Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

Los seis de Arrimadas: la líder de Ciudadanos se apoya en su guardia pretoriana para romper con el legado de Albert Rivera

Inés Arrimadas y el núcleo duro con el que maneja el viraje de Ciudadanos.

Carmen Moraga

16

Inés Arrimadas ha concentrado el poder de Ciudadanos en el Comité Permanente del partido, su núcleo duro, formado por media docena de dirigentes que son los que toman las decisiones de calado. Este órgano, que se reúne todas las semanas, lo componen siete personas, la mitad de las que tenía cuando Albert Rivera presidía con mano férrea el partido, al que han decidido hacer una enmienda a la totalidad a su anterior estrategia.

Junto a Arrimadas, en el Comité Permanente están Marina Bravo, como secretaria general; Carlos Cuadrado, como vicesecretario general primero; José María Espejo-Saavedra, como vicesecretario general adjunto; Joan Mesquida, como vicesecretario general segundo; Melisa Rodríguez, como portavoz nacional de la Ejecutiva, y Edmundo Bal, que es el portavoz adjunto del grupo parlamentario en el Congreso. Algunos de ellos formaron parte del equipo de Rivera y avalaron el veto a cualquier acuerdo con el PSOE. Ahora se han adaptado a las nuevas directrices marcadas por su sucesora, contrarias a esa estrategia ante la “situación excepcional” de la pandemia.

Arrimadas decidió a principios de junio, junto a ese reducido grupo de fieles, apoyar la sexta prórroga del estado de alarma, pese a que sus votos no eran en esa ocasión necesarios, lo que provocó cierto malestar interno. Y con ese reducido grupo también tomó la determinación, hace apenas dos semanas, de fulminar a Lorena Roldán como candidata a la Generalitat y sustituirla por Carlos Carrizosa, sin convocar primarias. Este estilo de toma de decisiones ha destapado la caja de los truenos entre un sector del partido que se queja de que la nueva líder apenas cuenta con la Comisión Ejecutiva, que es el órgano de dirección de Ciudadanos ampliado, compuesto por 38 miembros, cuyas reuniones deben de ser mensuales. Estas voces críticas recuerdan que entre las competencias de la Ejecutiva está la de refrendar todas las decisiones del Comité Permanente, algo que en los dos casos anteriormente citados creen que esta norma no se ha cumplido.

De hecho, cuando en junio la Permanente anunció que Ciudadanos iba a votar a favor del sexto alargamiento de la alarma, hubo quejas en el WhatsApp de la Ejecutiva porque muchos de sus miembros se enteraron de esos acuerdos con el Ejecutivo de Pedro Sánchez a través de ese foro de mensajería instantánea o por la prensa. Algunos dirigentes territoriales temieron por las consecuencias que les podía acarrear en sus acuerdos de coalición con el PP. Fuentes de la formación se excusaron y lo achacaron a las prisas de haber tenido que tomar decisiones rápidas en plena pandemia.

En el Comité Permanente no están los líderes territoriales ni los cuatro vicepresidentes autonómicos -tampoco la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís-. Arrimadas dejó clara su oposición a las 'baronías' cuando presentó su proyecto y modelo de partido en la VI Asamblea nacional extraordinaria que, tras ganar las primarias frente a Francisco Igea, la ratificó el pasado mes de abril en el cargo.

El mayor enfado, sin embargo, se ha desatado tras conocerse que Arrimadas, junto a su núcleo duro, había decidido fulminar a Lorena Roldán y designar candidato a la Generalitat a Carlos Carrizosa sin convocar primarias. La decisión ha sido recurrida por un grupo de diputados autonómicos catalanes y lleva ya más de doscientas firmas de apoyo, según sus impulsores, que exigen anular esa decisión y convocar primarias, como sostienen que establecen los Estatutos. Por si fuera poco, en pleno terremoto se ha conocido la dimisión de Jesús Galiano como presidente de la Comisión de Garantías, que es el órgano que tiene que resolver el conflicto. En un escrito que Galiano ha enviado a los recurrentes antes de dejar su cargo, explica que ha dado 10 días de plazo a la dirección de Ciudadanos para que manden las actas de dicha reunión y confirmen si posteriormente se reunió a la Ejecutiva del partido para refrendar la decisión.

Este pequeño sector crítico que ha alzado la voz contra el cambio de candidato en Catalunya, pese a que asegura no quiere hacer ahora 'ruido' al considerar que no es el momento, explica a elDiario.es que Arrimadas sigue sin asignar 'carteras' -áreas de trabajo- en la Ejecutiva como ha sido la tradición desde el nacimiento de la formación. “Con Rivera al menos se sabía quién era el responsable de Programas, de Educación, de Formación o de Relaciones Institucionales etc. Inés no tiene obligación de hacerlo, según los Estatutos, pero ese reparto daba al partido seriedad al saber quién estaba al frente de cada negociado”, afirma uno de estos críticos, un veterano que cree que la nueva líder está concentrando “demasiado poder en tan solo unos pocos. Casi peor que en época de Rivera”, afirma, en alusión al Comité Permanente.

