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Malestar en el PSOE por la cesión de senadores a fuerzas independentistas

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al portavoz del Grupo de ERC, Joan Tardá, en un acto a favor de la sanidad pública en marzo pasado.

Irene Castro

Que en el PSOE hay al menos dos almas no es un secreto. De un lado están los que apoyan sin fisuras a Pedro Sánchez y, de otro, quienes cuestionan muchos de sus movimientos. En este segundo están algunos de los presidentes autonómicos, que tras las generales pusieron en duda que el candidato socialista pudiera llegar a la Moncloa tras el resultado electoral. Tras dos semanas de tranquilidad, un nuevo malestar ha aflorado en el sector más crítico, que ha afeado a la dirección que ceda cuatro senadores para permitir que las fuerzas independentistas tengan grupos propios en el Senado

El primero en alzar la voz contra la maniobra en la Cámara Alta ha sido el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que ha asegurado que ni la entiende ni la comparte. “En política hay cosas que se pueden explicar y así entender, pero esto es inexplicable. No lo entiendo porque esas formaciones están ahora trabajando para irse de España, hay que ser coherente y yo no me quiero engañar a mí mismo porque eso es engañar a la ciudadanos”, ha dicho el barón socialista en una rueda de prensa. Consciente de la repercusión interna de sus palabras, ha asegurado que es una decisión que corresponde a Ferraz y que no va a “echar leña al fuego”. 

A la posición de Fernández Vara, uno de los dirigentes más respetados en el PSOE, se ha sumado la del aragonés Javier Lambán: “Convertir a algunos diputados en tránsfugas por un día para que pasen de un grupo a otro y de esa manera salvar de forma subrepticia un Reglamento me parece que es algo que se tendría que evitar en el futuro”. El presidente regional ha afeado, además, que esa maniobra se haya realizado para favorecer a ERC y Democracia y Libertad puesto que considera “absolutamente indeseable cualquier tipo de colaboración activa o pasiva con los grupos independentistas”.

También Ximo Puig, el presidente autonómico más próximo a Susana Díaz, ha asegurado que, pese a que el préstamo de senadores se realiza “tradicionalmente”, “no deja de ser una situación anómala” lo que ha ocurrido ahora. Así, ha reconocido que las polémicas sobre la cesión de senadores o que un partido tenga varios grupos en el Congreso “ponen en evidencia la necesidad urgente” de reformar los reglamentos de las cámaras mejorar la “representación de la pluralidad de España”.

“No es muy oportuno”

El socialismo andaluz se ha puesto oficialmente de perfil ante la decisión de favorecer a las fuerzas soberanistas al evitar valorarla y dejando claro que se trata de un movimiento exclusivo de Ferraz. Preguntado por si la federación más poderosa del partido hubiera propiciado esa iniciativa, el portavoz del PSOE-A, Mario Jiménez, ha sido tajante al asegurar que la organización andaluza “no toma esas decisiones”. 

Fuentes del PSOE-A consultadas por eldiario.es admiten que el “gesto” no tendría mayor repercusión en “otro contexto” -puesto que se produjo también en otras legislaturas- pero que tal y como está “el ambiente territorial y orgánico no ha sido muy oportuno”. “Es una práctica habitual pero dejárselos a dos partidos que se quieren ir de España es grave”, agrega un miembro de la Ejecutiva.

Es un pensamiento que comparten otros cargos medios del partido: “El PSOE no puede prestar senadores a los independentistas catalanes. Estoy totalmente en contra de esta decisión”, expresó en Twitter el secretario general de los socialistas de Salamanca

Emiliano García-Page, alineado en el sector crítico con Sánchez, ha evitado pronunciarse: “Vamos a esperar a que nos lo expliquen. Nos lo tienen que explicar muy bien y entonces diremos lo que nos parece”, responden fuentes próximas al presidente de Castilla-La Mancha, que expresan que aún no han recibido una justificación de Ferraz más allá de lo que han leído en los medios de comunicación. 

