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Schleswig-Holstein, un modelo de convivencia entre las minorías

Schleswig-Holstein, un modelo de convivencia entre las minorías

EFE

Berlín —

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Cuando Carles Puigdemont fue detenido cerca de la frontera alemana con Dinamarca, el semanario “Die Zeit” escribió que era una ironía que la detención se hubiera producido justo en una región, Schleswig-Holstein, que se ha convertido en un modelo de convivencia con las minorías.

La más importante de ellas es la minoría danesa, de la que forman parte cerca de 50.000 personas en un estado federado con una población total de cerca de 2,8 millones de habitantes, y se ha convertido en una de las señas de identidad de esa región.

Asimismo, al otro lado de la frontera -Schleswig-Holstein es el estado federado más septentrional de Alemania y tiene una frontera de 69 kilómetros con Dinamarca- hay una minoría alemana que también goza de derechos especiales.

“Naturalmente que con esa historia hay una sensibilidad especial ante las minorías”, dijo a Efe el jefe de prensa del grupo parlamentario del partido de la minoría danesa -la Asociación de Electores del Sur de Schleswig (SSW)- en el parlamento regional de Schleswig Holstein (Landtag), Ter Dietrich.

La SSW tiene en su programa la defensa de la autodeterminación de los pueblos lo que, según Dietrich, incluiría el derecho a la secesión aunque sólo en casos extremos de opresión evidente.

En todo caso, tras la detención del ex presidente autonómico catalán en cumplimiento de una euroorden de la Justicia española, políticos de varios partidos evocaron en sus reacciones la política de minorías de Schleswig para mostrarse partidarios de impulsar una mediación entre los separatistas catalanes y el estado español.

“Precisamente Alemania con su ejemplar política de minorías tiene una gran responsabilidad en la solución del conflicto catalán”, dijo, el mismo día de la detención, el presidente del SSW, Flemming Meyer.

La SSW está liberada de la cláusula que exige que un partido tiene que tener al menos el 5,0 % de los votos para tener representación parlamentaria, y tiene actualmente tres diputados en un Parlamento de 73 escaños.

Otros representantes políticos de Schleswig Holstein -como el líder del Partido Socialdemócrata (SPD) en el parlamento regional Ralph Stegner- se pronunciaron en términos parecidos aunque expresando a la vez su respeto por la decisión de la Justicia.

La convivencia pacífica entre la mayoría alemana y las minorías danesa y frisia es algo que se ha logrado tras muchos años de trabajo.

En el siglo XIX hubo tensiones. Según explicó a EFE el director del Instituto Regional de Schleswig-Holsten en la Universidad de Kiel, Oliver Auge, tanto entre los daneses como entre los alemanes había quienes pedían una revisión de la frontera.

“Los alemanes que vivían en Dinamarca querían ser integrados en el imperio alemán y los daneses pedían también una revisión de la frontera y soñaban con una Dinamarca que llegara hasta el río Eider”, dijo Auge.

No obstante, esas tensiones son cosa del pasado, la minoría danesa está completamente integrada y reconoce la frontera, tal y como lo hace la minoría alemana en Dinamarca.

El portavoz de la Sociedad de Historia de Schleswig-Holstein, Christian Pletzing, sostuvo, también en declaraciones a Efe, que posibles simpatías con Puigdemont en Alemania no tienen “nada que ver” con la historia de las minorías en ese estado federado alemán.

“Puede que haya simpatías con el movimiento catalán pero eso no tiene nada que ver con el separatismo. En Schleswig-Holstein no hay tendencias separatistas y la minoría danesa es leal a Alemania”, dijo Pletzing.

Pletzing explicó que sí había habido, después de 1945, un movimiento que pedía la anexión de Schleswig-Holstein a Dinamarca por razones específicas de ese momento pero que ya son cosas del pasado.

“En primer lugar, después de 1945 no resultaba excesivamente atractivo ser alemán. En segundo lugar después de la guerra llegaron muchos desplazados alemanes de los territorios de Prusia oriental y mucha gente decidió adherirse a la minoría danesa como una forma de distanciarse de los refugiados”, dijo.

“Finalmente, el gobierno danés apoyaba a la minoría danesa con el envío de paquetes de alimentos”, agregó.

Con la recuperación económica las tendencias separatistas cesaron y hoy, según Pletzing, son completamente inexistentes.

En 1955, con el acuerdo Bonn-Copenhague, se reglamentaron los derechos de las minorías a los dos lados de la frontera.

“Para mí es importante subrayar que posibles simpatías con Puigdemont no tienen nada que ver con la historia de Schleswig Holstein ni con sus minorías”, zanjó Pletzing.

Por Rodrigo Zuleta

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