Dentro de ese reducido grupo destaca la figura de Edmundo Bal (Huelva, 1967), que se ha ganado la confianza de Arrimadas en estos escasos meses que la jerezana lleva de mandato. Bal ahora no es solo el portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, en donde la renuncia de Rivera a recoger su acta -que fue quien le fichó-, le dio la oportunidad de repescar el escaño que no logró el 10N, sino que ha sido la principal voz del partido durante la baja por maternidad de Arrimadas. El abogado de Estado se ha convertido en una pieza imprescindible para todas las negociaciones con el Gobierno. Después de haber cerrado los apoyos al estado de alarma y las medidas contra la pandemia, ahora se prepara para sentarse a negociar los presupuestos de “emergencia nacional”.

En ese pequeño grupo de influyentes está Carlos Cuadrado (Barcelona 1968), antaño riverista acérrimo y exresponsable de las finanzas del partido, de cuyo buen estado presume pese al bajón de ingresos que ha experimentado la formación al perder 47 diputados en el Congreso. Cuadrado, que no había tenido hasta ahora un perfil político -incluso renunció a su escaño en el Senado que logró en las pasadas elecciones del 28 de abril-, ha logrado ser en esta nueva etapa uno de los dirigentes con más poder dentro del Comité Permanente en un puesto de nueva creación como es el de secretario general primero del partido. Además de haber sido el principal negociador de las medidas sobre la pandemia, Cuadrado formará parte del equipo designado para abordar las conversaciones con el Gobierno sobre las cuentas públicas.

En ese sanedrín está Marina Bravo (Zaragoza,1978), quien pese a figurar en el organigrama en el puesto de mayor rango, como es la secretaría general, no tiene el peso político de su antecesor, José Manuel Villegas. Bravo mantiene un perfil muy discreto y prefiere no salir en los medios. Es amiga personal de Arrimadas, con la que compartió escaño en el Parlament de Catalunya desde que en 2015 fue elegida diputada por Barcelona hasta la marcha de la jerezana a Madrid. Bravo sigue manteniendo allí su acta como diputada autonómica y su cargo de portavoz adjunta del grupo parlamentario que lidera Carlos Carrizosa.

Arrimadas también ha decidido incorporar a su núcleo duro a José María Espejo-Saavedra, al que ha nombrado vicesecretario adjunto, colocándole además como secretario general del grupo parlamentario en el Congreso. Al igual que muchos otros dirigentes del partido, Espejo-Saavedra proviene también del Parlament de Catalunya en donde llegó a ocupar la vicepresidencia segunda de la Mesa. El dirigente catalán se presentó a las generales el 10N como número tres por Barcelona, la lista que encabezaba Arrimadas, pero no logró escaño. Sin embargo, la dimisión de Fernando de Páramo le dio la oportunidad de recuperarlo. Ahora es uno de los pilares del mermado grupo de Arrimadas.

Otro de los elegidos por Arrimadas ha sido Joan Mesquida (Felanitx, Mallorca, 1962), un advenedizo de Ciudadanos proveniente del PSOE, bajo cuyo Gobierno llegó a ostentar los cargos de director general de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, además del de Consejero de Hacienda y Presupuestos en la Islas Baleares, entre otros. Mesquida dejó la militancia socialista en 2018 disconforme con la postura del partido ante el proceso independentista catalán y por “la deriva nacionalista” que observaba en los dirigentes de su antigua formación en Baleares. Un año después fue uno de los fichajes estrella de Albert Rivera para las elecciones del 28A junto a Bal, Marcos de Quinto y Sara Giménez, al igual que hizo con José Ramón Bauzá, (PP) y Soraya Rodríguez (PSOE) para las europeas. De todos ellos el único que por ahora ha dado un portazo a Arrimadas ha sido el empresario y exdirectivo de Coca-Cola, que se fue muy enfadado por el cambio de estrategia de la nueva líder. Mesquida anunció a mediados de marzo en su cuenta de Twitter que padece cáncer, motivo por el cual se ha visto obligado a reducir su actividad como vicesecretario segundo de Ciudadanos.

El Comité Permanente lo completa otra mujer, Melisa Rodríguez (Londres, Reino Unido, 1983), a la que Arrimadas le ha encomendado la portavocía nacional de la Ejecutiva, un cargo que ya ejerció en la gestora provisional del partido. Aunque nació en Londres, sus orígenes se sitúan en la isla de La Palma por lo que se siente canaria y es en donde ha hecho toda su carrera política. De hecho, en 2015 fue la candidata del partido al Gobierno de Canarias pero fracasó. Poco después, en las siguientes generales fue elegida diputada de Ciudadanos por Santa Cruz de Tenerife. En los últimos comicios celebrados en noviembre, Rodríguez perdió su escaño como diputada nacional, pero Arrimadas no se olvidó de ella. Su presencia en los medios de comunicación es habitual después de las reuniones de la dirección del partido.

La que se quedó fuera de ese núcleo duro es Lorena Roldán, pese a ser la portavoz en el Senado. Roldán figura en el organigrama de la nueva Comisión Ejecutiva como portavoz adjunta del partido bajo las órdenes de Melisa Rodríguez. Arrimadas, además, decidió nombrar al dirigente vasco Borja González secretario de Organización, un cargo que anteriormente ostentó con un gran poder el ahora senador por designación del Parlamento de Andalucía, Fran Hervías. Pero González tampoco forma parte del Comité Permanente, al menos oficialmente aunque participa a veces en algunas reuniones.

Etiquetas
stats