Tira y afloja en los sectores del PSOE

La dirección del PSOE ha justificado la cesión al calificarla de “gesto de cortesía”. A ERC y a Democracia y Libertad les faltaban dos senadores, respectivamente, para llegar a los 10 que exige el Senado para que una formación pueda tener grupo propio. Esos son los que les han prestado los socialistas. Una vez que esté admitido el trámite, los parlamentarios ingresarán en el Grupo Socialista. 

El portavoz, Óscar López, defiende el préstamo puntual especialmente por tratarse de la Cámara territorial: “Sería absurdo negarles la voz, sería una vez más dar gasolina al discurso independentista en un momento que necesita mucho diálogo”, ha subrayado.

Los más fieles a Ferraz han salido también en su defensa. “Negar la voz a los independentistas no es una solución”, ha expresado la diputada asturiana Adriana Lastra. También el líder de los socialistas gallegos, Juan Ramón Gómez Besteiro, ha dicho que es una decisión “coherente” en un momento en que se abre “un nuevo tiempo de integración, de tender puentes”.

Fuentes de la Ejecutiva consultadas por eldiario.es muestran cierto hartazgo hacia esta nueva polémica interna, que enmarcan dentro del “Juego de Tronos”, como lo define un dirigente, que atribuye el “ruido otra vez a lo de siempre”, en referencia al enfrentamiento existente entre los distintos sectores del partido. 

Allanar el camino de Moncloa

Parte del debate de fondo es que en el sector más crítico preocupa que el gesto con ERC y Democracia y Libertad lleve como contrapartida su apoyo a Pedro Sánchez en una hipotética investidura. El PP ha alimentado esa teoría incluso desde la mesa del Consejo de Ministros de boca de la vicepresidenta del Gobierno en funciones. Tanto el PSOE como ERC han negado que ese pacto tenga “ulteriores contrapartidas”. Si Podemos y las confluencias votan a favor del candidato socialista, la abstención de esos dos grupos, que suman 17 escaños, allanaría su llegada a Moncloa. 

“No está eso en el motivo [del pacto] pero la deducción es lógica”, admite un destacado dirigente andaluz en conversación con esta redacción. La línea roja que marcaron los barones a Ferraz es que Pedro Sánchez no podrá ni siquiera sentarse a negociar con fuerzas que planteen consultas por la independencia o el soberanismo. A priori, eso impide el diálogo con Podemos, pero deja fuera a ERC y Democracia y Libertad.

Ese es el mensaje velado que este viernes ha enviado el presidente aragonés, Javier Lambán, al asegurar que la decisión del Senado “no quiere decir, en absoluto, que el ámbito de exploración de alianzas que vaya a desarrollar Pedro Sánchez para tratar de ser presidente del Gobierno vaya a ir más allá de Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida”.

No obstante, la negativa a permitir que Podemos y las confluencias tengan cuatro grupos en el Congreso ha alejado al PSOE de los de Pablo Iglesias, que han criticado el “doble discurso” de los socialistas al permitir los grupos en el Senado. En una entrevista en Antena 3, Iñigo Errejón ha asegurado que la cesión de senadores se debe a que los socialistas se “sienten cómodos con el enfrentamiento territorial” catalán y que por eso quieren que “sus interlocutores en Cataluña sigan siendo los mismos”. También la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha reprochado a Sánchez que ayude a ERC y Convergència mientras “bloquea” la representación propia de En Comú en la Cámara Baja. 

El PSOE, que también ha recibido las críticas de Ciudadanos –“si no es un fraude de ley, se acerca bastante”, ha dicho el secretario general del futuro grupo del partido de Albert Rivera–, se defiende: “Lo que no es de recibo es que hoy seamos ”del búnker“ y mañana amigos de los independentistas”, expresa un miembro de la dirección, que insiste en que “no está mal que desde Cataluña se vea alguna vez algo de receptividad de un partido grande”. 

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