivo para informar sobre la última cumbre europea de finales de octubre, una reunión que poco interesó al PP, ya que ni siquiera la mencionó una sola vez el líder de la oposición en su intervención en el hemiciclo.

Sí lo hizo Sánchez en el turno de réplica para confesar que siente “vergüenza ajena” ante el “inmenso daño” que hace Casado en la UE, cuando habla “mal de España” con sus socios europeos. “Me comentan las cosas que usted dice del Gobierno de España en los foros europeos y tengo que decirle una cosa: me da vergüenza ajena”, dijo exactamente. “No hable mal de España, porque deja mal a España, pero sobre todo queda mal usted”, añadió . “Cuando yo tengo que escuchar algunas de las cosas que dicen sus colegas de usted... En fin”.

Casado prefirió hablar del “cinismo” de Sánchez, al que acusó de situar a España “al borde” de la bancarrota y de “empobrecer” a los españoles“. ”Vamos muy mal, señor Sánchez“, afirmaba el presidente de los populares, tan solo unos minutos después de que el presidente del Gobierno asegurara que ”España está mejor y el próximo año estará aún mejor“. ”España no va bien con usted“, le respondía después Casado, en su turno de réplica.

El líder del PP recurrió incluso a un golpe bajo: las polémicas informaciones acerca de la vida personal del exministro y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, publicadas por un medio de comunicación. “¡Qué mal momento para hablar de la abolición de la prostitución”, ironizaba Casado, aludiendo a la promesa verbalizada por Sánchez el pasado mes, en el 40 Congreso Federal de los socialistas.

“No sé si muchos españoles, después de escucharle, tomarán en serio sus palabras”, le espetaba el presidente del Gobierno al líder del PP en su turno de réplica. “¿Por qué les molesta tanto que España salga bien parada?”, se preguntaba, además de pedir a Casado que “no juegue con el número de fallecidos” por la pandemia, al considerar que “este es un país serio”.

“Confiábamos en que había superado la etapa del insulto y la descalificación”, le decía después a Casado el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez. “Echamos en falta mano tendida, liderazgo, oposición responsable”, añadió. “Lo que toca es estar a la altura de lo que demanda España, que es lo que está haciendo el presidente y cada uno de los ministros y ministras”.

Guiños de Vox a la España vaciada

Abascal, por su parte, quiso hacer guiños a la España vaciada coincidiendo con la publicación de una encuesta de Vozpopuli que apunta a que un partido con esa misma denominación podría irrumpir con fuerza en el Congreso en el caso de producirse nuevas elecciones. “Ustedes no pisan los pueblos”, les espetaba el líder de Vox tanto a los diputados socialistas como a los populares. “Ustedes no van a salvar a España, a España hay que salvarle de ustedes”, le respondía después Sánchez al líder de la extrema derecha.

Quien sí se ciñó al guion fue el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que, entre un sonoro murmullo de diputados que mantenían sus propias conversaciones mientras intervenía el representante del grupo confederal, solo habló sobre la cumbre europea y de la Unión Europea. Tan solo se permitió una licencia para cargar contra las “leyes medievales” que a su juicio aún perviven en España, por la “protección censora” que a su juicio supone la “impunidad” del jefe del Estado, y que hacen sonrojar al país entre sus socios europeos.

La visión de Sánchez era en cambio más que positiva. “España avanza hacia una recuperación robusta. No solo ante recuperación robusta y sólida sino también hacia una recuperación mucho más justa que la que registramos tras la crisis financiera”, apuntó desde el atril.

Sánchez: “La verdad es la verdad”

En alusión al Ejecutivo de Mariano Rajoy, Sánchez zanjó: “Con otro Gobierno, España sufrió el rescate de su sector financiero por las instituciones comunitarias. Por mucho que lo intenten ocultar, la verdad es la verdad. Y la verdad es que hoy, a diferencia de entonces, España ha estado en la génesis de los fondos europeos y lidera junto con Italia su recepción”.

Con todo, durante todo el Pleno sobrevoló la polémica renovación de los órganos constitucionales por el creciente malestar en las filas de la izquierda ante el previsible nombramiento de Enrique Arnaldo, uno de los candidatos propuestos por el PP para el Tribunal Constitucional, pero aceptado por PSOE y Unidas Podemos. Entre críticas internas, el Congreso votará mañana su elección, como la del resto de miembros del TC, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo. Será una votación secreta. “A mí no me gustan algunos de los candidatos que ha propuesto el PP, pero la obligación es salvar el acuerdo para permitir que se renueven los órganos constitucionales”, zanjaba Sánchez.

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